Información y Opinión

España: un país sin amigos, sin prestigio, sin fuerza y sin liderazgo político



Los enviados de la Unión Europea hicieron ayer el ridículo en Gibraltar y visitaron el paso fronterizo, uno de los mas anacrónicos y sucios del mundo, por donde transitan contrabandistas y evasores de impuestos, sin respeto alguno a la pobre España, condenada a soportar la única colonia que queda en Europa, dispuestos en su interior a cubrir el expediente porque así conviene a los burócratas de Europa, temerosos siempre del poder británico. Los inspectores saben que España es un país sin prestigio, sin peso internacional y que, aunque tenga razón, sus argumentos y razones serán ignorados. Es el fatal destino de un país cuyos gobernantes, miembros de la que quizás sea la clase política mas inepta, corrupta y rechazada por su pueblo en todo Occidente, lo han llevado hasta el desprestigio y el fracaso.
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Recibimos a decenas de miles de turistas borrachos y puteros por cuatro perras, que se mean y fornican en las calles de nuestras ciudades costeras, mientras enviamos a nuestros mejores jóvenes a Gran Bretaña para que les coloquen con minijobs mal pagados. No podemos quejarnos porque gracias a los turistas ricos del norte no nos morimos de hambre. Queremos afrontar el caso de Gibraltar con dignidad patriótica, pero es imposible mientras los españoles del campo de Gibraltar miren a la próspera colonia gibraltareña con envidia. ¿Así queremos doblegar a Gibraltar? Mal gobernada por una clase política sin honor ni decencia, España se ha quedado empobrecida, desprestigiada, aislada y sin amigos. Los americanos han consultado su posible ataque a Siria hasta con Marruecos, pero no con España. A Rajoy le tratan en el mundo como un dirigente apamplado, marcado por el peor estigma posible en democracia: el desprecio y el rechazo de su propio pueblo.

La batalla de Gibraltar planteada por Rajoy este verano de 2013 para esconder sus propias vengüenzas y la profunda indecencia que emana de las finanzas del PP y del caso Bárcenas, ha sido un fracaso y una exhibición internacional de impotencia y ridículo. El inútil grito ante la Asamblea General de la ONU es el último lamento en el desierto porque el Reino Unido está acostumbrado a reírse de la ONU y de la Justicia internacional.

Quedan muchas cosas que hacer antes de afrontar con posibilidades la recuperación de Gibraltar. Lo primero es dotarnos de dignidad, de un gobierno digno, de una economía digna, de una ciudadanía digna, de la una Justicia digna, de una verdadera democracia... y después plantear la batalla de Gibraltar. Tal como estamos, postrados, desprestigiados, sin amigos en el mundo y prisioneros de la corrupción y del mal gobierno, lo único útil quizás sea someternos a las fragatas británicas y a los piratas de la Roca.

España, desde hace décadas, no para de retroceder y de hundirse.

Aznar hizo un curioso y extraño intento de recolocar a España en el centro de la Alianza Atlántica, pero su arrogancia y su escasa voluntad de acabar con las lacras de España hicieron fracasar aquel intento vacío. La llegada de Zapatero al poder representó el hundimiento definitivo de España en el plano internacional y una feria de desvergüenza y deshonor que comenzó con el abandono, sin avisar a los aliados, del escenario de Irak, del que los soldados españoles fueron despedidos y humillados con gritos de "¡Cobardes!" que el Ejército español no debería olvidar ni perdonar nunca. Como consecuencia de aquella traición a los amigos, España no sólo quedó aislada, sino que perdió decenas de miles de millones de euros en negocios internacionales, bloqueados por un durísimo y silenciado boicot anglonorteamericano, que padecieron las empresas españolas en silencio, recibiendo contratos públicos de Zapatero como compensación.

Rajoy no ha representado avance alguno en el ámbito internacional porque cualquier esfuerzo suyo estará marcado y devaluado por una realidad terrible: el pueblo español le rechaza por sus mentiras electorales y convivencia con la corrupción y el abuso de poder. El gobierno de Rajoy está mas aislado y desprestigiado internacionalmente que Marruecos, Argelia o Túnez, todo un desastre para una España que llegó a ser un gran imperio y que, tras protagonizar un milagro económico sorprendente, empezó a ser grande en una etapa del siglo XX.

Pero los políticos españoles, una casta deplorable y culpable de casi todos los males de España, desde la corrupción al abuso de poder, sin olvidar la injusticia y la arbitrariedad, han ido enterrando al país en la pobreza, el fracaso y la basura, logrando que España sea hoy líder mundial en casi todas las suciedades y vicios: tráfico y consumo de drogas, blanqueo de dinero, baja calidad de la enseñanza, prostitución, trata de blancas, fracaso escolar, refugio de mafias, desprestigio de la política, despilfarro público, corrupción en todas sus vertientes, endeudamiento vertiginoso, violaciones de la democracia, injusticia, intervencionismo público, impuestos abusivos y un largo etcétera que ha hecho de España un país cloaca, obra de políticos que, por sus logros, no merecen el poder que detentan.

La España que nos han fabricado nuestros mandatarios y sus partidos, culminada con oprobio por Zapatero y Rajoy, vive hoy de la caridad internacional plasmada en préstamos que quizás nunca puedan pagarse y de que los alemanes e ingleses ofrezcan minijobs mal pagados a nuestros jóvenes, teóricamente bien formados, pero víctimas del desempleo, mientras los políticos se niegan a adelgazar un Estado obeso e insostenible y se gastan en privilegios y EREs falsos los recursos escasos y los fondos destinados a mitigar el paro, mientras recortan servicios, derechos, pensiones y sueldos. Estamos obligados, para sobrevivir, a recibir a millones de turistas de baja calidad, incluyendo a cientos de miles de niñatos y niñatas que, borrachos y drogados, fornican en las calles de nuestras ciudades marítimas y las llenan de excrementos y orines. Nuestros gobernantes, ante tamaña indecencia, sólo recomiendan que la policía no aparezca por esas zonas para no molestar a los guarros.

Mientras tanto, una parte importante del pueblo español, que ha sido magistralmente embrutecido por los políticos, llenándolos de incultura, fanatismo y envidia, sigue votando a sus verdugos, incapaz de ver hasta que punto los políticos han destrozado España, sin ni siquiera ser capaz de mostrar la energía y el valor suficientes para forzar un cambio profundo y una regeneración política que lleve a la cárcel a los que han robado a manos llenas, a los que han saqueado las cajas de ahorros y a los muchos políticos que, desde la muerte de Franco y travestidos de falsos demócratas, han hecho de España un vertedero.



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Jueves, 26 de Septiembre 2013
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