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España podría ser un paraíso económico, pero lo impide el mal gobierno





Mi amigo Fernando, joven y brillante economista, no cesa de presionarme para que escriba un post en el que diga claramente que España reúne condiciones insuperables para convertirse en una de las primeras economías del planeta, pero que el obstáculo es su mal gobierno, la falta de visión de los políticos y el excesivo gasto gubernamental.

Argumenta él que el consumo es la gran riqueza de nuestro tiempo y que difícilmente es posible encontrar un país con un consumo más disparado y sólido que el español, gracias al turismo que nos visita y a los millones de inmigrantes y de residentes extranjeros que acogemos. Ese consumo genera impuestos, sobre todo indirectos, que llegan al gobierno de forma masiva. Es tanta la cantidad de dinero que recibe el gobierno que no sabe qué hacer con el y, a pesar de que gasta como un impenitente maniroto, este año ha sido capaz de presentar un insólito superavit en sus cuentas públicas, convirtiéndose en el único país europeo que lo ha conseguido, junto con Finlandia.

Fernando, que cree que esa alta capacidad de consumo es la que permite a España crecer tres veces más (3.4%) que la media de la Unión Europea, afirma que la masa de dinero que llega a las arcas del Estado permitiría una bajada generalizada de impuestos, superior al 25 por ciento, sobre todo en el IRPF y en los que afectan a las empresas, un descenso tan importante que atraería a las empresas extranjeras, potenciaría la actividad económica y convertiría a España en un paraido del desarrollo y el progreso.

Sin embargo, el gobierno que preside Zapatero ha decidido realizar una insignificante y engañosa bajada de impuestos, que en algunos casos es una subida, y ha preferido gastar sus enormes recursos en políticas clientelares, en financiar a los gobiernos autonómicos amigos (como es habitual, antes a los políticos que a los ciudadanos), pagar el alto precio de su idilio con los catalanes y su política general de alianzas con los nacionalismos y con los demás partidos, para aislar así al PP.

Yo le he advertido a Fernando que entiendo poco de economía y que procuraría plasmar sus ideas con la mayor fidelidad posible. Él me dijo entonces que resaltara la importancia del consumo como fuente de riqueza en la economía moderna y agregó: "En eso, en el consumo agregado, España es una gran potencia y lo seguirá siendo, gracias al turismo y a la masa de residentes extranjeros, que llegan con pensiones pagadas por otros Estados, que se gastan aquí.

Y concluyó: "si en vez de gobiernos intervencionistas, cesaristas y manirotos tuvieramos gente seria e inteligente en el poder, España acompañaría a la India, a China, a Brasil y, probablemente, a Rusia como gran potencia del futuro.

¿Lo he escrito bien, Fernando?


Franky  
Lunes, 6 de Marzo 2006
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