El belga Charles Michel es el actual presidente del Consejo Europeo
Los halcones se están imponiendo en Europa y han decidido obligar a Pedro Sánchez y a su gobierno a ser disciplinados, austeros y decentes si quieren recibir las ayudas millonarias que España necesita para reconstruir su economía, quizás la más seriamente dañada por la crisis del coronavirus, junto con la de Italia.
Pedro Sánchez había desatado una fuerte campaña para exigir a Europa "solidaridad", lo que equivalía para él que el dinero llegara prácticamente "sin condiciones" para que su gobierno lo gastara como mejor creyera. Pero los europeos no han caído en la trampa y exigirán a España e Italia contramedidas importantes, entre ellas más disciplina, más rigor, más austeridad, nada de corrupción y un serio adelgazamiento del Estado, hipertrofiado, tan grueso y preñado de políticos, asesores y enchufados inútiles que es casi imposible de financiar.
El endurecimiento de las condiciones de las multimillonarias ayudas que prepara para España e Italia dirigidas a la reconstrucción tras la crisis del Covid-19 serán bienvenidas por millones de españoles preocupados por la deriva frívola, despilfarradora, arbitraria y destructiva del gobierno Sánchez-Iglesias, dispuesto siempre a utilizar el dinero público para fortalecer su poder y sus opciones electorales, antes que para beneficiar a la nación.
El Gobierno de Pedro Sánchez aspira a recibir un total de 140.000 millones de euros, pero si quiere ese dinero europeo deberá someterse a la tutela económica no sólo de Bruselas sino del resto de capitales de la UE.
La reciente derrota de Nadia Calviño en su pugna por presidir el Eurogrupo fue también consecuencia del rechazo a la política de Sánchez que experimentan muchos países europeos, incluso algunos de los que le prometieron el voto, como Alemania. La candidata española fue rechazada porque la mayoría de los países de Europa no quiere que España sea un mal ejemplo y que continúe practicando la política de la cigarra, que era alocada y despilfarradora en los tiempos de bonanza, sin ahorrar ni prepararse para los tiempos de crisis.
Holanda, Austria, Suecia y otros países del Norte siempre se han opuesto al "estilo" de España, un país que tras haber sido el que mas crecía durante los últimos años, despilfarró sus excedentes, amortizó poco su abultada deuda y ni siquiera fue capaz de procurarse un colchón salvavidas fiscal para los tiempos malos, que finalmente llegaron y ante los cuales el gobierno español gritó pidiendo socorro y solidaridad.
Muchos españoles, indignados ante la forma de gobernar de los insensatos Sánchez e Iglesias, creemos que la verdadera solidaridad europea con España es obligar a su gobierno a que cambie de rumbo y enderece su insensata política económica, acentuada desde que funciona la alianza con los comunistas de Podemos, que han desplegado un política suicida consistente en subir impuestos en tiempos de crisis, cuando los expertos aconsejan bajarlos, y atemorizar con castigos y hasta nacionalizaciones a las empresas y al capital, que está defendiéndose del acoso escapando a otros países.
Si los españoles no somos capaces de acabar con esa locura insensata, bienvenida sea la Europa del rigor y la sensatez.
En los últimos tiempos llegaron a las instituciones y cancillerías europeas una lluvia de correos electrónicos y cartas de asociaciones y ciudadanos españoles que pedían que se controlara a Pedro Sánchez y que Europa garantizara que el dinero que se entregará a España para la reconstrucción de su maltrecha economía se emplee en ayudar al pueblo, no en despilfarros y en fortalecer el clentelismo y el poder del gobierno.
Una de esas cartas fue la enviada por este blog Voto en Blanco, cuyo contenido puede consultarse AQUÍ.
Francisco Rubiales
Pedro Sánchez había desatado una fuerte campaña para exigir a Europa "solidaridad", lo que equivalía para él que el dinero llegara prácticamente "sin condiciones" para que su gobierno lo gastara como mejor creyera. Pero los europeos no han caído en la trampa y exigirán a España e Italia contramedidas importantes, entre ellas más disciplina, más rigor, más austeridad, nada de corrupción y un serio adelgazamiento del Estado, hipertrofiado, tan grueso y preñado de políticos, asesores y enchufados inútiles que es casi imposible de financiar.
El endurecimiento de las condiciones de las multimillonarias ayudas que prepara para España e Italia dirigidas a la reconstrucción tras la crisis del Covid-19 serán bienvenidas por millones de españoles preocupados por la deriva frívola, despilfarradora, arbitraria y destructiva del gobierno Sánchez-Iglesias, dispuesto siempre a utilizar el dinero público para fortalecer su poder y sus opciones electorales, antes que para beneficiar a la nación.
El Gobierno de Pedro Sánchez aspira a recibir un total de 140.000 millones de euros, pero si quiere ese dinero europeo deberá someterse a la tutela económica no sólo de Bruselas sino del resto de capitales de la UE.
La reciente derrota de Nadia Calviño en su pugna por presidir el Eurogrupo fue también consecuencia del rechazo a la política de Sánchez que experimentan muchos países europeos, incluso algunos de los que le prometieron el voto, como Alemania. La candidata española fue rechazada porque la mayoría de los países de Europa no quiere que España sea un mal ejemplo y que continúe practicando la política de la cigarra, que era alocada y despilfarradora en los tiempos de bonanza, sin ahorrar ni prepararse para los tiempos de crisis.
Holanda, Austria, Suecia y otros países del Norte siempre se han opuesto al "estilo" de España, un país que tras haber sido el que mas crecía durante los últimos años, despilfarró sus excedentes, amortizó poco su abultada deuda y ni siquiera fue capaz de procurarse un colchón salvavidas fiscal para los tiempos malos, que finalmente llegaron y ante los cuales el gobierno español gritó pidiendo socorro y solidaridad.
Muchos españoles, indignados ante la forma de gobernar de los insensatos Sánchez e Iglesias, creemos que la verdadera solidaridad europea con España es obligar a su gobierno a que cambie de rumbo y enderece su insensata política económica, acentuada desde que funciona la alianza con los comunistas de Podemos, que han desplegado un política suicida consistente en subir impuestos en tiempos de crisis, cuando los expertos aconsejan bajarlos, y atemorizar con castigos y hasta nacionalizaciones a las empresas y al capital, que está defendiéndose del acoso escapando a otros países.
Si los españoles no somos capaces de acabar con esa locura insensata, bienvenida sea la Europa del rigor y la sensatez.
En los últimos tiempos llegaron a las instituciones y cancillerías europeas una lluvia de correos electrónicos y cartas de asociaciones y ciudadanos españoles que pedían que se controlara a Pedro Sánchez y que Europa garantizara que el dinero que se entregará a España para la reconstrucción de su maltrecha economía se emplee en ayudar al pueblo, no en despilfarros y en fortalecer el clentelismo y el poder del gobierno.
Una de esas cartas fue la enviada por este blog Voto en Blanco, cuyo contenido puede consultarse AQUÍ.
Francisco Rubiales