Para acceder a la verdad y escapar del acoso agobiante del pensamiento único y de la mentira institucionalizada, no hay en el presente otra vía que Internet. La red es hoy el único ámbito de diversidad y de libertad informativa que queda abierto en España. Internet ejerce hoy la misma función que "Radio Pirenaica" en los primeros años del Franquismo, cuando la censura del régimen lo controlaba todo y cuando resultaba casi imposible distinguir entre lo verdadero y lo falso.
El peso del poder en tiempos de Franco no era, ni mucho menos, más agobiante que el peso de los poderosos en esta España falsamente democrática, sin ciudadanos, sin una ley igual para todos, sin separación de poderes y férreamente dominada por partidos políticos, políticos profesionales y eternos y grandes familias casi plenamente inmunes e impunes.
Los peores crímenes se han cometido en esta España esperpéntica y tuneada sin que los medios lo hayan denunciado ni nadie haya pagado por ello. Han saqueado las cajas de ahorro, han empobrecido el país, se han repartido los despojos del sistema financiero de manera opaca e injusta, han esquilmado y empobrecido a las clases medias, han negado el derecho humano al trabajo, han destruido buena parte del tejido productivo, han creado un Estado insostenible, minado de corrupción, enfermo de obesidad mórbida y plagado de políticos, enchufados y familiares del poder.
No contentos con su obra, han convertido a España en un nauseabundo portaviones donde aterrizan las mafias y pululan los campeones mundiales del tráfico de estupefacientes, de la trata de blancas, del blanqueo de dinero y de los negocios abusivos, basados en el urbanismo y la especulación.
Los grandes bancos españoles y las grandes empresas están blindados y de ellos no habla la prensa porque la represalia a la crítica sería la ausencia de publicidad. Lo mismo hace el gobierno, los partidos políticos y los sindicatos, que cortan el grifo de las subvenciones, los contratos, las concesiones y del reparto publicitario a todo el que tenga la osadía de denunciar l verdad. La censura en la España "democrática" del presente consiste en negarte las subvenciones, los contratos y hasta el trabajo. Los que se llaman "demócratas" actúan como verdaderos sátrapas totalitarios a la hora de controlar el pensamiento y la crítica. Sólo hay espacio en España para la lisonja babosa y para el peloteo esclavo.
No existe semejanza alguna entre la España actual y una democracia verdadera. Ni una sola de las diez principales reglas básicas de la democracia se respeta en España, donde no hay separación de poderes, ni una ley igual para todos, ni protagonismo del ciudadano, ni prensa libre y crítica capaz de fiscalizar al poder, ni una sociedad civil fuerte e independiente, ni controles férreos a los partidos políticos, ni el imperio de la ética, ni elecciones realmente libres, ni lucha contra la corrupción, ni castigo para los corruptos, ni reino de la verdad....
Sólo en Internet pueden encontrarse artículos como el que usted está leyendo en este momento, críticas creíbles y pensamientos sustentados por la libertad y la verdad. Búsquelos y hágase consumidor de verdad porque están en juego su libertad, su decencia y su ciudadanía.
El peso del poder en tiempos de Franco no era, ni mucho menos, más agobiante que el peso de los poderosos en esta España falsamente democrática, sin ciudadanos, sin una ley igual para todos, sin separación de poderes y férreamente dominada por partidos políticos, políticos profesionales y eternos y grandes familias casi plenamente inmunes e impunes.
Los peores crímenes se han cometido en esta España esperpéntica y tuneada sin que los medios lo hayan denunciado ni nadie haya pagado por ello. Han saqueado las cajas de ahorro, han empobrecido el país, se han repartido los despojos del sistema financiero de manera opaca e injusta, han esquilmado y empobrecido a las clases medias, han negado el derecho humano al trabajo, han destruido buena parte del tejido productivo, han creado un Estado insostenible, minado de corrupción, enfermo de obesidad mórbida y plagado de políticos, enchufados y familiares del poder.
No contentos con su obra, han convertido a España en un nauseabundo portaviones donde aterrizan las mafias y pululan los campeones mundiales del tráfico de estupefacientes, de la trata de blancas, del blanqueo de dinero y de los negocios abusivos, basados en el urbanismo y la especulación.
Los grandes bancos españoles y las grandes empresas están blindados y de ellos no habla la prensa porque la represalia a la crítica sería la ausencia de publicidad. Lo mismo hace el gobierno, los partidos políticos y los sindicatos, que cortan el grifo de las subvenciones, los contratos, las concesiones y del reparto publicitario a todo el que tenga la osadía de denunciar l verdad. La censura en la España "democrática" del presente consiste en negarte las subvenciones, los contratos y hasta el trabajo. Los que se llaman "demócratas" actúan como verdaderos sátrapas totalitarios a la hora de controlar el pensamiento y la crítica. Sólo hay espacio en España para la lisonja babosa y para el peloteo esclavo.
No existe semejanza alguna entre la España actual y una democracia verdadera. Ni una sola de las diez principales reglas básicas de la democracia se respeta en España, donde no hay separación de poderes, ni una ley igual para todos, ni protagonismo del ciudadano, ni prensa libre y crítica capaz de fiscalizar al poder, ni una sociedad civil fuerte e independiente, ni controles férreos a los partidos políticos, ni el imperio de la ética, ni elecciones realmente libres, ni lucha contra la corrupción, ni castigo para los corruptos, ni reino de la verdad....
Sólo en Internet pueden encontrarse artículos como el que usted está leyendo en este momento, críticas creíbles y pensamientos sustentados por la libertad y la verdad. Búsquelos y hágase consumidor de verdad porque están en juego su libertad, su decencia y su ciudadanía.