La opinión pública de Alemania está dividida por el caso de incesto protagonizado por Patrick y Susan Stübing, dos hermanos enamorados apasionadamente que quieren abolir la ley que considera criminal el matrimonio entre hermanos. Por Dios, que Zapatero no se entere, porque seguro que también autoriza el incesto en España.
Los hermanos enamorados alemanes están dispuestos a llevar su caso ante la Corte Constitucional para que la antigua ley que prohibe el incesto sea abolida.
Patrick, de 29 años, y Susan, de 24, iniciaron su relación en el año 2000 y tienen hoy cuatro hijos, tres de los cuales estan adoptados. Ambos son estos días protagonistas de la prensa, pero no sólo la del corazón porque su caso apasiona a la opinión pública no sólo de Alemania, sino también de las vecinas Holanda, Bélgica y Francia, donde también está prohibido el incesto.
Los hermanos incestuosos son protagonistas de una historia complicada. Vivieron su infancia separados, en la antigua Alemania comunista y sólo se conocieron en el año 2000. Patrick había sido adoptado por otra familia. Los dos hermanos se enamoraron apasionadamente e iniciaron una relación de pareja. Ahora afirman que están cansados de ser "amantes" y de ser tratados como criminales y quieren acabar con una ley que prohibe el incesto y que tiene cien años de antigüedad. Patrick ha pasado dos años en la cárcel y ahora está a punto de ingresar de nuevo en prisión, precisamente por no haber abandonado su relación incestuosa. "No somos culpables de lo que nos ha ocurrido", afirman ambos, mientras se desata la polémica e intervienen juristas, religiosos, moralistas, políticos, ante el regocijo de una prensa que gana audiencia.
Menos mal que Zapatero lee poco. Ojalá no se entere de la polémica alemana porque entonces aprueba el incesto en España, en menos de un mes.
Los hermanos enamorados alemanes están dispuestos a llevar su caso ante la Corte Constitucional para que la antigua ley que prohibe el incesto sea abolida.
Patrick, de 29 años, y Susan, de 24, iniciaron su relación en el año 2000 y tienen hoy cuatro hijos, tres de los cuales estan adoptados. Ambos son estos días protagonistas de la prensa, pero no sólo la del corazón porque su caso apasiona a la opinión pública no sólo de Alemania, sino también de las vecinas Holanda, Bélgica y Francia, donde también está prohibido el incesto.
Los hermanos incestuosos son protagonistas de una historia complicada. Vivieron su infancia separados, en la antigua Alemania comunista y sólo se conocieron en el año 2000. Patrick había sido adoptado por otra familia. Los dos hermanos se enamoraron apasionadamente e iniciaron una relación de pareja. Ahora afirman que están cansados de ser "amantes" y de ser tratados como criminales y quieren acabar con una ley que prohibe el incesto y que tiene cien años de antigüedad. Patrick ha pasado dos años en la cárcel y ahora está a punto de ingresar de nuevo en prisión, precisamente por no haber abandonado su relación incestuosa. "No somos culpables de lo que nos ha ocurrido", afirman ambos, mientras se desata la polémica e intervienen juristas, religiosos, moralistas, políticos, ante el regocijo de una prensa que gana audiencia.
Menos mal que Zapatero lee poco. Ojalá no se entere de la polémica alemana porque entonces aprueba el incesto en España, en menos de un mes.