(Siempre que entendamos que sólo merece y prestigia el vocablo "héroe" o "heroína" la persona que, estando dispuesta a dar su propia vida, se cerciora de que nadie predicará su gesto ni aireará su hazaña; y, asimismo, que la coherencia es el acomodo, la conjunción y/o el encaje entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace).
En esta piel de toro puesta a secar, concretanto un poco más, en el País Vasco, en el ámbito de la política, es toda una suerte poder encontrarte, dentro del PSOE, y contar, entre otras personas, con gente tan válida, honesta y coherente como Rosa Díez, Maite Pagazaurtundua, Nicolás Redondo Terreros, Carlos Totorika y quien aparece en el rótulo de este texto, la profesora de la Universidad del País Vasco (UPV) y edil del Ayuntamiento de Getxo, Gotzone Mora, que ayer volvió a reprender al Gobierno de la Nación, porque, según su criterio, aunque el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha ofrecido recursos dinerarios a las víctimas del terrorismo (el dato es irrefutable), no les ha concedido a las tales, por el momento, lo que ellas más demandaban y necesitaban, dignidad.
Coincido con Gotzone en su idea o planteamiento de que el mandamás del Gabinete ha errado no desplazándose a Valencia para asistir al III Congreso Internacional (así lo dejé escrito) y estar al lado de las víctimas (no ha hecho el esfuerzo de ponerse en el lugar de ellas –si lo hubiese hecho, tengo por seguro que hubiera ido-).
Mas debo ponerle a Gotzone un "pero". La profesora de la UPV fue coherente al ausentarse del auditorio cuando tomó la palabra el Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba. El menda lerenda, sin embargo, hubiera permanecido sentado en su asiento, para, una vez terminada la alocución del mentado y teniendo en cuenta lo que dijo, hacerle un par de preguntas comprometidas.
Aun así, qué alegría poder contar con gente tan inteligente y coherente. Cuánta razón le asistía (tanta, que ésta desbordaba por todos los costados) a "Jacques Deval" (seudónimo de Jacques Bouleran) cuando vino a aseverar aquello, incuestionable, de que "una alegría compartida es una alegría doble; una pena compartida es la mitad de una pena".
Ángel Sáez García
En esta piel de toro puesta a secar, concretanto un poco más, en el País Vasco, en el ámbito de la política, es toda una suerte poder encontrarte, dentro del PSOE, y contar, entre otras personas, con gente tan válida, honesta y coherente como Rosa Díez, Maite Pagazaurtundua, Nicolás Redondo Terreros, Carlos Totorika y quien aparece en el rótulo de este texto, la profesora de la Universidad del País Vasco (UPV) y edil del Ayuntamiento de Getxo, Gotzone Mora, que ayer volvió a reprender al Gobierno de la Nación, porque, según su criterio, aunque el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha ofrecido recursos dinerarios a las víctimas del terrorismo (el dato es irrefutable), no les ha concedido a las tales, por el momento, lo que ellas más demandaban y necesitaban, dignidad.
Coincido con Gotzone en su idea o planteamiento de que el mandamás del Gabinete ha errado no desplazándose a Valencia para asistir al III Congreso Internacional (así lo dejé escrito) y estar al lado de las víctimas (no ha hecho el esfuerzo de ponerse en el lugar de ellas –si lo hubiese hecho, tengo por seguro que hubiera ido-).
Mas debo ponerle a Gotzone un "pero". La profesora de la UPV fue coherente al ausentarse del auditorio cuando tomó la palabra el Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba. El menda lerenda, sin embargo, hubiera permanecido sentado en su asiento, para, una vez terminada la alocución del mentado y teniendo en cuenta lo que dijo, hacerle un par de preguntas comprometidas.
Aun así, qué alegría poder contar con gente tan inteligente y coherente. Cuánta razón le asistía (tanta, que ésta desbordaba por todos los costados) a "Jacques Deval" (seudónimo de Jacques Bouleran) cuando vino a aseverar aquello, incuestionable, de que "una alegría compartida es una alegría doble; una pena compartida es la mitad de una pena".
Ángel Sáez García