Información y Opinión

¿Está cambiando realmente Andalucía?



Muchos andaluces temen que el profundo cambio prometido por el nuevo gobierno del PP y Ciudadanos sea más un eslogan de propaganda que una realidad. Hay un dato que alerta a muchos y les lleva a pensar que todo podría ser una pantomima y que hay pactos firmados detrás del telón: los socialistas no hacen ruído, ni se resisten, ni protestan siquiera ante el desalojo, todo dentro de una calma enormemente sospechosa que podría ser consecuencia de que las alfombras del poder, repletas de porquería corrupta, nunca van a levantarse.
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Uno de los muchos mensajes que circulan por Internet a raíz del cambio en Andalucia
Teóricamente, en Andalucía debe estar desarrollándose una operación de cambio sin precedentes en la Europa moderna, acompañada de unas oleadas de denuncias que prometen ser impresionantes, pero muchos empezamos a sospechar que el verdadero cambio no va a producirse por ahora y que las promesas del nuevo gobierno tardarán muchos años en cumplirse, si se cumplen. Los expertos vaticinaban que el viejo poder se resistiría con uñas y dientes a ser desalojado de las instituciones y de otros espacios, pero todo está tranquilo, sin protestas, sin resistencia, sin traumas y eso resulta altamente sospechoso. Algunos socialistas enchufados por Susana en chiringuitos e instituciones inútiles y fantasmas, que son decenas de miles, llaman a la calma a sus compañeros y aseguran que "saben de buena fuente" que nadie va a ser expulsado.

La esperada y lógica batalla a cuchillo entre los que quieren descubrir los secretos y airear las cloacas del "régimen" socialista defenestrado y los que quieren que las inmundicias permanezcan ocultas para siempre ni siquiera ha empezado y esa paz insólita en el desalojo de un régimen que ha controlado "todo" el poder durante cuatro décadas levanta demasiadas sospechas y dudas. Es cierto que todavía no han transcurrido los 100 días de de paz que el nuevo gobierno merece, pero no es menos cierto que los primeros síntomas del cambio prometido son decepcionantes.

Quizás la clave de la calma chicha que vive el poder andaluz sea que el nuevo presidente, Juanma Moreno, es un blando, al que algunos llaman "bollito de leche", partidario de avanzar poco a poco y sin ruído, pero muchos nos tememos que algún pacto debe existir para que ni siquiera existan nervios entre los enchufados de la Junta, que no esperan ser desalojados de sus puestos, ni en esos denunciados chiringuitos del poder, todos los cuales siguen operativos, incluso aquellos que no tienen trabajo o misión alguna que realizar y en los que miles de contratados a dedo cobran sueldos públicos.

VOX tiene las orejas tiesas y empieza a ponerse nervioso porque esas sospechas de que todo va a cambiar para que todo siga igual empieza a penetrar en sus sedes y a preocupar a sus militantes y cuadros.

Juan Marín, el poderoso vicepresidente del nuevo gobierno, es un conocido amigo de muchos socilistas y se sabe que se ha sentido profundamente a gusto durante la anterior legislatura, cuando su partido sostenía a Susana en el poder y obtenía a cambio recompensas y privilegios que nunca han sido revelados.

Bollito de leche no es nada beligerante y su estrategia es calmada y llena de paciencia, alejada de confrontaciones abiertas que podrían desancadenar pasiones y traumas que pongan en peligro el recién estrenado poder del "Cambio", como le aconseja su jefe, Pablo Casado, cuya estrategia es convivir en paz con su socio natural (Ciudadanos), aunque sin fiarse de ese partido, y, sobre todo, no plantarle cara a VOX y acercarse a ese partido para fagocitarlo y hacer creer al electorado que son tan parecidos que es mejor votar al original (el PP), que al recién llegado a la política.

Entre los beligerantes luchadores contra el Impuesto de Sucesiones y Donaciones empiezan a surgir también las sospechas de que el cambio es más una postura que un realidad. En Stop Impuesto de Sucesiones creen que los cambios hay que hacerlos rápidos y con contundencia, sin dar al adversario tiempo para que lance sus redes y despliegue sus poderes ocultos y resistencias, que son muchos. Miles de víctimas del impuesto de Sucesiones están inquietas, preguntando cuando llegará la bonificación prometida y si el nuevo gobierno piensa detener de algún modo el sufrimiento de las miles de familias arruinadas por los embargos de sus herencias y propiedades, las subastas de sus bienes, las multas y los intereses desproporcionados que la Administración le aplica sin piedad y con una crueldad inusitada.

Las palabras pronunciadas por Juanma Moreno de que el impuesto de Sucesiones se bonificará "en los próximos meses", sin dar fecha alguna, producen inquietud y afianzan el criterio pesimista de que los cambios llegarán muy despacio, poquito a poquito, sin que nadie se explique la lentitud ante un proceso que requiere contundencia y eficacia, sin dilación.

En el poder andaluz derrotado hay verdaderos océanos de porquería acumulada por un gobierno que Europa siempre consideró como el campeón de los corruptos. Es probable que en las cuevas oscuras del sistema se encuentren ocultos toneladas de escándalos, abusos de poder, arbitrariedades, delitos y corrupciones de todo género, protagonizados por un socialismo que convirtió la permanencia eterna en los palacios en su gran prioridad, por delante del bien común y del interés general, por encima de las leyes y de las normas de la democracia, generando unas corrientes tan poderosas que se llevaron por delante a miles de adversarios e indiferentes a lo largo de décadas. Oponerse al poder de la Junta, en Andalucía, era un suicidio para cualquier empresario o profesional, pues el gobierno era propietario de la mitad de la economía. Para el resto de los ciudadanos, sobre todo para los que tenían menos recursos, tener a la Junta de enemigo era algo parecido a la muerte.

Para desenmascarar a los corruptos y sacar a la luz los contratos amañados, los desvíos de dinero, las subvenciones concedidas a los familiares y amigos, las colocaciones a dedo, los miles de puestos de trabajo ocultados a la Cámara de Cuentas y al pueblo, las ayudas disfrazadas a socialistas y amigos del poder, los miles de casos de corrupción y las masas de dinero desviadas para tejer esa red clientelar que estaba ideada para que el socialismo nunca pudiera perder unas elecciones, harán falta periodistas independientes y honrados, demócratas dispuestos a contar lo que saben y denunciar los delitos, funcionarios que delaten la corrupción, jueces íntegros, investigadores minuciosos, partidos políticos valientes y capaces de limpiar Andalucía y una sociedad que empuje, anime y ampare a los activistas de la regeneración para que utilicen la verdad como un martillo pilón contra todo lo que huela a podrido en el pasado, condición necesaria para que los cimientos del futuro sean sólidos y Andalucía pueda construir su destino con solidez.

El papel de la ciudadanía va a ser decisivo porque es la demanda de los ciudadanos la que va a permitir que los partidos que gobiernan cumplan su misión de limpieza y regeneración, un camino que debe comenzar con reducir la inmensa masa de enchufados, colocados y subvencionados, sin caer en las componendas y transacciones, sin hacer caso al "hoy por mi y mañana por ti".

No hay sitio para mentalidades de "bollito de leche" en la dura lucha que Andalucía tiene que librar por regenerarse y por establecer un sistema de limpieza, justicia y eficacia.

Francisco Rubiales

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Miércoles, 30 de Enero 2019
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