Aunque se lo aseguren, no ocurrió así. Sólo es un chiste:
Después de visitar Senegal para solucionar con dinero el problema de los cayucos cargados de inmigrantes ilegales que llegan a Canarias, Zapatero, Rubalcaba y Martía Teresa Fernández de la Vega abandonaban el país para regresar a España.
El aduanero, un gigantesco funcionario cumplidor, tras explicar a los españoles que la legislación del país es muy rígida y exigente con la exportación del patrimonio y de las especies protegidas, obliga a los españoles a abrir sus maletas. La de Zapatero ocultaba dos hermosos colmillos de elefante.
- No es posible sacar esto. Es delito. Queda confiscado.
¿Sabe usted quien soy? Soy Zapatero, presidente de España, y acabo de regalar a su país 50 millones de euros.
- Es cierto. Le reconozco. Le he visto en la prensa. Puede pasarlo, pero no lo vuelva a hacer.
La maleta de Rubalcaba ocultaba un hermoso cuerno de rinoceronte blanco.
-Imposible sacar esta pieza. Es una especie en extinción. Queda confiscado.
¿Pero, sabe usted quien soy? Soy Rubalcaba, ministro del Interior de España y jefe de los guardias que están ayudando a sus policías con patrulleras.
- Es cierto. Le reconozco por la prensa. Es usted un verdadero amigo de Senegal. Puede llevarse el cuerno.
El aduanero mira con seriedad a los dos españoles y, desviando la mirada hacia la vicepresidenta, les grita con autoridad:
¡Pero la mona se queda aquí!
Después de visitar Senegal para solucionar con dinero el problema de los cayucos cargados de inmigrantes ilegales que llegan a Canarias, Zapatero, Rubalcaba y Martía Teresa Fernández de la Vega abandonaban el país para regresar a España.
El aduanero, un gigantesco funcionario cumplidor, tras explicar a los españoles que la legislación del país es muy rígida y exigente con la exportación del patrimonio y de las especies protegidas, obliga a los españoles a abrir sus maletas. La de Zapatero ocultaba dos hermosos colmillos de elefante.
- No es posible sacar esto. Es delito. Queda confiscado.
¿Sabe usted quien soy? Soy Zapatero, presidente de España, y acabo de regalar a su país 50 millones de euros.
- Es cierto. Le reconozco. Le he visto en la prensa. Puede pasarlo, pero no lo vuelva a hacer.
La maleta de Rubalcaba ocultaba un hermoso cuerno de rinoceronte blanco.
-Imposible sacar esta pieza. Es una especie en extinción. Queda confiscado.
¿Pero, sabe usted quien soy? Soy Rubalcaba, ministro del Interior de España y jefe de los guardias que están ayudando a sus policías con patrulleras.
- Es cierto. Le reconozco por la prensa. Es usted un verdadero amigo de Senegal. Puede llevarse el cuerno.
El aduanero mira con seriedad a los dos españoles y, desviando la mirada hacia la vicepresidenta, les grita con autoridad:
¡Pero la mona se queda aquí!