El presidente francés, François Hollande, cargado de problemas y con su popularidad por los suelos, viajará hoy a Madrid para participar en la XXIII cumbre franco española. Francia era un país próspero que actuaba como locomotora, junto con Alemania, pero después de dos años de gobierno socialista se ha convertido en el problema mas preocupante de Europa. El miedo a los gobiernos socialistas, ya visible en España, Grecia, Portugal y otros países europeos, se extiende por toda la Europa comunitaria como una mancha de aceite.
Su reunión con Mariano Rajoy, un político todavía mas desprestigiado que Hollande y con niveles de rechazo popular inconcebibles en Europa, es patética y será el reflejo del fracaso de la construcción de una Europa decente y valorada por sus ciudadanos, obligados a soportar dictaduras camufladas de democracia y a dirigentes sin altura ni grandeza, que no merecen gobernar.
Con seguridad, el gobierno de Rajoy tiene perfectamente medido el rechazo al socialismo que existe en España y por eso incumple sus promesas electorales, recorta sin misericordia servicios vitales y exprime y abruma con impuestos injustos a los ciudadanos, sin miedo a que en las próximas elecciones funcione la venganza. La derecha española sabe que la mayoría de los ciudadanos, incluso muchos con sentimientos de izquierda, no se atreverán a votar socialista porque la imagen del fracaso económico, moral y político de Zapatero sigue presente y grabada con letras de fuego en las conciencias.
El hecho de que la ineficiencia socialista haya batido todos los records en Francia, donde los socialistas de Hollande son ya los gobernantes peor valorados en las últimas décadas, después de haber aniquilado, en menos de dos años, todo el brío económico de la sociedad gala, no ayuda precisamente a fomentar el prestigio del socialismo en Europa.
Pero de todos los fracasos socialistas en Europa, el peor y el que mas daño ha hecho a la izquierda es el de Zapatero en España, al que los medios y los políticos, con rara unanimidad, consideran un pobre diablo fracasado y medio estúpido que habría precipitado a España en el abismo del fracaso total si hubiera permanecido tan solo un año mas en el poder.
En Alemania, la victoria electoral reciente de Ángela Merkel es interpretada por muchos expertos mas como un fracaso de la izquierda que como una victoria de la canciller conservadora, a la que muchos alemanes han votado con la nariz tapada, precisamente, para cerrar el paso a los socialdemócratas, con los que gobernará peligrosamente en coalición, tras haber alcanzado en las últimas horas un precario y difícil acuerdo.
Su reunión con Mariano Rajoy, un político todavía mas desprestigiado que Hollande y con niveles de rechazo popular inconcebibles en Europa, es patética y será el reflejo del fracaso de la construcción de una Europa decente y valorada por sus ciudadanos, obligados a soportar dictaduras camufladas de democracia y a dirigentes sin altura ni grandeza, que no merecen gobernar.
Con seguridad, el gobierno de Rajoy tiene perfectamente medido el rechazo al socialismo que existe en España y por eso incumple sus promesas electorales, recorta sin misericordia servicios vitales y exprime y abruma con impuestos injustos a los ciudadanos, sin miedo a que en las próximas elecciones funcione la venganza. La derecha española sabe que la mayoría de los ciudadanos, incluso muchos con sentimientos de izquierda, no se atreverán a votar socialista porque la imagen del fracaso económico, moral y político de Zapatero sigue presente y grabada con letras de fuego en las conciencias.
El hecho de que la ineficiencia socialista haya batido todos los records en Francia, donde los socialistas de Hollande son ya los gobernantes peor valorados en las últimas décadas, después de haber aniquilado, en menos de dos años, todo el brío económico de la sociedad gala, no ayuda precisamente a fomentar el prestigio del socialismo en Europa.
Pero de todos los fracasos socialistas en Europa, el peor y el que mas daño ha hecho a la izquierda es el de Zapatero en España, al que los medios y los políticos, con rara unanimidad, consideran un pobre diablo fracasado y medio estúpido que habría precipitado a España en el abismo del fracaso total si hubiera permanecido tan solo un año mas en el poder.
En Alemania, la victoria electoral reciente de Ángela Merkel es interpretada por muchos expertos mas como un fracaso de la izquierda que como una victoria de la canciller conservadora, a la que muchos alemanes han votado con la nariz tapada, precisamente, para cerrar el paso a los socialdemócratas, con los que gobernará peligrosamente en coalición, tras haber alcanzado en las últimas horas un precario y difícil acuerdo.