La novela "Sumisión" venderá muchos miles de ejemplares gracias al atentado terrible del 7 de enero de 2015, cuando un comando extremista islámico asesinó al menos a doce personas en un ataque a la sede de Charlie Hebdo, el semanario francés que publicó las caricaturas de Mahoma.
Se trata de un atentado que podría tener una inmensa y profunda repercusión en toda Europa porque se produce cuando millones de europeos se plantean ya abiertamente el cierre de las fronteras del continente a los musulmanes que llegan como inmigrantes sin respeto a la cultura autóctona, sin voluntad de integrarse y muchos de ellos con propósitos de delinquir y de destruir el orden y la cultura europea.
Tres hombres armados asaltaron la redacción y mataron a 12 personas, pero las victimas serán, probablemente, algunas más porque varias están en situación crítica. 3.000 policías buscan a los tres asaltantes, cuya identidad se desconoce. El presidente de l República, François Hollande, profundamente preocupado porque ese atentado puede desatar en toda Europa un intenso odio a todo lo musulmán, ya que se produce en un momento delicado, cuando millones de europeos rechazan la violencia salvaje del extremismo islamista, que está asesinando a miles de personas en Siria e Iraq y pugna por desatar el exterminio y la guerra en otros muchos paises, incluso en el corazón de Europa.
La revista se hizo mundialmente conocida a raíz de la publicación de varias caricaturas de Mahoma en 2012, lo que irritó el ánimo de sectores radicales islamistas.
El atentado se produjo el primer día de ventas de la novela "Sumisión", cuyo autor, Michel Houellebecq, afirma que no ha escrito el libro para provocar sino para anticipar algo que podría suceder.
El argumento del relato futurista retrata una Francia convertida en un régimen islámico tras la victoria de un nuevo partido, Fraternidad Musulmana, en las presidenciales de 2022. Su candidato, Mohammed Ben Abbes, superó a Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones, gracias al apoyo del resto de fuerzas políticas, estupidamente decididas a impedir la victoria de la ultraderecha, prefiriendo apoyar a los musulmanes radicales.
El país dibujado por Houellebecq es una imagen deformada de la Francia de hoy, que sortea “los últimos residuos de una socialdemocracia agonizante” y está poblada por ciudadanos desencantados por la política, únicamente “galvanizados por su adoración a deportistas, modistos, actores y modelos”, que se limitan a ver “reality shows sobre la obesidad” en televisión, mientras ingieren “platos precocinados fiables por su insipidez”. El retrato de esa Francia se parece mucho a la España de Rajoy y a otros países europeos donde la decadencia se impone, empujada por la cobardía de los políticos y de la sociedad, del buenismo y de ese multiculturalismo que a veces esconde un espíritu esclavo y una intensa falta de valores y de honor.
La Francia musulmana de "Sumisión" es sobrecogedora: La Sorbona es ahora una universidad islámica financiada por riquísimos emires, con las paredes decoradas con versos del Corán y un rector casado con tres esposas, una de ellas adolescente. Los profesores que no se han convertido al Islam a tiempo han sido jubilados, pero monarquías petroleras han puesto astronómicas pensiones a su disposición. La sharía no ha sido aplicada, pero el escote y la minifalda han sido proscritos y las mujeres, incitadas a retirarse del mercado laboral a cambio de cuantiosas ayudas públicas. Los trenes cuentan con menú halal. Turquía, Argelia y Marruecos han pasado a ser miembros de la Unión Europea, en el marco de la “reconstrucción del Imperio Romano” a la que aspira el nuevo presidente.
Se trata de un atentado que podría tener una inmensa y profunda repercusión en toda Europa porque se produce cuando millones de europeos se plantean ya abiertamente el cierre de las fronteras del continente a los musulmanes que llegan como inmigrantes sin respeto a la cultura autóctona, sin voluntad de integrarse y muchos de ellos con propósitos de delinquir y de destruir el orden y la cultura europea.
Tres hombres armados asaltaron la redacción y mataron a 12 personas, pero las victimas serán, probablemente, algunas más porque varias están en situación crítica. 3.000 policías buscan a los tres asaltantes, cuya identidad se desconoce. El presidente de l República, François Hollande, profundamente preocupado porque ese atentado puede desatar en toda Europa un intenso odio a todo lo musulmán, ya que se produce en un momento delicado, cuando millones de europeos rechazan la violencia salvaje del extremismo islamista, que está asesinando a miles de personas en Siria e Iraq y pugna por desatar el exterminio y la guerra en otros muchos paises, incluso en el corazón de Europa.
La revista se hizo mundialmente conocida a raíz de la publicación de varias caricaturas de Mahoma en 2012, lo que irritó el ánimo de sectores radicales islamistas.
El atentado se produjo el primer día de ventas de la novela "Sumisión", cuyo autor, Michel Houellebecq, afirma que no ha escrito el libro para provocar sino para anticipar algo que podría suceder.
El argumento del relato futurista retrata una Francia convertida en un régimen islámico tras la victoria de un nuevo partido, Fraternidad Musulmana, en las presidenciales de 2022. Su candidato, Mohammed Ben Abbes, superó a Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones, gracias al apoyo del resto de fuerzas políticas, estupidamente decididas a impedir la victoria de la ultraderecha, prefiriendo apoyar a los musulmanes radicales.
El país dibujado por Houellebecq es una imagen deformada de la Francia de hoy, que sortea “los últimos residuos de una socialdemocracia agonizante” y está poblada por ciudadanos desencantados por la política, únicamente “galvanizados por su adoración a deportistas, modistos, actores y modelos”, que se limitan a ver “reality shows sobre la obesidad” en televisión, mientras ingieren “platos precocinados fiables por su insipidez”. El retrato de esa Francia se parece mucho a la España de Rajoy y a otros países europeos donde la decadencia se impone, empujada por la cobardía de los políticos y de la sociedad, del buenismo y de ese multiculturalismo que a veces esconde un espíritu esclavo y una intensa falta de valores y de honor.
La Francia musulmana de "Sumisión" es sobrecogedora: La Sorbona es ahora una universidad islámica financiada por riquísimos emires, con las paredes decoradas con versos del Corán y un rector casado con tres esposas, una de ellas adolescente. Los profesores que no se han convertido al Islam a tiempo han sido jubilados, pero monarquías petroleras han puesto astronómicas pensiones a su disposición. La sharía no ha sido aplicada, pero el escote y la minifalda han sido proscritos y las mujeres, incitadas a retirarse del mercado laboral a cambio de cuantiosas ayudas públicas. Los trenes cuentan con menú halal. Turquía, Argelia y Marruecos han pasado a ser miembros de la Unión Europea, en el marco de la “reconstrucción del Imperio Romano” a la que aspira el nuevo presidente.