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Europa está en manos del verdadero neofascismo, la cultura woke marxista y progre



El neofascismo moderno no reside en los partidos llamados de extrema derecha, sino en el mismo corazón de la política europea, impulsado por los socialistas y las viejas derechas. Esa política es la que deteriora la democracia, aleja a los pueblos de la política, patrocina la injusticia, está llenando Europa de invasores, muchos de ellos delincuentes, y la que impulsa la reacción defensiva y airada de los ciudadanos frente a los inmigrantes que ponen en peligro sus libertades, derechos y conquistas históricas.

La política neofascista de muchos de los partidos políticos y países europeos está haciendo retroceder la economía, la cultura, las libertades y la democracia, al mismo tiempo que está impulsando el crecimiento de las nuevas derechas que se oponen a la invasión y decadencia y el nacimiento de partidos nazis, por ahora limitado a pequeños grupos, pero que amenazan con crecer como la espuma si continúa el deterioro europeo y la invasión africana y asiática, principalmente de musulmanes.
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Es el beso que nunca debió darse, el que vincula a la Europa teóricamente democrática con un autócrata masivamente rechazado por su pueblo. No hay otra imagen que plasme mejor la alianza de las viejas derechas degradadas y las izquierdas corruptas en el corazón de la Europa actual
La presencia de la española Teresa Ribera en el nuevo gobierno europeo, como vicepresidenta, es la prueba irrefutable de que la corrupción, la cultura woke y la perversión política dominan la actual política europea. Teresa Ribera es responsable, sin la menor duda, del desastre de la DANA en Valencia, causante de daños terribles y más de dos centenares de muertes, pero eso no importa en la Europa de la hipocresía, los sillones y los privilegios para la élite política.

Por si existiera duda sobre la decadencia, bajeza y perversión de las instituciones de Europa, Pedro Sánchez, el más corrupto y rechazado por su pueblo de todos los líderes europeos, ha pactado con la extrema derecha, contra la que había alzado un vergonzoso cinturón sanitario, para lograr que Teresa Ribera sea aceptada como vicepresidenta, demostrando de eso modo que en la podrida Europa ya sólo tienen importancia los sillones, los privilegios y el poder.

Sus fanáticos seguidores, incapaces de asumir el profundo deterioro moral del sanchismo, no reconocen la traición a los principios e ideas y atribuyen al "pragmatismo" ese pacto del socialista español con la odiada extrema derecha.

La neofascista Úrsula Von der Layen, perteneciente al grupo Popular, que en teoría es la derecha europea, es en realidad la líder progre y woke de la Unión Europea, hasta ha llegado a amenazar con cerrar X (la antigua Twitter), que es el canal de Internet por donde fluye la libertad con más ímpetu.

Europa está en manos del verdadero neofascismo, la cultura woke marxista y progre, una jauría de políticos ajenos a la voluntad popular mayoritaria que propicia la invasión masiva de inmigrantes, el feminismo, la cultura marxista y el exterminio del Dios cristiano y de las raíces europeas que parten de Grecia, Roma y el humanismo cristiano.

De hecho, cada día es más difícil distinguir entre la política socialista y la que practican los líderes europeos de derecha.

Ese grupo de políticos sin alma está causando estragos en nuestro mundo. Ha impulsado el divorcio entre políticos y ciudadanos, ha desmontado la democracia, ha potenciado el poder y los privilegios de los políticos, ha fortalecido el belicismo y apuesta por gobiernos cada día más fuertes y enfrentados a la libertad y a la ciudadanía.

El deterioro político y ético es tan grande que muchos países europeos, con la bendición de Bruselas, están alimentando peligrosamente el ambiente prebélico y preparándose para una Tercera Guerra Mundial con Rusia.

El deterioro de la política europea obliga a millones de ciudadanos, perplejos y decepcionados, a preguntarse cual de los dos bloques en que se divide el mundo es el peor, si el de las falsas y podridas democracias occidentales y la OTAN o el bloque enemigo enemigo de la libertad, integrado por China, Rusia, Irán y los países esclavizados por el socialismo, como Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros que avanzan hacia la tiranía, como España.

Por ahora, el bloque occidental sigue siendo el preferible porque mantiene la defensa de las libertades básicas, pero la distancia entre los tiranos asesinos y los hipócritas corruptos es cada día menor.

Francisco Rubiales

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Jueves, 21 de Noviembre 2024
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