Acabo de leer "Roncos Tambores" de Fernando Martínez Laínez (EDAF 2015), segunda parte de la trilogía "El ocaso de los héroes", cuyos protagonistas me han enseñado a amar a España y a sentir orgullo de ser español, justo lo contrario de lo que me enseñan cada día los González, Zapatero, Aznar, Rajoy, Pujol, Artur Mas y otros muchos anti héroes de la España encanallada y podrida del presente. Cualquiera que lea este libro es mas que probable que sienta como sus venas se llenan de amor por la patria común, de deseos de servir a los demás, de orgullo de ser español y de ganas de luchar por un mundo mejor.
Tengo que llamar al escritor Martínez Laínez para felicitarle por lo que publica y agradecerle todo el bien que me hace con sus libros. Él no lo sabe, pero es posible que le deba el mantenerme todavía a flote y con ilusión en esta cloaca sin ética llamada España.
Aunque parezca increíble, España tenía héroes a manos llenas en su época gloriosa. En el libro se estudian algunos ejemplos: Juan de Austria, Cabeza de Vaca, Manuel López de Legazpi, Orellana, Miguel Servet, García de Paredes, María Pita, Junípero Serra, Sancho Dávila, Alejandro Farnesio y Lope de Figueroa, once gigantes que, al colocarlos al lado de nuestros pobres y miserables personajes poderosos del presente, parecen dioses.
¿Que ha pasado en España para que ahora, en lugar de gente como María Pita, Alejandro Farnesio o Cabeza de Vaca tengamos que compartir vida y nacionalidad con tipejos como Miguel Blesa, Rodrigo Rato o Jordi Pujol, sin mencionar a los muchos especímenes vergonzantes de la lamentable tribu de los políticos y los financieros españoles?
Nuestros jóvenes ya no sueñan con el heroísmo y la grandeza, sino con hacer carrera política en un partido trincón o conseguir dinero fácil del Estado para vivir sin esfuerzo ni riesgo. Muchos se escandalizan, pero todo es terriblemente lógico y explicable porque el mundo que nos han diseñado y construido desde el poder es una fábrica de mediocres que desconocen el honor, incapaces de pensar con libertad y con tendencia a vivir lejos de los valores, como borregos torpes y acobardados.
¿Acaso se pueden formar jóvenes con grandeza viendo esa televisión donde las bragas fáciles, los culos flojos y las lenguas traidoras y chivatas son presentados como modelos y cobran 60.000 euros al mes, mas que cincuenta investigadores juntos? ¿Pueden germinar el heroísmo y la brillantez si nuestros ciudadanos se informan cada día en telediarios donde los saqueadores y los corruptos se exhiben tras los focos y las cámaras, cuando en Justicia debieran estar humillados tras las rejas?
España necesita una transfusión masiva de heroísmo y de grandeza, pero no hay nadie que sea capaz de administrarla.
Si yo pudiera decidir, haría que nuestros niños se durmieran leyendo un libro, nunca viendo la televisión, porque el libro genera libertad, engrandece la mente y ayuda a comprender y a dominar el mundo. En las escuelas tendríamos como libro de texto para niños y jóvenes un tomo de biografias de españoles valientes, ilustres, heroicos y armados de nobleza, en lugar de esos manuales de la LOGSE y del laicismo "progre" donde enseñan a masturbarse y a exigir los derechos propios, sin deberes ni esfuerzos.
Los ejemplos de personas como Gonzalo Fernández de Córdoba, Blas de Lezo, Teresa de Jesús o Cervantes servirían para contrarrestar la vulgaridad y la pobreza de los modelos actuales, esos que penetran en nuestras mentes a través de la televisión y de una política tan degradada que es el mas vulgar y dañino "reality show" producido en España.
Estoy deseando que mis nietos Ana, Cako, Iván y Marcos tengan la edad apropiada para leer biografías de héroes y de modelos ricos en valores, que les preparen para sobrevivir en el duro mundo que les espera, plagado de rufianes con poder. Si no alcanzo esa edad porque se me acabe la cuerda antes, ojalá mis hijos, sus padres, les hagan leer la vida de María Pita, Juan de Austria, Ignacio de Loyola y otros gigantes de España, al lado de los cuales, nuestros hoy rutilantes Aznar, Rajoy, Iglesias, Sánchez, Zapatero, Pujol, Mas, Susana y otros mediocres destacados no son mas que ruido de moscas y pura vergüenza para España.
Tengo que llamar al escritor Martínez Laínez para felicitarle por lo que publica y agradecerle todo el bien que me hace con sus libros. Él no lo sabe, pero es posible que le deba el mantenerme todavía a flote y con ilusión en esta cloaca sin ética llamada España.
Aunque parezca increíble, España tenía héroes a manos llenas en su época gloriosa. En el libro se estudian algunos ejemplos: Juan de Austria, Cabeza de Vaca, Manuel López de Legazpi, Orellana, Miguel Servet, García de Paredes, María Pita, Junípero Serra, Sancho Dávila, Alejandro Farnesio y Lope de Figueroa, once gigantes que, al colocarlos al lado de nuestros pobres y miserables personajes poderosos del presente, parecen dioses.
¿Que ha pasado en España para que ahora, en lugar de gente como María Pita, Alejandro Farnesio o Cabeza de Vaca tengamos que compartir vida y nacionalidad con tipejos como Miguel Blesa, Rodrigo Rato o Jordi Pujol, sin mencionar a los muchos especímenes vergonzantes de la lamentable tribu de los políticos y los financieros españoles?
Nuestros jóvenes ya no sueñan con el heroísmo y la grandeza, sino con hacer carrera política en un partido trincón o conseguir dinero fácil del Estado para vivir sin esfuerzo ni riesgo. Muchos se escandalizan, pero todo es terriblemente lógico y explicable porque el mundo que nos han diseñado y construido desde el poder es una fábrica de mediocres que desconocen el honor, incapaces de pensar con libertad y con tendencia a vivir lejos de los valores, como borregos torpes y acobardados.
¿Acaso se pueden formar jóvenes con grandeza viendo esa televisión donde las bragas fáciles, los culos flojos y las lenguas traidoras y chivatas son presentados como modelos y cobran 60.000 euros al mes, mas que cincuenta investigadores juntos? ¿Pueden germinar el heroísmo y la brillantez si nuestros ciudadanos se informan cada día en telediarios donde los saqueadores y los corruptos se exhiben tras los focos y las cámaras, cuando en Justicia debieran estar humillados tras las rejas?
España necesita una transfusión masiva de heroísmo y de grandeza, pero no hay nadie que sea capaz de administrarla.
Si yo pudiera decidir, haría que nuestros niños se durmieran leyendo un libro, nunca viendo la televisión, porque el libro genera libertad, engrandece la mente y ayuda a comprender y a dominar el mundo. En las escuelas tendríamos como libro de texto para niños y jóvenes un tomo de biografias de españoles valientes, ilustres, heroicos y armados de nobleza, en lugar de esos manuales de la LOGSE y del laicismo "progre" donde enseñan a masturbarse y a exigir los derechos propios, sin deberes ni esfuerzos.
Los ejemplos de personas como Gonzalo Fernández de Córdoba, Blas de Lezo, Teresa de Jesús o Cervantes servirían para contrarrestar la vulgaridad y la pobreza de los modelos actuales, esos que penetran en nuestras mentes a través de la televisión y de una política tan degradada que es el mas vulgar y dañino "reality show" producido en España.
Estoy deseando que mis nietos Ana, Cako, Iván y Marcos tengan la edad apropiada para leer biografías de héroes y de modelos ricos en valores, que les preparen para sobrevivir en el duro mundo que les espera, plagado de rufianes con poder. Si no alcanzo esa edad porque se me acabe la cuerda antes, ojalá mis hijos, sus padres, les hagan leer la vida de María Pita, Juan de Austria, Ignacio de Loyola y otros gigantes de España, al lado de los cuales, nuestros hoy rutilantes Aznar, Rajoy, Iglesias, Sánchez, Zapatero, Pujol, Mas, Susana y otros mediocres destacados no son mas que ruido de moscas y pura vergüenza para España.