Pese a los errores de gobierno de González, marcados por la corrupción y una pésima política económica y laboral, nadie puede dudar que obra suya es la entrada de España en la OTAN y en la antigua CEE, actual UE, gracias a la cual este país ha progresado tanto. González, pese a la corrupción y los GAL pasará a la historia como un buen gobernante que puso las primeras piedras del desarrollo de este país, Felipe González nunca traicionó sus principios, fué un hombre de Estado, que tuvo mucho cuidado de mover los cimientos de nuestra sociedad. Sólo un error grave le achaco, el resto son errores políticos y de gestión. El único error grave de Felipe González fué debilitar la naciente democracia, poniendo los cimientos de la actual oligocracia, haciéndose con el poder judicial y con el poder mediático, controlando ambos desde el gobierno, que, unido al error de base de la no separación de poder ejecutivo y legislativo, le dan cada 4 años al gobierno un poder absoluto y dictatorial, poder que está aprovechando Zapatero para hacer temblar los cimientos del Estado.
Aznar, otro gran gobernante de la política española, tampoco falló a sus ideales. Lliberalizó el mercado y adelgazó bastante el Estado (le faltó quitarse TVE para adelgazarlo del todo). Permitió un gran desarrollo económico que nos facilitó la entrada en el Euro. Errores de gobierno también tuvo, el mantenimiento de la LOGSE durante 8 años (recordemos aprobada en el 95 por el PSOE de González), el deterioro del ejército, el aumento de la precariedad laboral y una nefasta política de inmigración e integración que, a día de hoy, se está transformando en un gran problema social. Sin olvidar la cuestión de la Guerra de Irak, o el oscurantismo del Yakolev. Y el más grave, permitir y mantener el sistema pseudodemocrático instaurado por González. Sin embargo, no cabe ninguna duda del respeto que sentía por España y de su esfuerzo por hacer de sus cimientos y de su posición internacional más fuertes y resistentes que nunca.
Hoy Zapatero no sólo comete enormes errores políticos y de gestión, sino que está minando los cimientos del Estado de Derecho, y digo bien, los está minando, porque la sociedad española no los ha hecho templar, no los ha cuestionado, sino que los ha admirado y cuidado. Zapatero, a través de una pésima política territorial, pésima política ¿contra? el terrorismo y pésima política internacional (no sólo alineándose a los peores gobernantes, sino enfretándose a grandes potencias como EE.UU. y Alemania, caso eON, muy similar al de Repsol en Bolivia) está minando los cimientos del Estado... y si algún día estallan esas bombas derrumbará el edificio que tanto esfuerzo ha costado construir, pero aunque no estallen, sus políticas tendran consecuencias imprevisibles y perjudiciales para la Nación.
Alehop
Aznar, otro gran gobernante de la política española, tampoco falló a sus ideales. Lliberalizó el mercado y adelgazó bastante el Estado (le faltó quitarse TVE para adelgazarlo del todo). Permitió un gran desarrollo económico que nos facilitó la entrada en el Euro. Errores de gobierno también tuvo, el mantenimiento de la LOGSE durante 8 años (recordemos aprobada en el 95 por el PSOE de González), el deterioro del ejército, el aumento de la precariedad laboral y una nefasta política de inmigración e integración que, a día de hoy, se está transformando en un gran problema social. Sin olvidar la cuestión de la Guerra de Irak, o el oscurantismo del Yakolev. Y el más grave, permitir y mantener el sistema pseudodemocrático instaurado por González. Sin embargo, no cabe ninguna duda del respeto que sentía por España y de su esfuerzo por hacer de sus cimientos y de su posición internacional más fuertes y resistentes que nunca.
Hoy Zapatero no sólo comete enormes errores políticos y de gestión, sino que está minando los cimientos del Estado de Derecho, y digo bien, los está minando, porque la sociedad española no los ha hecho templar, no los ha cuestionado, sino que los ha admirado y cuidado. Zapatero, a través de una pésima política territorial, pésima política ¿contra? el terrorismo y pésima política internacional (no sólo alineándose a los peores gobernantes, sino enfretándose a grandes potencias como EE.UU. y Alemania, caso eON, muy similar al de Repsol en Bolivia) está minando los cimientos del Estado... y si algún día estallan esas bombas derrumbará el edificio que tanto esfuerzo ha costado construir, pero aunque no estallen, sus políticas tendran consecuencias imprevisibles y perjudiciales para la Nación.
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