Información y Opinión

España rejuvenece y quiere renacer





La tendencia al pesimismo en España es tan brutal que no nos permite ver la gran noticia de que el país está rejuveneciendo por los cuatro costados. Aunque muchos, asustados ante el cambio, no puedan verlo todavía, la inmensa pérdida de poder del PSOE y del PP es el símbolo mas claro y contundente de que España quiere renacer.

Hay todavía demasiados ciegos con poder y tribuna, incapaces de vislumbrar los aires y vendavales del cambio en España, que ignoran que "un partido político sin ideales ni valores no se distingue de una mafia" y que "un pueblo sin ideales y valores no se distingue de un rebaño de ovejas". Son tan mediocres y están tan confundidos que tampoco saben que "dotado de valores y principios, el pueblo se torna una locomotora, una manada de leones feroces a los que nadie puede arrebatar su libertad".

Si la rebeldía es el principal signo de la juventud, España entera rejuvenece porque la sociedad está atravesada por un saludable sentimiento rebelde que la empuja a enfrentarse a poderes que parecían invencibles pero que es necesario erradicar porque estaban conduciendo el país hasta el matadero.

La actual resistencia a la bajeza del nacionalismo catalán que representa Artur Mas y su cruzada independentista es un claro síntoma de resistencia joven al abuso. La lucha contra los viejos partidos es pura juventud. La rebeldía contra la injusticia es también juventud, como lo son también los grandes deseos de cambio, la resistencia ante los desahucios, el odio creciente a los corruptos, la intransigencia frente a los saqueadores de la nación y la actitud rebelde cuando se abren las urnas, donde los corruptos y sus partidos están siendo derrotados.

Ver a los viejos corruptos derrotados y huyendo con el rabo entre las piernas es un espectáculo de renovación, esperanza y cambio, aunque los gritos de las momias pretendan asustarnos diciéndonos que con la juventud llega la inexperiencia y el caos. Dentro de pocos años es probable que veamos la España de Zapatero y de Rajoy en su justa dimensión, como el mas espantoso reflejo de un país infectado de vejez enfermiza y renqueante, plagada de carencias, injusticias, suciedades y dolor.

Lo que era triste y lamentable era la vejez enfermiza que padecía España desde la muerte del dictador, gracias a la cual los políticos nos engañaron, vapulearon y hicieron trizas la dignidad y los valores de la nación. Eramos tan viejos y estábamos tan cansados que les permitimos acumular un poder casi omnipotente, sin controles ciudadanos, sin vigilancia y estúpidamente confiado. Amparados en la confianza imbécil del ciudadano aplaudimos a Felipe González y le permitimos que abriera las puertas de España, de par en par, a la corrupción, mientras soportamos que Aznar se convirtiera en propagandista de una guerra injusta y en un intervencionista que en lugar de reducir el Estado incrementó su poder, sometiendo a la Justicia y utilizando el dinero para comprar votos y voluntades.

Viejos y decrépitos fuimos cuando permitimos a los sinvergüenzas de la política y de los sindicatos tomar el poder y, desde el poder, desmantelar y saquear las cajas de ahorro. Asquerosamente viejos y caducos fuimos cuando soportamos casi sin rechistar que nos robaran con las participaciones preferentes y que los gobernantes, sin asumir ellos la austeridad y el ahorro, nos aplastaran con recortes y subidas de impuestos, mientras despilfarraban y endeudaban el país.

España vivió demasiado tiempo postrada por la decadencia y el envejecimiento precoz, permitiendo que personas sin valores ni grandeza alguna la gobernaran y le succionaran la ilusión y la esperanza. El parlamento parecía un geríatrico empeñado en que nada cambiara y el gobierno era una tropa agotada, sin ilusión, sin pulso y sin alma.

Durante años, algunos demócratas y españoles dignos gritaban sin éxito el canto de la rebeldía: "Alzaos una y otra vez, hasta que los corderos se conviertan en leones".

Por fin llegó el primer brote de juventud esperanzadora, el 15 M, cuando los jóvenes, en rebeldía contra el sistema, invadieron las calles y plazas oxigenando España y recordándonos a todos que la esperanza existía y que los canallas eran vulnerables.

A partir de entonces, la sangre de la sociedad española empezó a renovarse y a producir reacciones saludables y esperanzadoras, la principal de las cuales ha sido el acoso y derribo en las urnas del 24 de mayo de los culpables de la injusticia, la corrupción y el abuso.

Es cierto que el rejuvenecimiento ha llegado acompañado del miedo a que lo que viene sea peor que lo que está siendo erradicado, pero esa es una reacción clásica de todo cuerpo que se renueva, donde las partes mas carcomidas y cangrenadas se resisten al aire fresco y a la oxigenación.



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Martes, 8 de Septiembre 2015
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