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España: un gobierno diseñado para ganar las elecciones, no para combatir la crisis





La primera conclusión que emerge del análisis pausado y profundo del nuevo gobierno de Zapatero es que está diseñado no para combatir la crisis económica que empobrece a España, sino para ganar las próximas elecciones. Al parecer, la gran preocupación del presidente no es la caida en picado de la economía española ni el vertiginoso avance del desempleo y la pobreza, sino la pérdida de apoyo popular y de intención de votos.

Si Zapatero hubiera otorgado prioridad a la lucha contra la depresión económica que asola España, habría buscado a un experto en macroeconomía, a un economista estratega, pero esa figura no existe en el nuevo gabinete porque, al parecer, Zapatero ha asumido que es incapaz de hacer frente al drama de la economía española y que lo único posible es esperar a que los demás paises salgan del foso y "tiren" del carro español.

Esa rendición sin luchar de Zapatero ante la peor crisis económica de España en su último siglo de Historia es el peor rasgo del nuevo gobierno y una bajeza que descalifica al presidente como líder de una nación que llegó a ser de las más prósperas del planeta y que ahora, bajo el mandato de Zapatero, retorna con gran velocidad a la pobreza y a una economía más africana que Europea.

Pero lo que realmente preocupa a Zapatero es que sus posibilidades electorales decaigan. Él no le teme al pueblo porque cree que sabe manajerlo con su retórica, su sonrisa, sus gestos populistas, el miedo y la influencia de los grandes grupos y lobbys, a los que si teme. Por eso ha creado un gobierno defensivo a ultranza y diseñado para que los grandes grupos y poderes sean pastoreados y colocados del lado del gobierno. Gabilondo se encargará de "pastorear" y someter al poderoso lobby de la Universidad, el más influyente de España. Trinidad Jimenez, con su simpatía mediática y capacidad de maniobra, será la encargada de controlar al también poderoso e influyente sector sanitario. González Sinde, a la que Internet ha recibido con gritos de libertad y un rechazo sin precedentes, tiene que reforzar la alianza de "la ceja" y garantizar la adhesión de los artistas al gobierno socialista en una etapa donde habrá menos dinero para comprar voluntades.

La inclusión de los dos pesos pesados del PSOE tiene el mismo objetivo: lograr alianzas, componendas, compromisos, adhesiones y apoyos para ganar las próximas elecciones generales. La misión de Manuel Chaves, que ha demostrado en Andalucía saber crear clientelismo y una tupida y pegajosa red de complicidades y adhesiones que maniatan a la oposición y garantiza la victoria en cualquier cita electoral, es trasladar ese modelo al tejido autonómico y reconstruir la red de apoyos que garantizaba el poder del PSOE y cerraba al PP cualquier ruta hacia la Moncloa. La misión del fiel Pepiño Blanco será obtener apoyos y alianzas de hierro con las grandes empresas y poderes del país, utilizando para ello el ministerio de Fomento, que es el más rico e inversor del Estado.

A pesar del fracaso rotundo de su política económica y de que la crisis económica está generando en España el peor drama desde la muerte de Franco, cuyas tres grandes manifestaciones son el desempleo masivo, la pobreza creciente y la destrucción del tejido productivo, Zapatero ha optado por "mas de lo mismo". No solo no ha cambiado la orientación de su política, basada en el intervencionismo del gobierno y la fe en el gasto público como única manera de reactivar la economía, una política que incluye el desprecio a la empresa privada y al mercado, sino que la ha intensificado, a pesar de las críticas y del sobrecogedor balance de su gestión económica. Ni siquiera ha accedido a bajar los impuestos a las empresas, una medida que le aconsejan sus socios occidentales y que ha demostrado ya su eficacia en muchos países desarrollados afectados por la crisis.

El socialismo español, fiel a sus raices leninistas, nunca abandonadas a pesar de la renuncia estratégica que hizo Felipe González del "marxismo", sigue obsesionado por el poder. El PSOE, al igual que toda la izquierda marxista mundial, cree que la única posibilidad de cambiar el mundo es actuando desde el Estado, controlando y utilizando todos los recursos del poder. Por eso, su primer objetivo, por encima de cualquier otro, es conquistar y retener el poder político. Los socialistas ignoran que esa estrategia de todo el poder para el Estado, anteponiendo lo colectivo a lo individual, quedó desacreditada tras la caída del Muro de Berlín, al quedar claro en la Historia que el poder, cuando se concentra en el Estado, sólo crea pobreza, esclavitud, violencia y retroceso.

Para eso ha nombrado Zapatero a su nuevo gobierno.

   
Jueves, 9 de Abril 2009
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