La planificación económica, tanto del Estado como de los mercados, tiene una consecuencia nefasta: la esclavitud de los ciudadanos. Nuestra Constitución se puso al servicio del pago de la deuda desde que se introdujo el art. 135 que antepone dicho pago a las necesidades prioritarias de los ciudadanos. Por tanto, nuestra economía está diseñada para pagar la deuda, no para atender a sus ciudadanos.
La sanidad, la educación, las prestaciones por desempleo, la asistencia a los dependientes y todo aquello que representa lo que hasta ahora conocíamos como el Estado de bienestar dejará paso al pago de la deuda. Ante ello solo cabe recortar en todas las partidas destinadas a la atención de los ciudadanos con las consecuencias que ya se están padeciendo. La sanidad ya no es universal, cada día se irán viendo como segmentos de la población empiezan a ser excluidos, algunos de ellos con resultados nefastos como alguna muerte por falta de atención en urgencias. Las becas comedor están haciendo mella en la población infantil de los colegios con el consiguiente informe de organismos internacionales donde se expone que la malnutrición ha hecho su aparición en los colegios.
A mayor deuda menor libertad. Los ciudadanos se verán abocados a salir a la calle, no hay otra salida que manifestarse una y otra vez. El economicísmo que impera como forma de hacer política, al que nos han llevado unos y otros, ha dejado de lado al ser humano, ahora somos números porque la ciencia económica es una ciencia fría carente de humanidad y trata a las personas como números, deshumaniza y esclaviza. Y el resultado salta a la vista, familias enteras puestas de patitas en la calle sin techo donde cobijarse porque las leyes permiten que los grandes causantes de esta estafa, los bancos, puedan tener cientos de miles de viviendas vacías y deteriorándose antes que ser ocupadas por personas sin techo, las leyes permiten que esos grandes estafadores junto con los corruptos políticos puedan vivir en un mundo aparte donde todo esté permitido y donde la impunidad es la pieza fundamental de ese paraíso donde nunca pasa nada.
La que se avecina me atrevo a decir que será acorde con la que se merecen, lo cual hace que se estén blindando con aforamientos, leyes de seguridad, tasazos judiciales para evitar que los ciudadanos reclamen por vía judicial y en definitiva, leyes mas severas en contra, claro está del ciudadano que es la victima del 1% del PIB que se han metido en los bolsillos por medio de la corrupción y que ahora no están dispuestos a que nadie les reclame ni judicial no políticamente, solo queda una forma, reclamarlo en la calle para que paguen quienes han creado el problema y no los mismos de siempre. Pero para eso hay que ser ciudadanos y si se puede activos, mucho mejor.
Carlos RH
La sanidad, la educación, las prestaciones por desempleo, la asistencia a los dependientes y todo aquello que representa lo que hasta ahora conocíamos como el Estado de bienestar dejará paso al pago de la deuda. Ante ello solo cabe recortar en todas las partidas destinadas a la atención de los ciudadanos con las consecuencias que ya se están padeciendo. La sanidad ya no es universal, cada día se irán viendo como segmentos de la población empiezan a ser excluidos, algunos de ellos con resultados nefastos como alguna muerte por falta de atención en urgencias. Las becas comedor están haciendo mella en la población infantil de los colegios con el consiguiente informe de organismos internacionales donde se expone que la malnutrición ha hecho su aparición en los colegios.
A mayor deuda menor libertad. Los ciudadanos se verán abocados a salir a la calle, no hay otra salida que manifestarse una y otra vez. El economicísmo que impera como forma de hacer política, al que nos han llevado unos y otros, ha dejado de lado al ser humano, ahora somos números porque la ciencia económica es una ciencia fría carente de humanidad y trata a las personas como números, deshumaniza y esclaviza. Y el resultado salta a la vista, familias enteras puestas de patitas en la calle sin techo donde cobijarse porque las leyes permiten que los grandes causantes de esta estafa, los bancos, puedan tener cientos de miles de viviendas vacías y deteriorándose antes que ser ocupadas por personas sin techo, las leyes permiten que esos grandes estafadores junto con los corruptos políticos puedan vivir en un mundo aparte donde todo esté permitido y donde la impunidad es la pieza fundamental de ese paraíso donde nunca pasa nada.
La que se avecina me atrevo a decir que será acorde con la que se merecen, lo cual hace que se estén blindando con aforamientos, leyes de seguridad, tasazos judiciales para evitar que los ciudadanos reclamen por vía judicial y en definitiva, leyes mas severas en contra, claro está del ciudadano que es la victima del 1% del PIB que se han metido en los bolsillos por medio de la corrupción y que ahora no están dispuestos a que nadie les reclame ni judicial no políticamente, solo queda una forma, reclamarlo en la calle para que paguen quienes han creado el problema y no los mismos de siempre. Pero para eso hay que ser ciudadanos y si se puede activos, mucho mejor.
Carlos RH