Sus compañeros socialistas se niegan a condenarlo, a pesar de que, con su comportamiento, causó estragos a España y sufrimientos enormes a sus ciudadanos. Como mucho, consideran a Zapatero un político que se equivocó y en privado aceptan que también fue un inepto, pero los hechos empujan a creer que sus errores no pudieron ser casuales o productos del desatino o la mala fortuna, sino que fueron planificados y con conciencia de los daños que su política causaría a España. Cuando el país se hundía, la deuda se disparaba y él pedía dinero como un loco a los mercados, endeudando y comprometiendo el futuro de varias generaciones de españoles, se dedicó a repartir subvenciones como un demente. El año 2011 concedió subvenciones por 11.820 millones de euros, la mayoría de ellas a asociaciones amigas o afines a su partido y a su ideología, dejando a España con un déficit público cercano al 9% del PIB y con 5 millones de parados. Todavía los españoles esperan que Zapatero les pida perdón o que se arrepienta públicamente de los enormes daños causados.
Los observatorios de género fueron, sin duda, las instituciones más favorecidas por estas subvenciones, mayores que en los años anteriores, a pesar de que la nave de España ya hacía agua por todas partes. Con ese dinero ahorrado, se habría cumplido con creces el objetivo del déficit comprometido con Europa y los mercados no habrían crucificado a España colocándola al borde del rescate y haciéndole pagar altísimos intereses por su deuda.
Durante su etapa como gobernante, Zapatero causó daños terribles a España y a los españoles, desde permitir cientos de miles de desahucios, todos ellos amparados en una legislación abusiva y contraria a los derechos humanos, hasta llenar el país de desempleados, pobres y gente triste y sin esperanza, todo producto de decisiones de gobierno equivocadas y muchas de ellas injustas y lamentables, como el incremento del blindaje y de los privilegios de la casta política y la compra de votos a cambio de beneficios y ventajas, que causaron, además, la ruptura del principio de igualdad territorial y el desprestigio internacional de España. Demasiados errores para pensar que al frente del gobierno había solo un inepto incapaz.
Ante esos hechos y muchos otros, surge la gran duda: ¿Fue Zapatero, como dicen sus correligionarios, un equivocado o un inepto o, por el contrario, fue un malvado que sacrificó a España repartiendo dinero entre los suyos antes de abandonar el poder, a pesar de que sabía que con esa política destrozaba al país? ¿Fue un pobre diablo o un auténtico malvado?
La reacción furiosa de los españoles, que le retiraron su apoyo y lo arrinconaron, obligándole a abandonar la primera línea política, parece apuntar hacia una culpabilidad directa del mandatario. Sin embargo, es la Historia y los ciudadanos los que emitirán sobre él el juicio definitivo.
Los observatorios de género fueron, sin duda, las instituciones más favorecidas por estas subvenciones, mayores que en los años anteriores, a pesar de que la nave de España ya hacía agua por todas partes. Con ese dinero ahorrado, se habría cumplido con creces el objetivo del déficit comprometido con Europa y los mercados no habrían crucificado a España colocándola al borde del rescate y haciéndole pagar altísimos intereses por su deuda.
Durante su etapa como gobernante, Zapatero causó daños terribles a España y a los españoles, desde permitir cientos de miles de desahucios, todos ellos amparados en una legislación abusiva y contraria a los derechos humanos, hasta llenar el país de desempleados, pobres y gente triste y sin esperanza, todo producto de decisiones de gobierno equivocadas y muchas de ellas injustas y lamentables, como el incremento del blindaje y de los privilegios de la casta política y la compra de votos a cambio de beneficios y ventajas, que causaron, además, la ruptura del principio de igualdad territorial y el desprestigio internacional de España. Demasiados errores para pensar que al frente del gobierno había solo un inepto incapaz.
Ante esos hechos y muchos otros, surge la gran duda: ¿Fue Zapatero, como dicen sus correligionarios, un equivocado o un inepto o, por el contrario, fue un malvado que sacrificó a España repartiendo dinero entre los suyos antes de abandonar el poder, a pesar de que sabía que con esa política destrozaba al país? ¿Fue un pobre diablo o un auténtico malvado?
La reacción furiosa de los españoles, que le retiraron su apoyo y lo arrinconaron, obligándole a abandonar la primera línea política, parece apuntar hacia una culpabilidad directa del mandatario. Sin embargo, es la Historia y los ciudadanos los que emitirán sobre él el juicio definitivo.