Zapatero y de la Vega, presidente y vicepresidente del gobierno de España, respectivamente, fueron increpados hoy con razón por la madre de uno de los paracaidistas muertos en el atentado de El Líbano, que les gritó “Esos muchachos no pueden ir sin protección”.
El gobierno español merece ese reproche por no dotar a los blindados españoles con mecanismos electrónicos inhibidores de frecuencia, instrumentos baratos que llevan en España los políticos y hasta los alcaldes de pueblo en sus coches oficiales.
La madre de un cabo de la Brigada Paracaidista, destinado en la base de Paracuellos del Jarama, increpó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, por la ausencia de inhibidores en los blindados españoles. Al término del funeral de Estado por los seis militares fallecidos el pasado domingo en Líbano, la madre de este militar se dirigió directamente al presidente del Gobierno para quejarse por la protección de los blindados BMR.
Zapatero se detuvo y segundos después se acercó a él la ‘número dos’ del Ejecutivo. Subiendo paulatinamente el tono de sus quejas, la madre reiteró una y otra vez: “no hay derecho” y “no hay valor para que estos militares estén sin protección”.
El grito de protesta de la dolorida madre es un ejemplo para los millones de españoles cobardes que toleran y soportan, sin protestar, los abusos, deficiencias y errores del poder político español, cada día más impune, a pesar de los daños demoledores que el mal gobierno y la clase política están ocasionando a la democracia española.
En medio de su intervención, la familiar lanzó un grito de “Viva Esperanza Aguirre” para después proclamar que ella no le debe nada a presidente del Gobierno ni a la presidenta regional. Esa "toma de partido" restó eficacia y contundencia a la protesta, que nació siendo "civica" y objetiva y se emponzoñó y devaluó al concluir con una toma de partido.
El gobierno español merece ese reproche por no dotar a los blindados españoles con mecanismos electrónicos inhibidores de frecuencia, instrumentos baratos que llevan en España los políticos y hasta los alcaldes de pueblo en sus coches oficiales.
La madre de un cabo de la Brigada Paracaidista, destinado en la base de Paracuellos del Jarama, increpó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, por la ausencia de inhibidores en los blindados españoles. Al término del funeral de Estado por los seis militares fallecidos el pasado domingo en Líbano, la madre de este militar se dirigió directamente al presidente del Gobierno para quejarse por la protección de los blindados BMR.
Zapatero se detuvo y segundos después se acercó a él la ‘número dos’ del Ejecutivo. Subiendo paulatinamente el tono de sus quejas, la madre reiteró una y otra vez: “no hay derecho” y “no hay valor para que estos militares estén sin protección”.
El grito de protesta de la dolorida madre es un ejemplo para los millones de españoles cobardes que toleran y soportan, sin protestar, los abusos, deficiencias y errores del poder político español, cada día más impune, a pesar de los daños demoledores que el mal gobierno y la clase política están ocasionando a la democracia española.
En medio de su intervención, la familiar lanzó un grito de “Viva Esperanza Aguirre” para después proclamar que ella no le debe nada a presidente del Gobierno ni a la presidenta regional. Esa "toma de partido" restó eficacia y contundencia a la protesta, que nació siendo "civica" y objetiva y se emponzoñó y devaluó al concluir con una toma de partido.