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"Huevones", "Güevones" y "Güevonas



En España se dice "huevón", pero es mas contundente y sonoro el término americano: "güevón". Llaman "güevón" al cobarde que se amilana ante cualquier obstáculo, a quien no es capaz de defender sus principios y valores o a quien se deja dominar por personas carentes de calidad y méritos, que ni siquiera merecen respeto. España está llena de "huevones" no solo porque soportamos que nuestra sociedad se deje controlar por muchos políticos que deberían estar en prisión, sino porque nuestra cobardía está contribuyendo a que el mundo que nos rodea sea carente de valores y dominado por una falsa tolerancia que esconde cobardía y miedo a enfrentarse a los problemas y a ser coherente.
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Hay huevones que se dejan dominar por mujeres que no son ejemplares, que toleran a sus parejas abusos e indecencias y que no saben crear una familia equilibrada en decoro y respeto mutuo. Muchos han pasado del machismo a la cobardía. Pero hay también huevonas que no defienden sus derechos, que soportan de sus parejas humillaciones y situaciones indignas, semejantes a la esclavitud. Hay padres huevones que se dejan avasallar por sus hijos. Hay, sobre todo, millones de ciudadanos ahuevados, que permiten que el Estado español esté controlado por indeseables, a los que se les permite gobernar sin democracia ni decencia, robar y abusar de un poder cuyo propietario, aunque parezca increíble, es el mismo ciudadano marginado y expoliado.

La nuestra es una época de huevones. Lo han sido hasta la vergüenza los padres que no se atrevían a levantarse en la madrugada cuando sus hijos llegaban a casa borrachos o atiborrados de drogas. No querían problemas pero hoy tienen que padecer a hijos ya adultos, mal educados, sin voluntad, incapaces de abrirse camino en la vida, desconocedores del esfuerzo, condenados al desempleo y suscritos a los subsidios y ayudas del gobierno.

Los "güevones" son ya una plaga en España que debilita la sociedad, daña la civilización y desequilibra la convivencia. La debilidad ante los abusos de la pareja, incluyendo los cuernos, de los hijos, algunos convertidos en maltratadores de sus padres, y de los políticos, a muchos de los cuales se les permite ejercer el poder a pesar de que merecen ser encarcelados, es el peor drama de la sociedad española, peor que el despotismo de la casta política y que la corrupción que ha minado las entrañas de España.

El "huevonismo" es un drama español de grandes proporciones, ocultado por los medios y por los poderes públicos porque ese ablandamiento general, esa cobardía frente al abuso y el relajamiento de los valores beneficia a los poderosos, agrada a los falsos progresistas y fabrica las manadas de borregos que los poderosos necesitan para seguir oprimiendo y subyugando.

Los huevones son indignos y constituyen, junto con los políticos, el núcleo de la basura española. Ambos, huevones y políticos, se merecen y se necesitan mutuamente, los huevones porque parecen sentirse a gusto dominados por amos y opresores que les desprecian, les marginan, les cobran impuestos y no les dan sino miseria a cambio, y los políticos porque saben no que permanecerían ni un minuto en el poder si en lugar de huevones España fuera un país poblado por ciudadanos decentes, dignos y con huevos.


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Martes, 1 de Julio 2014
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