La izquierda española, que siempre ha contado con un poderoso ejército de intelectuales y periodistas a su servicio, está perdiendo, a marchas forzadas, su blindaje ante la opinión pública. Durante años, pudieron mentir y engañar a mansalva, realizar tropelías y atentar contra la decencia, gracias a que una legión de opinadores siempre les defendían, pero ahora sus partidarios escapan y procuran ponerse a salvo ante la que se les viene encima. El blindaje que protegía a los ineptos ya no existe y ahora, Zapatero y los suyos se encuentran inermes ante la sociedad, sin otra defensa que su probada incompetencia.
El desengaño y el desánimo ante los desatinos y errores de Zapatero ha contagiado a sus compañeros de partido y a los muchos periodistas sometidos que defendían el malgobierno y la antidemocracia instaladas en el Ejecutivo. Al incompetente Zapatero y a todos los que les han acompañado en esta aventura desgraciada de poder, una vez perdida la coraza mediática, sólo les queda sufrimiento, decadencia y una dolorosa y humillante caída.
Suso del Toro, del que se dijo que era el escritor "de cabecera" de Zapatero, ahora procura distanciarse de su viejo amigo, al igual que están haciendo muchos de aquellos cineastas y cantantes "de la ceja", que en las campañas electorales de 2004 y 2008, cuando muchos veíamos que Zapatero era una plaga terrible capaz de devastar España, prestaron su apoyo, su popularidad y prestigio al más inepto de los candidatos, engañando y confundiendo a los votantes españoles, que en aquella ocasión podrían haber evitado los desastres dramáticos del último cuatrienio de España.
La revista Temas, que controla Alfonso Guerra, ha sido uno de los primeros medios en desertar. José Féliz Tezanos, publica en el número que salió este lunes ¿Resignados a perder?, un análisis en el que ataca con ariete a Zapatero por haber abierto con torpeza el debate sobre su sucesión, "con el efecto de generar desgastes añadidos, debido a lógicas razones de incertidumbre e inestabilidad".
Pero esa no es, ni mucho menos, la única baja en el ejercito mediático del poder. Carlos Carnicero, uno de los más combativos perros del poder, publicaba el pasado martes un artículo en el que compara los hundimientos de Adolf Hítler y el de Zapatero, criticando la resistencia obtusa de Zapatero a reconocer el evidente hundimiento del PSOE. Pocos días antes, en otro artículo, esparcía la mentira de que él fue uno de los primeros en descubrir la "fragilidad" del proyecto político de Zapatero, su autoritarismo y su escasa capacidad intelectual, cuando muchos periodistas independientes y libres llevamos seis años denunciando esas y otras cosas que el tal Carnicero todavía no se atreve a ver.
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El desengaño y el desánimo ante los desatinos y errores de Zapatero ha contagiado a sus compañeros de partido y a los muchos periodistas sometidos que defendían el malgobierno y la antidemocracia instaladas en el Ejecutivo. Al incompetente Zapatero y a todos los que les han acompañado en esta aventura desgraciada de poder, una vez perdida la coraza mediática, sólo les queda sufrimiento, decadencia y una dolorosa y humillante caída.
Suso del Toro, del que se dijo que era el escritor "de cabecera" de Zapatero, ahora procura distanciarse de su viejo amigo, al igual que están haciendo muchos de aquellos cineastas y cantantes "de la ceja", que en las campañas electorales de 2004 y 2008, cuando muchos veíamos que Zapatero era una plaga terrible capaz de devastar España, prestaron su apoyo, su popularidad y prestigio al más inepto de los candidatos, engañando y confundiendo a los votantes españoles, que en aquella ocasión podrían haber evitado los desastres dramáticos del último cuatrienio de España.
La revista Temas, que controla Alfonso Guerra, ha sido uno de los primeros medios en desertar. José Féliz Tezanos, publica en el número que salió este lunes ¿Resignados a perder?, un análisis en el que ataca con ariete a Zapatero por haber abierto con torpeza el debate sobre su sucesión, "con el efecto de generar desgastes añadidos, debido a lógicas razones de incertidumbre e inestabilidad".
Pero esa no es, ni mucho menos, la única baja en el ejercito mediático del poder. Carlos Carnicero, uno de los más combativos perros del poder, publicaba el pasado martes un artículo en el que compara los hundimientos de Adolf Hítler y el de Zapatero, criticando la resistencia obtusa de Zapatero a reconocer el evidente hundimiento del PSOE. Pocos días antes, en otro artículo, esparcía la mentira de que él fue uno de los primeros en descubrir la "fragilidad" del proyecto político de Zapatero, su autoritarismo y su escasa capacidad intelectual, cuando muchos periodistas independientes y libres llevamos seis años denunciando esas y otras cosas que el tal Carnicero todavía no se atreve a ver.
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Iñaki Gabilondo, maestro y modelo en España del periodismo sumiso al poder y cancerbero de la izquierda, se declara ahora "defraudado" por el presidente, al que acusa de sobrevalorar sus fuerzas y minusvalorar las dificultades. No es mucha crítica ante el que ha casi destruido la nación, pero algo es algo.
Entre los que tiemblan ahora por haber defendido la mentira, el engaño y la indecencia corrupta figuran otros como Antonio San José, Fermín Bocos y Antonio Papell, que hasta escribió un libro laudatorio sobre aquel Zapatero que ya mentía de manera compulsiva y desintegraba a España con sus pactos anti-PP, estimulando el desigual y anticonstitucional Statut de Cataluña y conviviendo amigablemente con la corrupción, el abuso, el despilfarro y la ruina económica y moral.
Otros, como José Luis Gómez, acusan ahora a Zapatero de poner en peligro "el andamiaje básico de la democracia española", pero la mayoría de los perros del poder, cargados de oprobio y de ridículo, prefieren guardar silencio y mantener ahora una especie de neutralidad cobarde que en ellos resulta incomprensible y lamentable.
Hasta los mas recalcitrantes, como Miguel Ángel Aguilar y Enric Sopena, se les nota la duda y la vergüenza de haber servido como coraza a un salteador de la política española.
Detrás de estas "estrellas" del periodismo sometido al poder hay legiones enteras de periodistas incrustados en los medios, instituciones y empresas del poder, que defienden a sus amos o ocultan sus desmanes y vergüenzas. Muchos de ellos, sobre todo en Amdalucía, donde la corrupción y el abuso han alcanzado niveles de vómito, sienten vergüenza ante su cobardía, pero se justifican pensando que no pueden hacer otra cosa, porque necesitan comer y alimentar a sus proles.
Y es que la realidad de la inmensa incompetencia de Zapatero, así como la inconmensurable cobardía de todo el PSOE, como todas las verdades, terminan por abrirse camino y por relucir, aunque haya dispuesto de ejércitos sometidos y lubricados de opinadores hábiles en la pleitesía, que un día renunciaron al más sagrado de los principios del periodismo democrático, el deber de fiscalizar a los poderes públicos para que no consigan hacer lo que Zapatero y los suyos han hecho con España: instaurar el reino del abuso y del mal gobierno, traicionando a sus ciudadanos y conduciendo a su país hacia el precipicio.
Entre los que tiemblan ahora por haber defendido la mentira, el engaño y la indecencia corrupta figuran otros como Antonio San José, Fermín Bocos y Antonio Papell, que hasta escribió un libro laudatorio sobre aquel Zapatero que ya mentía de manera compulsiva y desintegraba a España con sus pactos anti-PP, estimulando el desigual y anticonstitucional Statut de Cataluña y conviviendo amigablemente con la corrupción, el abuso, el despilfarro y la ruina económica y moral.
Otros, como José Luis Gómez, acusan ahora a Zapatero de poner en peligro "el andamiaje básico de la democracia española", pero la mayoría de los perros del poder, cargados de oprobio y de ridículo, prefieren guardar silencio y mantener ahora una especie de neutralidad cobarde que en ellos resulta incomprensible y lamentable.
Hasta los mas recalcitrantes, como Miguel Ángel Aguilar y Enric Sopena, se les nota la duda y la vergüenza de haber servido como coraza a un salteador de la política española.
Detrás de estas "estrellas" del periodismo sometido al poder hay legiones enteras de periodistas incrustados en los medios, instituciones y empresas del poder, que defienden a sus amos o ocultan sus desmanes y vergüenzas. Muchos de ellos, sobre todo en Amdalucía, donde la corrupción y el abuso han alcanzado niveles de vómito, sienten vergüenza ante su cobardía, pero se justifican pensando que no pueden hacer otra cosa, porque necesitan comer y alimentar a sus proles.
Y es que la realidad de la inmensa incompetencia de Zapatero, así como la inconmensurable cobardía de todo el PSOE, como todas las verdades, terminan por abrirse camino y por relucir, aunque haya dispuesto de ejércitos sometidos y lubricados de opinadores hábiles en la pleitesía, que un día renunciaron al más sagrado de los principios del periodismo democrático, el deber de fiscalizar a los poderes públicos para que no consigan hacer lo que Zapatero y los suyos han hecho con España: instaurar el reino del abuso y del mal gobierno, traicionando a sus ciudadanos y conduciendo a su país hacia el precipicio.