Muchos demócratas y gente honrada de España miramos con envidia y admiración a Italia, un país cuyos ciudadanos han comenzado una durísima "cruzada" de decencia y dignidad contra la política tradicional, apoyando masivamente al actor Beppe Grillo, cuyo Movimiento 5 Estrellas encarnaba la protesta, la regeneración y la esperanza en un país que, como España, es víctima de una clase política vulgar, fracasada, arrogante, corrupta, ineficaz y plagada de privilegios y actos de abuso de poder. Ojalá el ejemplo italiano cunda en España y surja aquí un líder capaz de acorralar a los viejos partidos políticos, merecedores de ser disueltos por sus muchos delitos e irregularidades, y de destapar las miserias y suciedades de los Rajoy, los Rubalcaba, los Cayo Lara y toda la marea insaciable, corrupta y desvergonzada de los nacionalistas que odian a España.
El actor cómico Beppe Grillo, con sus propuestas de "acabar con la política de siempre", eliminando la burocracia del Estado a través de una "revolución de los ciudadanos", ha sido el verdadero ganador de las elecciones italianas, al margen de los resultados. El recuento le convierte en la tercera fuerza de Italia, después de Bersani (centroizquierda) y Berlusconi (centroderecha), pero moralmente es la primera porque su programa "antipolíticos" se ha ganado la adhesión de millones de italianos frustrados de tanto sinvergüenza, inútil y engreído al frente del Estado.
Le llaman "antisistema", pero el responde que los que están en contra del sistema son los políticos tradicionales, que lo están llevando a la ruina y al fracaso. El Nobel de Literatura Darío Fo saluda el ascenso del "Movimiento 5 Estrellas", de Grillo, lo define como el triunfo "de la juventud" y lamenta que Berlusconi haya ganado votos con un recurso "de tercera", la promesa de la devolución del impuesto sobre la vivienda. Grillo, que ha acaparado el voto masivo de los jóvenes italianos, desempleados, desmoralizados, contestatarios y descontentos,, habla en su blog de "guerra generacional" y promete honrar sus promesas electorales. Una de ellas era no pactar con ningún partido tradicional.
Grillo, que ha emigrado con éxito indiscutible del cabaret a la política, es probablemente el líder más popular hoy en Italia, después de unas elecciones en las que este cómico genovés de 65 años logró conquistar el voto de millones de italianos hartos de la austeridad, la crisis y los políticos "tradicionales". Los datos son claros: su formación, el Movimiento de las Cinco Estrellas, superó ampliamente el umbral del 20% de los votos, hecho que parecía imposible hasta hace unos meses.
A lo largo de las últimas semanas, recorrió Italia con su "Tsunami Tour", nombre que representa muy bien su propuesta: acabar con la política "de siempre" y la burocracia del Estado y hacer una "revolución de los ciudadanos", además de otras muchas propuestas de regeneración, limpieza y democracia auténtica que coinciden con las que se propagan desde este blog Voto en Blanco. El fuerte crecimiento constante en todos los sondeos asustaba a sus rivales de los otros partidos, tanto del centroizquierda como del centroderecha, a quienes robo muchos votos y para los que se convirtió en una verdadera pesadilla.
El éxito de Grillo se debe a dos factores: su talento como comunicador y la capacidad que han tenido sus ideas y propuestas de conectar con la Italia frustrada de la política tradicional, de la corrupción, de la ineficacia y de una política concebida como el refugio de la casta intocable y privilegiada de los grandes poderes. Su utilización de twitter y las otras redes sociales ha sido intensa y ejemplar. Su gesto de no acudir a los debates políticos de la televisión, a los que critica como amañados y nada auténticos, le ha reportado popularidad y solvencia.
Moralmente, la victoria de Grillo y de su movimiento contra la vieja política italiana ha sido impresionante. El Movimiento Cinco Estrellas, de Beppe Grillo, ha sido el partido político más votado, con 8.688.545 sufragios, el equivalente al 25,55 por ciento y 108 diputados. Pero los partidos de sus adversarios, el Partido Democrático de Bersani, que ha conseguido 46.000 votos menos que el Movimiento Cinco Estrellas, lo que equivale al 25,41 por ciento, al coaligarse con otras tres formaciones izquierdistas, ha sumado 10.047.507 sufragios, lo que automáticamente le concede el regalo de los 340 diputados, 25 más de los necesarios para la mayoría absoluta. En tercer lugar se sitúa la coalición derechista del ex primer ministro Silvio Berlusconi, que se ha adjudicado el 29,18 por ciento de las papeletas.
El actor cómico Beppe Grillo, con sus propuestas de "acabar con la política de siempre", eliminando la burocracia del Estado a través de una "revolución de los ciudadanos", ha sido el verdadero ganador de las elecciones italianas, al margen de los resultados. El recuento le convierte en la tercera fuerza de Italia, después de Bersani (centroizquierda) y Berlusconi (centroderecha), pero moralmente es la primera porque su programa "antipolíticos" se ha ganado la adhesión de millones de italianos frustrados de tanto sinvergüenza, inútil y engreído al frente del Estado.
Le llaman "antisistema", pero el responde que los que están en contra del sistema son los políticos tradicionales, que lo están llevando a la ruina y al fracaso. El Nobel de Literatura Darío Fo saluda el ascenso del "Movimiento 5 Estrellas", de Grillo, lo define como el triunfo "de la juventud" y lamenta que Berlusconi haya ganado votos con un recurso "de tercera", la promesa de la devolución del impuesto sobre la vivienda. Grillo, que ha acaparado el voto masivo de los jóvenes italianos, desempleados, desmoralizados, contestatarios y descontentos,, habla en su blog de "guerra generacional" y promete honrar sus promesas electorales. Una de ellas era no pactar con ningún partido tradicional.
Grillo, que ha emigrado con éxito indiscutible del cabaret a la política, es probablemente el líder más popular hoy en Italia, después de unas elecciones en las que este cómico genovés de 65 años logró conquistar el voto de millones de italianos hartos de la austeridad, la crisis y los políticos "tradicionales". Los datos son claros: su formación, el Movimiento de las Cinco Estrellas, superó ampliamente el umbral del 20% de los votos, hecho que parecía imposible hasta hace unos meses.
A lo largo de las últimas semanas, recorrió Italia con su "Tsunami Tour", nombre que representa muy bien su propuesta: acabar con la política "de siempre" y la burocracia del Estado y hacer una "revolución de los ciudadanos", además de otras muchas propuestas de regeneración, limpieza y democracia auténtica que coinciden con las que se propagan desde este blog Voto en Blanco. El fuerte crecimiento constante en todos los sondeos asustaba a sus rivales de los otros partidos, tanto del centroizquierda como del centroderecha, a quienes robo muchos votos y para los que se convirtió en una verdadera pesadilla.
El éxito de Grillo se debe a dos factores: su talento como comunicador y la capacidad que han tenido sus ideas y propuestas de conectar con la Italia frustrada de la política tradicional, de la corrupción, de la ineficacia y de una política concebida como el refugio de la casta intocable y privilegiada de los grandes poderes. Su utilización de twitter y las otras redes sociales ha sido intensa y ejemplar. Su gesto de no acudir a los debates políticos de la televisión, a los que critica como amañados y nada auténticos, le ha reportado popularidad y solvencia.
Moralmente, la victoria de Grillo y de su movimiento contra la vieja política italiana ha sido impresionante. El Movimiento Cinco Estrellas, de Beppe Grillo, ha sido el partido político más votado, con 8.688.545 sufragios, el equivalente al 25,55 por ciento y 108 diputados. Pero los partidos de sus adversarios, el Partido Democrático de Bersani, que ha conseguido 46.000 votos menos que el Movimiento Cinco Estrellas, lo que equivale al 25,41 por ciento, al coaligarse con otras tres formaciones izquierdistas, ha sumado 10.047.507 sufragios, lo que automáticamente le concede el regalo de los 340 diputados, 25 más de los necesarios para la mayoría absoluta. En tercer lugar se sitúa la coalición derechista del ex primer ministro Silvio Berlusconi, que se ha adjudicado el 29,18 por ciento de las papeletas.