Si hubiera que optar entre Israel y Palestina, la elección sería fácil porque un demócrata tiende a situarse siempre al lado del débil, pero las cosas cambian si se tiene en cuenta que el conflicto no es entre Israel y Palestina, sino entre Israel y Gaza, un terriotorio controlado férreamente por Hamás, una organización terrorista y fanática como pocas en el mundo. Si eres independiente y honrado, el corazón te sitúa al lado de Palestina, porque parece el débil frente al fuerte, pero la cabeza no lo tiene tan claro. Cuando empleas la cabeza, descubres que los judíos son ocho millones y que viven rodeados y acosados por casi mil millones de musulmanes, que les odian a muerte. Si comparas y reflexionas, descubres que prefieres cien veces vivir en la pseudodemocracia judía que bajo la bota de Hamás, donde sólo hay sitio para esclavos. Lo más evidente en el rompecabezas es que cada vez que dos pueblos luchan entre sí fracasamos todos.
Hay una parte de Palestina controlada por el viejo movimiento Al-Fatah que no está enfrentándose a Israel. La guerra es entre Israel y la parte de Palestina en manos del terrorismo más cruel y sanguinario.
Reconozco que cuando "personajes" como Joan Saura y de Juana Chaos, junto con la plana mayor de los proetarras, se alinean con Hamás, uno tiende, por reacción natural, a alinearse con el bando contrario. Si, además, los cobardes artistas millonarios españoles, los famosos "tirititeros" de la "guardia de corps" de Zapatero, se manifiestan a favor de Hamás, tras haber guardado un silencio cobarde en decenas de conflictos y dramas anteriores, el impulso a colocarse en el bando contrario se hace casi irresistible.
El análisis correcto no es el de Zapatero, truculento y mediocre. Dice ZP, sin atreverse a entrar en un análisis profundo, pero inclinando la balanza del lado de los terroristas, que la reacción de Israel ha sido "desproporcionada". No resalta Zapatero que fue Hamás quien comenzó las hostilidades al lanzar misiles, Zapatero, como siempre, juega con el embuste y pretende quedar bien con todos, quizás porque su ideología es tan escasa que le cabe en un pastillero.
He visto un video sobre la educación de los niños por Hamás en los "kinder" de Gaza, que me hace ser hostíl frente al terrorismo islamista, totalitario e inmisericorde. Si quiere verlo, pulse aquí.
Si ya lo ha visto, comprenderá que la elección no es fácil, pero tendrá claro que Hamás no puede nunca tener razón en este conflicto porque su alma es rastrera, apesta a venganza y a odio fanático.
Sin embargo, a pesar de las confusiones y las pasiones, la conclusión más correcta para un demócrata es admitir que ninguno de los dos bandos merece hoy el apoyo pleno de un ciudadano libre y honrado.
Hay una parte de Palestina controlada por el viejo movimiento Al-Fatah que no está enfrentándose a Israel. La guerra es entre Israel y la parte de Palestina en manos del terrorismo más cruel y sanguinario.
Reconozco que cuando "personajes" como Joan Saura y de Juana Chaos, junto con la plana mayor de los proetarras, se alinean con Hamás, uno tiende, por reacción natural, a alinearse con el bando contrario. Si, además, los cobardes artistas millonarios españoles, los famosos "tirititeros" de la "guardia de corps" de Zapatero, se manifiestan a favor de Hamás, tras haber guardado un silencio cobarde en decenas de conflictos y dramas anteriores, el impulso a colocarse en el bando contrario se hace casi irresistible.
El análisis correcto no es el de Zapatero, truculento y mediocre. Dice ZP, sin atreverse a entrar en un análisis profundo, pero inclinando la balanza del lado de los terroristas, que la reacción de Israel ha sido "desproporcionada". No resalta Zapatero que fue Hamás quien comenzó las hostilidades al lanzar misiles, Zapatero, como siempre, juega con el embuste y pretende quedar bien con todos, quizás porque su ideología es tan escasa que le cabe en un pastillero.
He visto un video sobre la educación de los niños por Hamás en los "kinder" de Gaza, que me hace ser hostíl frente al terrorismo islamista, totalitario e inmisericorde. Si quiere verlo, pulse aquí.
Si ya lo ha visto, comprenderá que la elección no es fácil, pero tendrá claro que Hamás no puede nunca tener razón en este conflicto porque su alma es rastrera, apesta a venganza y a odio fanático.
Sin embargo, a pesar de las confusiones y las pasiones, la conclusión más correcta para un demócrata es admitir que ninguno de los dos bandos merece hoy el apoyo pleno de un ciudadano libre y honrado.