Si algo está generalizado en éste país es la corrupción, precisamente porque se trata de un régimen corrupto desde sus entrañas y todo aquel que forma parte de él, lo es en mayor o menor medida. En primer lugar, los partidos políticos consienten, autorizan, permiten y silencian la corrupción en sus filas, además de no castigarla, ni poner los medios para atajarla.
Todos los escándalos de corrupción que están alarmando a la sociedad son descubiertos por los medios de comunicación, suponemos que por algún chivatazo desde dentro, por lo que también suponemos que son conocidos desde dentro pero son silenciados, ninguno de ellos ha sido denunciado ni sacado a la luz por el propio partido, por tanto, se conocen y se consienten.
El propio Rajoy, cuando estalló el caso Bárcenas, mantuvo un bochornoso silencio que más bien se entendió como un apoyo al golfo o cuanto menos una actitud poco combativa con la corrupción, recordemos que acabó agradeciendole los servicios prestados en lugar de echarlo a la puñetera calle con denuncia incluida.
Rajoy, por tanto, es un corrupto más de los que creen no serlo y quizás sea ese el rasgo más característico de los corruptos que no tienen la percepción de serlo. Fijaos estos días, la portavoz del PSOE decía un día antes de la expulsión del golfo de Mulas de la Fundación y del partido, que era todo legal y moral, justo lo que no es.
Pero son miles de ejemplos que cuando se pilla a un corrupto es capaz de convencer a los ciudadanos con la verborrea habitual de estos charlatanes de feria cuya arma defensiva es la retórica aunque los hechos se encarguen de delatar todo lo contrario. A Felipe lo vimos convencer a la plebe con aquello de "Ni Flick ni Flock" cuando los maletines alemanes llegaban por cientos al PSOE para financiarlo, no quiero ni contar lo de "Pongo la mano en el fuego" o aquello otro de fulano "Goza de toda mi confianza porque es un tipo integro de los pies a la cabeza" y a los pocos dias le aparece una cuenta en las Bermudas que ni les hace sonrojar. En fin, se trata de un régimen corrupto y podrido hasta las entrañas y todo aquel que entra a formar parte de su núcleo corruptor que son los partidos no puede nunca decir aquello de "No generalicemos" pues está dentro de la célula cancerígena que contamina al resto del sistema.
Sr. Rajoy, usted no se entera de nada, usted mismo es un corrupto en potencia porque ni siquiera ha sido elegido por los ciudadanos, está ahí ocupando la presidencia del gobierno de la misma manera que la podía estar ocupando el bombero torero si su antecesor el Sr. Aznar le hubiera dejado caer el dedo como hizo con Ud. No de lecciones de nada ni a nadie porque es usted el resultado de un régimen donde nadie elige a nadie, sino que por el contrario e incumpliendo con todos los preceptos de una democracia aqui se nombran a dedo a los futuros representantes de los españoles y ese es uno de los grandes males por los que la corrupción está presente en la vida política porque los representantes nada tienen que ver con los representados porque su único votante es el que los designa, los nombra y los coloca en su escaño o, como es su caso, en la presidencia del gobierno. Y eso es lo más repugnante que le puede ocurrir a un régimen democrático pero lo más habitual en un régimen corrupto.
Carlos RH
Todos los escándalos de corrupción que están alarmando a la sociedad son descubiertos por los medios de comunicación, suponemos que por algún chivatazo desde dentro, por lo que también suponemos que son conocidos desde dentro pero son silenciados, ninguno de ellos ha sido denunciado ni sacado a la luz por el propio partido, por tanto, se conocen y se consienten.
El propio Rajoy, cuando estalló el caso Bárcenas, mantuvo un bochornoso silencio que más bien se entendió como un apoyo al golfo o cuanto menos una actitud poco combativa con la corrupción, recordemos que acabó agradeciendole los servicios prestados en lugar de echarlo a la puñetera calle con denuncia incluida.
Rajoy, por tanto, es un corrupto más de los que creen no serlo y quizás sea ese el rasgo más característico de los corruptos que no tienen la percepción de serlo. Fijaos estos días, la portavoz del PSOE decía un día antes de la expulsión del golfo de Mulas de la Fundación y del partido, que era todo legal y moral, justo lo que no es.
Pero son miles de ejemplos que cuando se pilla a un corrupto es capaz de convencer a los ciudadanos con la verborrea habitual de estos charlatanes de feria cuya arma defensiva es la retórica aunque los hechos se encarguen de delatar todo lo contrario. A Felipe lo vimos convencer a la plebe con aquello de "Ni Flick ni Flock" cuando los maletines alemanes llegaban por cientos al PSOE para financiarlo, no quiero ni contar lo de "Pongo la mano en el fuego" o aquello otro de fulano "Goza de toda mi confianza porque es un tipo integro de los pies a la cabeza" y a los pocos dias le aparece una cuenta en las Bermudas que ni les hace sonrojar. En fin, se trata de un régimen corrupto y podrido hasta las entrañas y todo aquel que entra a formar parte de su núcleo corruptor que son los partidos no puede nunca decir aquello de "No generalicemos" pues está dentro de la célula cancerígena que contamina al resto del sistema.
Sr. Rajoy, usted no se entera de nada, usted mismo es un corrupto en potencia porque ni siquiera ha sido elegido por los ciudadanos, está ahí ocupando la presidencia del gobierno de la misma manera que la podía estar ocupando el bombero torero si su antecesor el Sr. Aznar le hubiera dejado caer el dedo como hizo con Ud. No de lecciones de nada ni a nadie porque es usted el resultado de un régimen donde nadie elige a nadie, sino que por el contrario e incumpliendo con todos los preceptos de una democracia aqui se nombran a dedo a los futuros representantes de los españoles y ese es uno de los grandes males por los que la corrupción está presente en la vida política porque los representantes nada tienen que ver con los representados porque su único votante es el que los designa, los nombra y los coloca en su escaño o, como es su caso, en la presidencia del gobierno. Y eso es lo más repugnante que le puede ocurrir a un régimen democrático pero lo más habitual en un régimen corrupto.
Carlos RH