En la obra de Maurice Joly "Dialogos en el infierno entre Maquiavello y Montesquieu", se nos habla de algo peor que el anarquismo que se incrusta en la sociedad sin apenas darnos cuenta, de como un poder autoritario se instala en una sociedad aparentemente democrática. Mientras Montesquieu piensa que la democracia sigue avanzando y que es imposible que retroceda, Maquiavello piensa que un poder despótico que no es posible concebir se introduce en nuestra sociedad y lo hace de manera tan sutil que confisca el poder de forma que todos lo toleramos, un nuevo poder que pasa inadvertido a los ciudadanos de las democracias.
El mundo, como es fácil comprobar, es el que describe Maquiavelo: un poder que utiliza el engaño y las estrategias tales como el miedo al terror anarquista, el miedo al desorden y las técnicas para la manipulación de la opinión pública para afianzar el camino hacía el poder. Incluso se utiliza a la prensa mas próxima como artimañana para hacer ver que se es criticado por la prensa y por tanto hay libertad de expresión, dejando claro que uno de los pilares del despotismo es la subinformación y la esclavitud de la sociedad, indefensa porque está mal informada y manipulada.
El objetivo es destruir a los auténticos partidos politicos, quitar al Parlamento la iniciativa en la producción de las leyes, de politizar el papel económico del Estado a través de la Banca, crear jurisdicciones especiales (Estado de alarma), guerras con algún pretexto, acabar con la independencia de la Magistratura, crear diputados incondicionales etc.... ¿Os suena?
Es un manual del despotismo moderno, por desgracia vigente en nuestro mundo, para transformar un régimen democrático en una dictadura o régimen autoritario por el arte de desgastar la instituciones sin necesidad del golpe de Estado. Es la usurpación de la democrácia mediante la subinformación que hará que los ciudadanos aceptemos la realidad tal y como nos venga impuesta.
El mundo cambia como si siguiera una detallada hoja de ruta: Se nos fabrican las crisis, se crean el desempleo, los desahucios, los embargos, las guerras sin razón, la pérdida de soberania, las manifestaciones, la violencia en las calles, el desorden, la anarquia y se va creando el campo abonado para que los estados y el sistema se blinden mientras la información mediatizada y corrompida que le llega al ciudadano le mantiene entretenido, preocupado y psicologicamente aterrado.
Se reforman las leyes para debilitar al ciudadano y fortalecer a los políticos. Una de las que se modifican hace referencia a la responsabilidad civil de los politicos, partidos y sindicatos, que quedan exentos con impunidad. Hasta las leyes electorales cambian para que el pucherazo pueda realizarse de manera impune.
Nada ocurre por casualidad y como decian Maquiavello y Montesquieu en sus diálogos en el infierno. Estas cosas ocurren cada vez mas sutilmente en las sociedades mas avanzadas, donde la psicologia del terror o la doctrina del shock son de más efectividad que las guerras, transformando el mundo sin destrucción ni sangre. Todo un avance, pero hacia la esclavitud del ser humano.
Francisco Rubiales
El mundo, como es fácil comprobar, es el que describe Maquiavelo: un poder que utiliza el engaño y las estrategias tales como el miedo al terror anarquista, el miedo al desorden y las técnicas para la manipulación de la opinión pública para afianzar el camino hacía el poder. Incluso se utiliza a la prensa mas próxima como artimañana para hacer ver que se es criticado por la prensa y por tanto hay libertad de expresión, dejando claro que uno de los pilares del despotismo es la subinformación y la esclavitud de la sociedad, indefensa porque está mal informada y manipulada.
El objetivo es destruir a los auténticos partidos politicos, quitar al Parlamento la iniciativa en la producción de las leyes, de politizar el papel económico del Estado a través de la Banca, crear jurisdicciones especiales (Estado de alarma), guerras con algún pretexto, acabar con la independencia de la Magistratura, crear diputados incondicionales etc.... ¿Os suena?
Es un manual del despotismo moderno, por desgracia vigente en nuestro mundo, para transformar un régimen democrático en una dictadura o régimen autoritario por el arte de desgastar la instituciones sin necesidad del golpe de Estado. Es la usurpación de la democrácia mediante la subinformación que hará que los ciudadanos aceptemos la realidad tal y como nos venga impuesta.
El mundo cambia como si siguiera una detallada hoja de ruta: Se nos fabrican las crisis, se crean el desempleo, los desahucios, los embargos, las guerras sin razón, la pérdida de soberania, las manifestaciones, la violencia en las calles, el desorden, la anarquia y se va creando el campo abonado para que los estados y el sistema se blinden mientras la información mediatizada y corrompida que le llega al ciudadano le mantiene entretenido, preocupado y psicologicamente aterrado.
Se reforman las leyes para debilitar al ciudadano y fortalecer a los políticos. Una de las que se modifican hace referencia a la responsabilidad civil de los politicos, partidos y sindicatos, que quedan exentos con impunidad. Hasta las leyes electorales cambian para que el pucherazo pueda realizarse de manera impune.
Nada ocurre por casualidad y como decian Maquiavello y Montesquieu en sus diálogos en el infierno. Estas cosas ocurren cada vez mas sutilmente en las sociedades mas avanzadas, donde la psicologia del terror o la doctrina del shock son de más efectividad que las guerras, transformando el mundo sin destrucción ni sangre. Todo un avance, pero hacia la esclavitud del ser humano.
Francisco Rubiales