En su entrevista al diario "El Mundo", publicada el 26 de febrero, Manuel Jimenez de Parga, expresidente del tribunal Constitucional y jurista de reconocido prestigio, refuerza las tresis que viene defendiendo Voto en Blanco desde hace meses, calificando de "Inconstitucionales" los estatutos de Cataluña y Andalucía y considerando esos textos legales, pero democráticamente ilegítimos, a la vista de los resultados de los referenda convocados en Cataluña y Andalucía para ratificar esos estatutos.
Según Jimenez de Parga "estos estatutos son insconstitucionales" porque en esos documentos "no se pueden incluir tablas de derechos y obligaciones especiales para unos ciudadanos". Y agrega: "Va contra el principio constitucional, recogido en dos preceptos, donde se afirma de forma rotunda que todos los españoels tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio nacional".
Tal como ha defendido reiteradamente Voto en Blanco, Jiménez de Parga cree que la escasa participación en esos referenda, además de ser "una autentica moción de censura a la clase política", convierte esos estatutos en legales pero democráticamente ilegítimos.
Argumenta el expresidente del Constitucional que los estatutos atentan contra los cimientos de la Constitución, precisamente contra el principio de igualdad de todos los españoles, no contra espectos periféricos de la Constitución, que pueden cambiarse.
También coincide Jiménez de Parga en el análisis habitual de voto en Blanco de que los partidos políticos son los grandes culpables de la degeneración de la democracia. El jurista plantea la tesis de que desde 1977, poco a poco, los partidos políticos, en lugar de agrupar a los simpatizantes de unas ideas polítiicas concretas "se han convertido en unas agencias de colocaciones generadoras de fieles empleados".
Según Jimenez de Parga "estos estatutos son insconstitucionales" porque en esos documentos "no se pueden incluir tablas de derechos y obligaciones especiales para unos ciudadanos". Y agrega: "Va contra el principio constitucional, recogido en dos preceptos, donde se afirma de forma rotunda que todos los españoels tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio nacional".
Tal como ha defendido reiteradamente Voto en Blanco, Jiménez de Parga cree que la escasa participación en esos referenda, además de ser "una autentica moción de censura a la clase política", convierte esos estatutos en legales pero democráticamente ilegítimos.
Argumenta el expresidente del Constitucional que los estatutos atentan contra los cimientos de la Constitución, precisamente contra el principio de igualdad de todos los españoles, no contra espectos periféricos de la Constitución, que pueden cambiarse.
También coincide Jiménez de Parga en el análisis habitual de voto en Blanco de que los partidos políticos son los grandes culpables de la degeneración de la democracia. El jurista plantea la tesis de que desde 1977, poco a poco, los partidos políticos, en lugar de agrupar a los simpatizantes de unas ideas polítiicas concretas "se han convertido en unas agencias de colocaciones generadoras de fieles empleados".