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Esta banda maldita de políticos viciosos nos va a llevar a la guerra mundial



Esa panda de políticos viciosos y corruptos que se ha apoderado del poder en el mundo nos va a destruir a todos. Están locos y no pararán hasta llevarnos a una nueva guerra, que será nuclear y quizás sea la última de la Historia humana.

El precio del oro está a 2275 dólares la onza, nuevo récord absoluto y cuando el oro, que es el gran refugio del miedo, sube tanto es porque el riesgo de guerra es real y creíble. La clase política actual no ha tenido suficiente con acabar con la decencia, los valores y la convivencia. Quieren guerra y destrucción.
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La muerte y destrucción reinan en Gaza
Israel asesina en masa a los palestinos en Gaza, Putin es ya un autócrata despiadado y altamente peligroso que ejecuta a sus adversarios, Irán rumia venganzas, Macrón, el pequeño Napoleón francés, predica la guerra y quiere enviar 20.000 soldados a Ucrania, donde rusos y ucranianos se despedazan, Trump puede ganar la presidencia en unos Estados Unidos que se retiran de todo, incluso de la democracia y de la paz mundial, en África asesinan a cristianos y a etnias enteras y algunos países se entregan a la influencia de Rusia y a China, la población es martirizada por el socialismo en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte y otros países desgraciados y la lista de países podridos por el abuso de poder y la corrupción, entre los que destaca España, crece cada día.

El mundo está enloquecido y la causa principal del inmenso drama es la bajeza y perversión de la clase política, que ha perdido la dignidad y ha dejado de ser ejemplar para convertirse en piedra de escándalo y fuente de injusticia y maldad. Los políticos, salvo excepciones cada día más escasas, son corruptos y miserables más interesados en enriquecerse y disfrutar del poder que en el bien común de sus pueblos.

La democracia, que era un freno a los desmanes de los partidos y los gobiernos, ha sido desmantelada por los políticos, que quieren gobernar sin controles y de espaldas a la voluntad popular. La democracia, casi en todo el mundo actual, es ya un cascarón podrido y lleno de hipocresía y suciedad.

Detrás de todo este panorama desolador está un poder mundial oculto que quiere cambiar el mundo desde las sombras e imponer un gobierno mundial único, que subyugue a los ciudadanos desde un poder político blindado e invencible.

La España de Sánchez no es lo peor país del mundo, ni el más corrupto porque hay países como Rusia donde, además de ser viciosos y corruptos, ya asesinan a los adversarios del poder, pero España sí es el país del mundo donde más se viola la voluntad popular desde el poder. El pueblo no quiere que se indulte a los delincuentes políticos, pero el gobierno lo hace; el pueblo no quiere amnistía, pero el gobierno la impone; el pueblo clama contra los impuestos, pero el gobierno los sube; el pueblo odia a los corruptos, pero los corruptos están en el corazón del Estado; el pueblo quiere seguridad y una inmigración controlada y regulada, pero el gobierno llena las calles y plazas de ladrones, pandilleros y violadores, muchos de ellos inmigrantes ilegales a los que el gobierno acoge y ayuda en contra de los deseos ciudadanos.

España es el país que más velozmente avanza hacia la opresión y el abismo. Por ahora, bajo el inquietante y maloliente socialismo de Pedro Sánchez, es el que más rápida e intensamente sube los impuestos en todo el mundo, el que más viola la democracia en Europa, el que menos caso hace a la voluntad popular y el que concita más rechazo y odio ciudadano entre sus gobernantes de todo el continente europeo.

Algunos centros de estudios y think tanks del mundo advierten que el clima bélico crece peligrosamente y que hay países que están construyendo bombas atómicas en secreto, mientras el rearme crece en todo el planeta.

Donald Trump, probable próximo presidente de la primera potencia mundial, Estados Unidos, ha advertido que no defenderá a los países de la OTAN que no apuesten por el rearme, si fueran atacados por Rusia.

Los políticos locos, desquiciados y desalmados están proliferando como los hongos y han dejado de ser fiables para el pueblo, que empieza a contemplarlos como enemigos.

La corrupción, el abuso de poder y toda clase de vicios se están apoderando del liderazgo mundial, lo que significa que el reloj del Apocalipsis quizás esté cerca de la hora final.

Francisco Rubiales

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Miércoles, 3 de Abril 2024
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