El número real de parados se acerca a lo cinco millones y al 60 por ciento de las familias españolas no les llega el dinero a final de mes, mientras que las colas son cada día más largas en los comedores de caridad y se incrementa el número de los sin techo que habitan en rincones de las ciudades, bajo cartones y plásticos. El déficit del Estado se ha quintuplicado en apenas un año y la deuda española es ya considerada "basura" en los mercados monetarios. El Estado se niega a adelgazar y desprecia la austeridad obligada contratando a muchos nuevos altos cargos. Todo un drama, doloroso, antidemocrático y caústico.
El tejido empresarial español, envidia de muchos países hasta hace pocos años y la única esperanza para la recuperación económica, se destruye cada día más, abandonado por el gobierno, que sólo cree en el funcionariado y en el poder del Estado. Hay 127.000 empresas desaparecidas, decenas de miles de autónomos expulsados del mercado y el 80 por ciento de las pymes que sobreviven están asfixiadas y en peligro de quiebra.
Esta España descoyuntada es la obra maestra de Zapatero, el peor dirigente posible, todo un drama para España, un tipo taimado, arrogante y autoritario que oculta sus propias carencias y vergüenzas detrás de una sonrisa falsa y de un talante maquillado.
Los datos económicos y el imparable proceso de destrucción de la prosperidad y la decencia que él está pilotando convierten a Zapatero en un verdadero tumor que es necesario extirpar. Las encuestas reflejan que cada día son más los que rechazan a Zapatero y lo responsabilizan de los enormes daños que está sufriendo España. Muchos analistas y comentaristas lo califican ya como el peor gobernante de España desde Fernando VII. Pero el proceso de rechazo al cáncer es desesperadamente lento, tan lento que quizás alcancemos el colapso antes de que millones de españoles salgan a las calles para exigir que el tumor sea extirpado.
Se niega, por pura soberbia, a hacer lo que le aconsejan el FMI, la Unión Europea, otras instituciones internaciones y miles de expertos y es tan soberbio que cree que él tiene razón y todos los demás están equivocados. Un tipo así es como dormir con una víbora en la cama, pero España está llena de drogatas, borrachos, puteros, narcotizados, fanáticos y esclavos, impotentes para distinguir entre el bien y el mal, incapaces de percibir la tragedia que se avecina.
A Zapatero todo le sale mal. Contamina lo que toca. Algunos dicen que es "gafe", pero es más bien un inepto con poder y arrogancia, lo que es muchos peor. La España de Zapatero ni siquiera ha sido capaz de solucionar con solvencia y sin pagar, como han hecho otros países, el secuestro de los pescadores secuestrados por los piratas somalíes.
Zapatero, a pesar de sus fracasos y del inexorable hundimiento de su prestigio e imagen, se niega a convocar nuevas elecciones y se mantiene en el mando practicando lo que mejor sabe hacer: la compra de voluntades.
No hace mucho compró el apoyo del PNV y de Coalición Canaria para que apoyen unos Presupuestos Generales para el año 2010 que los economístas y analistas políticos califican, con una unanimidad casi plena, como nefastos. Antes ya cerró pactos, a cambio de favores y concesiones, con los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos, gente que, por sus ideas y por su odio a la España constitucional, deberían ser sus adversarios.
Zapatero se sostiene como jefe del gobierno de la maltrecha España, un país que llegó a ser próspero y al que el liderazgo torpe y mediocre de Zapatero le ha arrebatado la tranquilidad, la esperanza y el respeto, porque tiene enfrente a una sociedad envilecida y cobarde, que es capaz de votar en las urnas a su verdugo, y porque la oposición política, representada por el Partido Popular, es una auténtica vergüenza, plena de debilidad, de falta de ideas, de incapacidad para ilusionar y sin un liderazgo solvente que sea capaz de echar sobre el cadáver político de Zapatero las tres paladas que necesita para enterrarlo.
Existe en la sociedad española un intenso malestar de fondo contra el gobierno y la oposición. El drama envuelve ya a toda la "casta" política, que, fracasada, aparece ya en las encuestas como el tercer gran problema de España. Si no fuera tan inútil e inepta, la oposición de derecha lo tendría "a huevo". Es tan innútil la oposición y el "Zapaterismo" está causando tanto daño a la nación que si existiera una alternativa política atractiva, ya habría sido obligado a dimitir.
Pero el peor drama de España es que, para desgracia de los españoles, han coincidido en esta etapa histórica el peor gobierno, la peor oposición y la sociedad más envilecida y cobarde.
La solución, nos guste o no, sólo está en manos de los ciudadanos porque nuestros políticos son un verdadero fracaso y un lastre para nuestro futuro.
El tejido empresarial español, envidia de muchos países hasta hace pocos años y la única esperanza para la recuperación económica, se destruye cada día más, abandonado por el gobierno, que sólo cree en el funcionariado y en el poder del Estado. Hay 127.000 empresas desaparecidas, decenas de miles de autónomos expulsados del mercado y el 80 por ciento de las pymes que sobreviven están asfixiadas y en peligro de quiebra.
Esta España descoyuntada es la obra maestra de Zapatero, el peor dirigente posible, todo un drama para España, un tipo taimado, arrogante y autoritario que oculta sus propias carencias y vergüenzas detrás de una sonrisa falsa y de un talante maquillado.
Los datos económicos y el imparable proceso de destrucción de la prosperidad y la decencia que él está pilotando convierten a Zapatero en un verdadero tumor que es necesario extirpar. Las encuestas reflejan que cada día son más los que rechazan a Zapatero y lo responsabilizan de los enormes daños que está sufriendo España. Muchos analistas y comentaristas lo califican ya como el peor gobernante de España desde Fernando VII. Pero el proceso de rechazo al cáncer es desesperadamente lento, tan lento que quizás alcancemos el colapso antes de que millones de españoles salgan a las calles para exigir que el tumor sea extirpado.
Se niega, por pura soberbia, a hacer lo que le aconsejan el FMI, la Unión Europea, otras instituciones internaciones y miles de expertos y es tan soberbio que cree que él tiene razón y todos los demás están equivocados. Un tipo así es como dormir con una víbora en la cama, pero España está llena de drogatas, borrachos, puteros, narcotizados, fanáticos y esclavos, impotentes para distinguir entre el bien y el mal, incapaces de percibir la tragedia que se avecina.
A Zapatero todo le sale mal. Contamina lo que toca. Algunos dicen que es "gafe", pero es más bien un inepto con poder y arrogancia, lo que es muchos peor. La España de Zapatero ni siquiera ha sido capaz de solucionar con solvencia y sin pagar, como han hecho otros países, el secuestro de los pescadores secuestrados por los piratas somalíes.
Zapatero, a pesar de sus fracasos y del inexorable hundimiento de su prestigio e imagen, se niega a convocar nuevas elecciones y se mantiene en el mando practicando lo que mejor sabe hacer: la compra de voluntades.
No hace mucho compró el apoyo del PNV y de Coalición Canaria para que apoyen unos Presupuestos Generales para el año 2010 que los economístas y analistas políticos califican, con una unanimidad casi plena, como nefastos. Antes ya cerró pactos, a cambio de favores y concesiones, con los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos, gente que, por sus ideas y por su odio a la España constitucional, deberían ser sus adversarios.
Zapatero se sostiene como jefe del gobierno de la maltrecha España, un país que llegó a ser próspero y al que el liderazgo torpe y mediocre de Zapatero le ha arrebatado la tranquilidad, la esperanza y el respeto, porque tiene enfrente a una sociedad envilecida y cobarde, que es capaz de votar en las urnas a su verdugo, y porque la oposición política, representada por el Partido Popular, es una auténtica vergüenza, plena de debilidad, de falta de ideas, de incapacidad para ilusionar y sin un liderazgo solvente que sea capaz de echar sobre el cadáver político de Zapatero las tres paladas que necesita para enterrarlo.
Existe en la sociedad española un intenso malestar de fondo contra el gobierno y la oposición. El drama envuelve ya a toda la "casta" política, que, fracasada, aparece ya en las encuestas como el tercer gran problema de España. Si no fuera tan inútil e inepta, la oposición de derecha lo tendría "a huevo". Es tan innútil la oposición y el "Zapaterismo" está causando tanto daño a la nación que si existiera una alternativa política atractiva, ya habría sido obligado a dimitir.
Pero el peor drama de España es que, para desgracia de los españoles, han coincidido en esta etapa histórica el peor gobierno, la peor oposición y la sociedad más envilecida y cobarde.
La solución, nos guste o no, sólo está en manos de los ciudadanos porque nuestros políticos son un verdadero fracaso y un lastre para nuestro futuro.
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