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Europa tiene que recuperar a Dios



La canciller alemana Angela Merkel, la mujer que más manda en Europa, acaba de decir oficialmente que Europa debe volver a Dios y a la Biblia para superar la crisis y resurgir.

Merkel, que es creyente y tiene fe, no se refiere sólo a la crisis actual del Islam invasor que agrede la cultura europea, sino a la crisis en general, sobre todo a la pérdida de valores y de decencia, carencias que frenan la economía y condenan a los pueblos a ser esclavos.
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El retorno de Dios a Europa sería una de las mejores noticias imaginables porque la mayoría de los actuales dramas de Europa, desde su escasa calidad democrática a su desigualdad, sin olvidar el avance de la corrupción y la caída de los valores, se deben a que se han olvidado las raíces cristianas que dieron sentido y vida a nuestra cultura en una Europa de la que Dios ha sido expulsado a patadas por las clases dirigentes.

En países como España, Alemania, Italia, Francia y otros, tradicionalmente cristianos y muy religiosos, la expulsión de Dios ha sido muy dura e intensa, hasta conseguir que las iglesias estén medio vacías, las escuelas descristianizadas y la sociedad se haya olvidado de valores tan cristianos como la libertad individual, el amor fraterno, la justicia y la decencia.

Sin embargo, Dios y el mensaje cristiano son los únicos grandes baluartes que quedan para impedir que los poderosos controlen el poder sin límites y el mundo se convierta en una selva.

El cristianismo representa un verdadero obstáculo para los grandes poderes del mundo que quieren gobernar sobre esclavos sometidos. Por eso quieren acabar con él, con los que adoran a Jesús y con la cultura de la trascendencia. Con el único objetivo de que los poderosos acumulen poder y dominen el mundo, los cristianos son perseguidos y asesinados en muchos lugares del planeta, sobre todo allí donde influyen los servicios de inteligencia occidentales, muy interesados en acabar con Dios y sus mensajes liberadores.

Frente a las tesis de los defensores del Estado fuerte, intervencionista y ateo, que lo relativizan todo y afirman que la verdad no existe y que sólo el poder del Estado puede resolver los problemas del mundo, el mensaje de Jesucristo se sostiene sobre la verdad, la inmensa dignidad de la persona humana, el amor y la responsabilidad individual, por encima de cualquier colectivismo.

Dios, en nuestros tiempos, no sólo es considerado enemigo por la izquierda, que siempre ha querido sustituirlo por el Estado, sino también por los políticos, de derechas y de izquierdas, que quieren gobernar sin límites ni frenos, sobre rebaños confundidos y humillados, para los que la libertad individual, la dignidad de la persona y el mandato del amor y de la ayuda mutua son verdaderos obstáculos que les impiden someter, dominar y disfrutar de privilegios sin restricciones.

¿Alguien ha escuchado a políticos como los españoles Rajoy, Zapatero, Aznar o González hablar alguna vez de Dios? La palabra"Dios" parece prohibida y proscrita de la política, cuando quizás debería presidirla.

Personalmente, creo que Dios es la solución de casi todos los problemas del ser humano. No me refiero al Dios de los beatos o de los que se conforman con rezar, sino al Dios que nos empuja a amarnos, a ser decentes, cumplidores y a terminar su obra de creación, procurando la felicidad de los demás.

Piensen, por ejemplo, en la Cataluña actual. Para que el clan Pujol haya podido robar a manos llenas y para que Mas haya sembrado de rencor y odio la sociedad, antes han tenido que asesinar a Dios.

Ese Dios está cerca de las personas libres, buenas y humildes y a miles de kilómetros alejado de los políticos que anteponen sus propios intereses al bien común, de los que se atiborran de privilegios, marginan a los ciudadanos, disfrutan a aforamiento, roban, patrocinan la injusticia, embrutecen al pueblo para dominarlo, practican recortes sin ellos recortarse nada y construyen un mundo desigual, donde los ricos cada día son mas ricos y los pobres mas pobres.

Nadie ha elevado la dignidad humana a los niveles que lo hizo Jesucristo, que convirtió a los hombres nada menos que en hijos del Dios supremo creador. Ante esa inmenso derroche de dignidad, es comprensible que los que quieren dominar la Tierra y esclavizar a los humanos tiemblen y quieran antes suprimir a Dios para después cargar de cadenas a sus hijos.

Ángela Merkel ha tenido la valentía de reconocer que los grandes problemas de Europa se deben a que Dios ha sido expulsado a patadas por nuestros políticos y por las clases dirigentes, sólo porque les estorbaba. Ahora, cuando el Islam impío e inmisericorde quiere conquistar Europa y los politicastros, traidores y sin fe les abren las puertas para que penetren, Ángela Merkel recurre a Dios y a los valores que impregnan su doctrina: respeto, esfuerzo, honradez, decencia, igualdad y, sobre todo, amor a los demás.

Ese es el camino.


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Miércoles, 13 de Enero 2016
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