Muchos escritores modernos han advertido del peligro de los modernos totalitarismos travestidos y han dicho que los peores fascistas son los que se presentan como antifascistas. En Cataluña, ese totalitarismo travestido está operando con gran maestría y está logrando engañar a muchos, entre ellos a la Conferencia Episcopal Española, cuyos obispos, inexplicablemente, han optado por la equidistancia entre el Estado de Derecho y la turba neofascista que lo asalta y quiere dinamitarlo.
Es probable que nunca antes el totalitarismo se haya disfrazado con tanta maestría como lo está haciendo en Cataluña. El asalto al poder que están desplegando lleva años preparándose ante la estúpida e intolerable pasividad de los políticos españoles, que les han permitido todo, hasta el robo, la malversación y el adoctrinamiento de los niños en el odio nacionalista.
Ahora, cuando han querido reaccionar, los cobardes se sienten desbordados y sólo pueden recurrir a la represión, que es lo que los más hábiles neonazis catalanes quieren.
Pero no todos hemos caído en el engaño catalán. Algunos hemos sabido ver, desde hace mucho tiempo, los dientes puntiagudos del lobo escondido detrás del disfraz de cordero.
Maria Ángeles Moran Tamarit es una de las españolas que saben ver lo que hay detrás del independentismo hipócrita. Ella ha publicado un texto que reproduzco porque desentraña incógnitas cuidadosamente ocultadas, aclara conceptos y desenmascara mentiras maduradas durante años en los hornos neo totalitarios catalanes.
"Las naciones se forjan en la historia y España ha sido un imperio, dictadura, monarquía, partidocracia, democracia social y desde que expulsamos al Islam somos nación y antes de ser colonizados por el Islam lo fuimos como Hispania parte del Imperio Romano, junto con Lusitania formamos Iberia. Lazos de sangre, guerras, matrimonios, y millones de experiencias a lo largo de siglos juntamente con su arte, su ciencia, política, comercio, artesanía, la idiosincrasia propia de un mismo pueblo conforman un consciente e inconsciente colectivo basado en los genes de nuestros ancestros españoles y en la historia escrita y grabada en el inconsciente colectivo, que ni una firma, un referéndum ni la voluntad de todos españoles ni catalanes pueden borrar esos años de experiencias e historia comunes. Igual que mi padre seguirá siendo mi padre por mucho que reniegue de él, lo dé de baja del Registro Civil, seguirá viviendo en mí hasta la muerte y posiblemente más allá de la muerte.
Precisamente porque las naciones las conforman millones de personas y una bandera y un himno históricos tienen la fuerza del inconsciente colectivo que reúne millones de experiencias, traumas, sufrimientos, alegrías y satisfacciones de todas las personas que vivieron y que gracias a ellos somos lo que somos. Alemania es Alemania mas allá del fugaz y terrorífico III Reich, España es España mas allá del franquismo o la partidocracia y Cataluña es Cataluña, una región de España mas allá del separatismo de Pujol.
Pretender hacer una nación de la nada, solo surge un bodrio, un aborto, como cuando quiero hacer una persona de un robot. Podré hacer el robot y vivir con un aborto unos años, pero la fuerza de la naturaleza, de la historia pondrá de nuevo las cosas en su lugar. La voluntad humana ha conseguido muchas cosas, pero la ley natural es muy superior.
La idea de nación sobre Cataluña o sobre cualquier otra población que la historia no la avale, como dicen algunos, no es teología: es una falacia, una falsedad, una idea convertida en obsesión para algunos.
Por mucho que yo me sienta o diga que soy un hombre, no lo soy. Me sentiré hombre, pero mis genes y mi cerebro son de mujer. Hay leyes que superan y contradicen a la naturaleza, la historia y la ciencia, y son surrealistas. Las respeto porque cada uno piensa y ama lo que quiere, y hay que respetar las creencias y sentimientos de las personas, pero no es real."
En Cataluña se está fraguando algo que va más allá de un golpe de Estado. Es el mejor disfraz inventado por los totalitarios para conquistar la tierra. Antes se habían travestido de nacionalistas, de víctimas, de populistas bienintencionados, de pueblos sometidos, de indignados, de explotados, de luchadores contra la corrupción, de amantes de la libertad, pero nunca antes se habían travestido de pobres demócratas indefensos, que solo aspiran a votar, de pacíficos defensores de eso que llaman el "derecho a decidir", un "mantra" inexistente en el derecho mundial que, a pesar de todo, les está sirviendo para asaltar el poder, burlar las leyes y dinamitar una nación que es la más antigua de Europa y de la que ya se tenían noticias sólidas hace dos mil años.
Francisco Rubiales
Es probable que nunca antes el totalitarismo se haya disfrazado con tanta maestría como lo está haciendo en Cataluña. El asalto al poder que están desplegando lleva años preparándose ante la estúpida e intolerable pasividad de los políticos españoles, que les han permitido todo, hasta el robo, la malversación y el adoctrinamiento de los niños en el odio nacionalista.
Ahora, cuando han querido reaccionar, los cobardes se sienten desbordados y sólo pueden recurrir a la represión, que es lo que los más hábiles neonazis catalanes quieren.
Pero no todos hemos caído en el engaño catalán. Algunos hemos sabido ver, desde hace mucho tiempo, los dientes puntiagudos del lobo escondido detrás del disfraz de cordero.
Maria Ángeles Moran Tamarit es una de las españolas que saben ver lo que hay detrás del independentismo hipócrita. Ella ha publicado un texto que reproduzco porque desentraña incógnitas cuidadosamente ocultadas, aclara conceptos y desenmascara mentiras maduradas durante años en los hornos neo totalitarios catalanes.
"Las naciones se forjan en la historia y España ha sido un imperio, dictadura, monarquía, partidocracia, democracia social y desde que expulsamos al Islam somos nación y antes de ser colonizados por el Islam lo fuimos como Hispania parte del Imperio Romano, junto con Lusitania formamos Iberia. Lazos de sangre, guerras, matrimonios, y millones de experiencias a lo largo de siglos juntamente con su arte, su ciencia, política, comercio, artesanía, la idiosincrasia propia de un mismo pueblo conforman un consciente e inconsciente colectivo basado en los genes de nuestros ancestros españoles y en la historia escrita y grabada en el inconsciente colectivo, que ni una firma, un referéndum ni la voluntad de todos españoles ni catalanes pueden borrar esos años de experiencias e historia comunes. Igual que mi padre seguirá siendo mi padre por mucho que reniegue de él, lo dé de baja del Registro Civil, seguirá viviendo en mí hasta la muerte y posiblemente más allá de la muerte.
Precisamente porque las naciones las conforman millones de personas y una bandera y un himno históricos tienen la fuerza del inconsciente colectivo que reúne millones de experiencias, traumas, sufrimientos, alegrías y satisfacciones de todas las personas que vivieron y que gracias a ellos somos lo que somos. Alemania es Alemania mas allá del fugaz y terrorífico III Reich, España es España mas allá del franquismo o la partidocracia y Cataluña es Cataluña, una región de España mas allá del separatismo de Pujol.
Pretender hacer una nación de la nada, solo surge un bodrio, un aborto, como cuando quiero hacer una persona de un robot. Podré hacer el robot y vivir con un aborto unos años, pero la fuerza de la naturaleza, de la historia pondrá de nuevo las cosas en su lugar. La voluntad humana ha conseguido muchas cosas, pero la ley natural es muy superior.
La idea de nación sobre Cataluña o sobre cualquier otra población que la historia no la avale, como dicen algunos, no es teología: es una falacia, una falsedad, una idea convertida en obsesión para algunos.
Por mucho que yo me sienta o diga que soy un hombre, no lo soy. Me sentiré hombre, pero mis genes y mi cerebro son de mujer. Hay leyes que superan y contradicen a la naturaleza, la historia y la ciencia, y son surrealistas. Las respeto porque cada uno piensa y ama lo que quiere, y hay que respetar las creencias y sentimientos de las personas, pero no es real."
En Cataluña se está fraguando algo que va más allá de un golpe de Estado. Es el mejor disfraz inventado por los totalitarios para conquistar la tierra. Antes se habían travestido de nacionalistas, de víctimas, de populistas bienintencionados, de pueblos sometidos, de indignados, de explotados, de luchadores contra la corrupción, de amantes de la libertad, pero nunca antes se habían travestido de pobres demócratas indefensos, que solo aspiran a votar, de pacíficos defensores de eso que llaman el "derecho a decidir", un "mantra" inexistente en el derecho mundial que, a pesar de todo, les está sirviendo para asaltar el poder, burlar las leyes y dinamitar una nación que es la más antigua de Europa y de la que ya se tenían noticias sólidas hace dos mil años.
Francisco Rubiales