“Imposible es el adjetivo de los imbéciles”.
Napoleón Bonaparte
Considerando los rosarios de insultos que han salido por las bocas de los “hunos” y las sartas de saetas o denuestos que han ayudado a proferir las muis muy viperinas de los “hotros”, el presidente del Gobierno de la Nación, don José Luis Rodríguez Zapatero, debería mandar callar a sus huestes y el presidente del PP, don Mariano Rajoy Brey, ordenar “¡chitón!” a sus tropas. Y uno y otro quedar en verse para decirse a la cara cuantas contumelias tengan (si es que les queda alguna pendiente) que espetarse, pero sin olvidar que entre ambos tienen que ayudar a desatascar y solucionar la situación política, atorada, que vivimos hoy los españoles y a arreglar definitivamente o levantar y tender nuevos puentes; pues, entre los “hunos” y los “hotros”, se han ido cargando, poco a poco, la inmensa mayoría de los que había diseminados por toda esta piel de toro puesta a secar que aún lleva con cierta dignidad la etiqueta de España.
Ambos, Rodríguez Zapatero y Rajoy Brey, parecen ignorar que, mientras ellos se tiran los trastos a la cabeza, los etarras, las (er)ratas, los causantes (irresponsables) y responsables de las víctimas del terrorismo, aprovechan la coyuntura, ocasión propicia, para seguir haciendo lo suyo, que no es otra cosa que deshacer lo nuestro, el consenso, el pacto que en materia antiterrorista tan pésimamente les fue a las alimañas y tan buenos frutos nos deparó a los demócratas.
Por favor, háganle caso a Mayte Pagaza y, sobre todo, acierten; porque, como dijo, dejó escrito y mandó grabar en letras de molde mi álter ego, Emilio González, “Metomentodo”, “tengo para mí que la virtud no es más que la costumbre que tienen determinados actores de llevar a cabo acciones onerosas para ellos, pero beneficiosas para el público”.
Ángel Sáez García
Napoleón Bonaparte
Considerando los rosarios de insultos que han salido por las bocas de los “hunos” y las sartas de saetas o denuestos que han ayudado a proferir las muis muy viperinas de los “hotros”, el presidente del Gobierno de la Nación, don José Luis Rodríguez Zapatero, debería mandar callar a sus huestes y el presidente del PP, don Mariano Rajoy Brey, ordenar “¡chitón!” a sus tropas. Y uno y otro quedar en verse para decirse a la cara cuantas contumelias tengan (si es que les queda alguna pendiente) que espetarse, pero sin olvidar que entre ambos tienen que ayudar a desatascar y solucionar la situación política, atorada, que vivimos hoy los españoles y a arreglar definitivamente o levantar y tender nuevos puentes; pues, entre los “hunos” y los “hotros”, se han ido cargando, poco a poco, la inmensa mayoría de los que había diseminados por toda esta piel de toro puesta a secar que aún lleva con cierta dignidad la etiqueta de España.
Ambos, Rodríguez Zapatero y Rajoy Brey, parecen ignorar que, mientras ellos se tiran los trastos a la cabeza, los etarras, las (er)ratas, los causantes (irresponsables) y responsables de las víctimas del terrorismo, aprovechan la coyuntura, ocasión propicia, para seguir haciendo lo suyo, que no es otra cosa que deshacer lo nuestro, el consenso, el pacto que en materia antiterrorista tan pésimamente les fue a las alimañas y tan buenos frutos nos deparó a los demócratas.
Por favor, háganle caso a Mayte Pagaza y, sobre todo, acierten; porque, como dijo, dejó escrito y mandó grabar en letras de molde mi álter ego, Emilio González, “Metomentodo”, “tengo para mí que la virtud no es más que la costumbre que tienen determinados actores de llevar a cabo acciones onerosas para ellos, pero beneficiosas para el público”.
Ángel Sáez García