La casta política y sus satélites mediáticos nos quieren hacer creer que la crisis acaba con una disminución del paro, un aumento del PIB, una rebaja del déficit o una mayor tasa de las exportaciones. Ni siquiera una mejora del ratio por parte de las agencias calificadoras es motivo para pensar que la crisis ha terminado.
Hablamos en términos economicístas cuando la economía es solo una consecuencia de la causa que nos llevó a ella, que no fue otra que la crisis moral y el relativismo moral que se impusieron en un sistema donde los partidos tomaron el poder de forma absoluta, sin mecanismos ni controles de su acción política, y donde la ausencia de rendición de cuentas estuvo a la orden del día. Ello produjo que los órganos supervisores como el Banco de España y la CNMV estuvieran infiltrados por esbirros partidistas a la orden de las cúpulas de los partidos y unos Tribunales de cuentas que tardaban mas en contar los desmadres que se producían que en cobrar por no contarlos. Ausencia total de mecanismos de control y ausencia de moralidad en la vida pública no tardaron en producir sus trágicos resultados para la sociedad.
Siempre he dicho que en un sistema político ausente de mecanismos de control las instituciones sufren una llegada masiva de delincuentes que hacen de ellas el reino de la corrupción. Un sistema político donde la mediocridad y por tanto el mediocre es pieza fundamental para salvaguardarle el culo al lider y dar estabilidad a la organización, pues ni produce ideas, ni molesta, ni propone, ni hace sombra, el mediocre se convierte en elemento casi imprescindible pero con el riesgo de que el mediocre no tiene fundamentos morales que lo hagan distinguir entre el bien y el mal, el mediocre solo obedece porque es ahí donde se juega las habichuelas. Pero si hay una cosa que entiende a la perfección es aquello de "coge el dinero y corre" que son dos días.
A las cajas de ahorro llegaron en avalancha mediocres, delincuentes y lameculos del poder dispuestos a rendir pleitesía a las taifas y además llevándose un suculento trozo del pastel. Las Cajas fueron el panal de rica miel al que mil moscas acudieron, presas de hambre, y mil moscas lo fundieron. No era difícil pronosticar el futuro de esas entidades con semejantes individuos al mando. Desde un vendedor de coches que se lo llevaba crudo hasta una bailarina, un cura, un óptico, un picapleitos de poca monta, una limpiadora, un electricista, un taxista etc... En un consejo de una Caja te podías encontrar con suerte al delincuente mas buscado y así los hechos no tardaron en llegar, Cajas quebradas, arruinadas y devastadas por el mayor saqueo de la historia de España a un sistema financiero en su totalidad o lo que es lo mismo, vaciaron las Cajas.
Lo que pasa es que el mediocre, esa pieza fundamental del régimen, no actuaba solo, tenía co-autores, cooperadores necesarios y cómplices y estos eran los reyes de las taifas, las cúpulas de los partidos que los colocaron allí y los supervisores que miraban para otro lado y que no movieron ni un dedo por parar este enorme robo. De ahí de la importancia del mediocre y su aportación al sistema con su relativismo moral, no hay mas verdad que la que dice el partido, su cúpula y su lider, lo demás no existe. Y como esa es la verdad oficial y la quenos quieren hacer tragar sus satélites mediáticos todo queda en manos de la suerte de que estos asuntos caigan en manos de algún juez raro, extraño y singular que opte por clarificar bajo el prisma de la certeza y no del relativismo. El sistema lo que brinda es la impunidad y la sociedad lo tolera dependiendo si es de los suyos o de los otros. Hasta en eso se mira el color del consejo de las Cajas, realmente triste y vergonzoso pero en un periodo de relativismo moral no se puede mirar de otra forma que no sea con el color del ojo político correspondiente.
Salir de este periodo oscuro de la historia no se consigue con unos simples datos económicos, ello exige ética para que la justicia se imponga y para que estos hechos no se vuelvan a producir porque de lo contrario el efecto boomerang no tardará en producirse y solo hay una forma de evitarlo, menos economía y mas justicia.
Carlos RH
Hablamos en términos economicístas cuando la economía es solo una consecuencia de la causa que nos llevó a ella, que no fue otra que la crisis moral y el relativismo moral que se impusieron en un sistema donde los partidos tomaron el poder de forma absoluta, sin mecanismos ni controles de su acción política, y donde la ausencia de rendición de cuentas estuvo a la orden del día. Ello produjo que los órganos supervisores como el Banco de España y la CNMV estuvieran infiltrados por esbirros partidistas a la orden de las cúpulas de los partidos y unos Tribunales de cuentas que tardaban mas en contar los desmadres que se producían que en cobrar por no contarlos. Ausencia total de mecanismos de control y ausencia de moralidad en la vida pública no tardaron en producir sus trágicos resultados para la sociedad.
Siempre he dicho que en un sistema político ausente de mecanismos de control las instituciones sufren una llegada masiva de delincuentes que hacen de ellas el reino de la corrupción. Un sistema político donde la mediocridad y por tanto el mediocre es pieza fundamental para salvaguardarle el culo al lider y dar estabilidad a la organización, pues ni produce ideas, ni molesta, ni propone, ni hace sombra, el mediocre se convierte en elemento casi imprescindible pero con el riesgo de que el mediocre no tiene fundamentos morales que lo hagan distinguir entre el bien y el mal, el mediocre solo obedece porque es ahí donde se juega las habichuelas. Pero si hay una cosa que entiende a la perfección es aquello de "coge el dinero y corre" que son dos días.
A las cajas de ahorro llegaron en avalancha mediocres, delincuentes y lameculos del poder dispuestos a rendir pleitesía a las taifas y además llevándose un suculento trozo del pastel. Las Cajas fueron el panal de rica miel al que mil moscas acudieron, presas de hambre, y mil moscas lo fundieron. No era difícil pronosticar el futuro de esas entidades con semejantes individuos al mando. Desde un vendedor de coches que se lo llevaba crudo hasta una bailarina, un cura, un óptico, un picapleitos de poca monta, una limpiadora, un electricista, un taxista etc... En un consejo de una Caja te podías encontrar con suerte al delincuente mas buscado y así los hechos no tardaron en llegar, Cajas quebradas, arruinadas y devastadas por el mayor saqueo de la historia de España a un sistema financiero en su totalidad o lo que es lo mismo, vaciaron las Cajas.
Lo que pasa es que el mediocre, esa pieza fundamental del régimen, no actuaba solo, tenía co-autores, cooperadores necesarios y cómplices y estos eran los reyes de las taifas, las cúpulas de los partidos que los colocaron allí y los supervisores que miraban para otro lado y que no movieron ni un dedo por parar este enorme robo. De ahí de la importancia del mediocre y su aportación al sistema con su relativismo moral, no hay mas verdad que la que dice el partido, su cúpula y su lider, lo demás no existe. Y como esa es la verdad oficial y la quenos quieren hacer tragar sus satélites mediáticos todo queda en manos de la suerte de que estos asuntos caigan en manos de algún juez raro, extraño y singular que opte por clarificar bajo el prisma de la certeza y no del relativismo. El sistema lo que brinda es la impunidad y la sociedad lo tolera dependiendo si es de los suyos o de los otros. Hasta en eso se mira el color del consejo de las Cajas, realmente triste y vergonzoso pero en un periodo de relativismo moral no se puede mirar de otra forma que no sea con el color del ojo político correspondiente.
Salir de este periodo oscuro de la historia no se consigue con unos simples datos económicos, ello exige ética para que la justicia se imponga y para que estos hechos no se vuelvan a producir porque de lo contrario el efecto boomerang no tardará en producirse y solo hay una forma de evitarlo, menos economía y mas justicia.
Carlos RH