Colaboraciones

LA CARICATURA, OTRA MUESTRA DE NUESTRA CULTURA





“¿Qué alta inteligencia, si de verdad lo es, será incapaz de esbozar, de buena gana, una sonrisa y hasta de soltar, de buen grado, una sonora carcajada al contemplar su propia caricatura?"

“Guasón”


En cierta ocasión, una reunión de antiguos compañeros de un colegio religioso, hoy transformado en hotel de lujo, parafraseando claramente un pensamiento feliz de Blaise Pascal, le escuché decir a “Metomentodo”, álter ego de uno de los mejores amigos del alma del menda lerenda, Emilio González, que “la caricatura, una de las muchas manifestaciones satíricas, ridiculizantes, artísticas, humanas, esconde razones que ni el corazón ni la razón (cada uno/a por separado) aciertan a explicar convincente, proba y satisfactoriamente”.

Hoy, viernes, 3 de febrero de 2006, festividad que el santoral dedica a recordar, entre otros, a San Blas, patrón que cuida de la garganta, “Otramotro” se encomienda a él para decir y, sin más ambages ni demoras, aducir y dejar sentado que, en el supuesto de que el Profeta de Alá y el Islam, Mahoma, viviera y se encontrara entre nosotros, en tanto en cuanto la persona inteligentísima que (todo el mundo lo reputa) fue, sin duda, haría el esfuerzo imprescindible, necesario, para comprender los diferentes tipos de humor que discurren por las distintas (ni mejores, ni peores) culturas (y, con seguridad, aceptaría considerar y hasta asumir que la caricatura también puede ser tenida y/o tomada por otros como una muestra de cultura) y, tal vez, concluiría que en la misma no había hallado ofensa contra nadie ni mucho menos ánimus iniuriandi o ánimus laedendi (contra él), sino defensa de la libertad de expresión y, sobre todo, ánimus iocandi.


Ángel Sáez García

Franky  
Sábado, 4 de Febrero 2006
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