Tengo un amigo teólogo que sostiene con profunda sieriedad y derroche de datos y citas que si Lucifer no hubiera ganado la batalla en España, después de la muerte de Franco, y no hubiera hecho prevalecer su reino de Tinieblas sobre La Luz, la situación actual de España, ética y políticamente destrozada, sería muy diferente y que la actual clase dirigente española sería otra, de mucha mayor calidad, bondad y decencia.
El teólogo sostiene que ninguno de los presidentes de gobiernos que han ejercido desde 1978 hasta hoy, en los ámbitos nacional y autonómico, habrían tocado poder si España no hubiera caído en manos de Satanás.
Asegura también que el mayor éxito del diablo ha sido hacer creer a buena parte de la Humanidad que él no existe, lo que le otorga las ventajas del sigilo y la sorpresa para actuar con libertad y eficacia.
Su tesis parte del principio de que tanto Dios como Lucifer existen y que siguen representando la eterna lucha entre el bien y el mal, motor de la Historia desde el principio de los tiempos. La mayoría de los países experimentan esa lucha en nuestros días, pero solo unos pocos han caído en manos de uno u otro bando. España, junto con Corea de Norte, Venezuela, Arabia Saudita, Cuba y unos pocos más son los que están hoy intensamente dominados por las fuerzas diabólicas, las que conducen a la corrupción, la violencia, y el enfrentamiento civil. En todo el mundo se lucha de manera especialmente intensa en la eterna batalla entre la luz y las tinieblas.
Sebastián (así se llama el teólogo) dice que las mejores armas del bien son la oración a Dios, la verdad y el amor, mientras que las del mal son la manipulación, el engaño, la mentira, la corrupción y la utilización del placer y el dinero.
Le pregunté cómo creía él que el diablo e había hecho con el control de España y me respondió: "España es un país secuestrado por sus políticos, que son los que de verdad mandan. Le bastó con seleccionar a los políticos entre los peores para destruir los valores y principios más sólidos y estables de la sociedad. Una vez colocados sus peones, el resto era sencillo: corromper, destruir, mentir, separar, dividir, generar odios y envidias, etc. Es una práctica que conocemos porque sale a diario en los telediarios".
Mi amigo, en cuyas tesis no creo pero pienso que son una forma curiosa y plástica de explicar algo que si existe, que es la eterna lucha entre el bien y el mal, dice que el combate entre La Luz y las Tinieblas es especialmente duro en las grandes potencias, sobre todo en Estados Unidos, China, la India, Gran Bretaña y Rusia, países que sufren en el presente poderosas ofensivas del mal.
Volviendo al caso de España, el teólogo afirma que la lucha está prácticamente perdida por la Luz, aunque últimamente se están reactivando algunos focos de resistencia en la ciudadanía y en reductos pequeños de la política.
No se corta mi amigo, que es profesor en Sevilla, al afirmar que gente como Gonzalez, Aznar, Zapatero, Rajoy y ahora Sánchez, Quim Torra, Puigdemont, Susana Díaz y otros muchos dirigentes políticos han sido y son auténticos discípulos de Lucifer y de sus enseñanzas malévolas, todos encargados por el mal de conducir a los españoles hacia el reino de la oscuridad.
Cuando me río de sus teorías, medio en broma y medio en serio, mi amigo siempre me pregunta ¿Tienes tú otra explicación mejor que la mía de lo que está ocurriendo en España y en el mundo? No le digo nada, pero la verdad es que carezco de una respuesta lo bastante contundente y certera para dársela.
Francisco Rubiales
El teólogo sostiene que ninguno de los presidentes de gobiernos que han ejercido desde 1978 hasta hoy, en los ámbitos nacional y autonómico, habrían tocado poder si España no hubiera caído en manos de Satanás.
Asegura también que el mayor éxito del diablo ha sido hacer creer a buena parte de la Humanidad que él no existe, lo que le otorga las ventajas del sigilo y la sorpresa para actuar con libertad y eficacia.
Su tesis parte del principio de que tanto Dios como Lucifer existen y que siguen representando la eterna lucha entre el bien y el mal, motor de la Historia desde el principio de los tiempos. La mayoría de los países experimentan esa lucha en nuestros días, pero solo unos pocos han caído en manos de uno u otro bando. España, junto con Corea de Norte, Venezuela, Arabia Saudita, Cuba y unos pocos más son los que están hoy intensamente dominados por las fuerzas diabólicas, las que conducen a la corrupción, la violencia, y el enfrentamiento civil. En todo el mundo se lucha de manera especialmente intensa en la eterna batalla entre la luz y las tinieblas.
Sebastián (así se llama el teólogo) dice que las mejores armas del bien son la oración a Dios, la verdad y el amor, mientras que las del mal son la manipulación, el engaño, la mentira, la corrupción y la utilización del placer y el dinero.
Le pregunté cómo creía él que el diablo e había hecho con el control de España y me respondió: "España es un país secuestrado por sus políticos, que son los que de verdad mandan. Le bastó con seleccionar a los políticos entre los peores para destruir los valores y principios más sólidos y estables de la sociedad. Una vez colocados sus peones, el resto era sencillo: corromper, destruir, mentir, separar, dividir, generar odios y envidias, etc. Es una práctica que conocemos porque sale a diario en los telediarios".
Mi amigo, en cuyas tesis no creo pero pienso que son una forma curiosa y plástica de explicar algo que si existe, que es la eterna lucha entre el bien y el mal, dice que el combate entre La Luz y las Tinieblas es especialmente duro en las grandes potencias, sobre todo en Estados Unidos, China, la India, Gran Bretaña y Rusia, países que sufren en el presente poderosas ofensivas del mal.
Volviendo al caso de España, el teólogo afirma que la lucha está prácticamente perdida por la Luz, aunque últimamente se están reactivando algunos focos de resistencia en la ciudadanía y en reductos pequeños de la política.
No se corta mi amigo, que es profesor en Sevilla, al afirmar que gente como Gonzalez, Aznar, Zapatero, Rajoy y ahora Sánchez, Quim Torra, Puigdemont, Susana Díaz y otros muchos dirigentes políticos han sido y son auténticos discípulos de Lucifer y de sus enseñanzas malévolas, todos encargados por el mal de conducir a los españoles hacia el reino de la oscuridad.
Cuando me río de sus teorías, medio en broma y medio en serio, mi amigo siempre me pregunta ¿Tienes tú otra explicación mejor que la mía de lo que está ocurriendo en España y en el mundo? No le digo nada, pero la verdad es que carezco de una respuesta lo bastante contundente y certera para dársela.
Francisco Rubiales