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Las últimas declaraciones de Mariano Rajoy afirmando que está dispuesto a dialogar con el nacionalismo radical gallego del BNG si el PP gana las próximas elecciones gallegas han exasperado a buena parte del electorado popular, que ve con impotencia y angustia como el partido que han votado abandona sus principios y cede ante la tentación de "gobernar como sea".
Las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revelan que El 63,4% de los españoles no confía en que Zapatero sea capaz de sacar a España de la crisis, pero no reflejan un crecimiento notable de la oposición, que sigue por detrás del PSOE de Zapatero en intención de voto. La conclusión es evidente: los españoles no se fían del PSOE de Zapatero, pero se fian todavía menos del PP de Rajoy.
Los resultados de todas las investigaciones sociológicas revelan que la sociedad española actual es víctima de una terrible confusión y que se enfrenta a un dilema que no sabe resolver: desconfía de Zapatero y de su gobierno, al que no cree capacitado para superar la actual crisis económica que empobrece al país cada día más, pero confía todavía menos en la oposición que encabeza Rajoy, la única alternativa viable al actual poder socialista. El de la España actual es un drama político de gruesas dimensiones que los manuales describen como “situación de bloqueo” y que, según otras experiencias históricas, suele generar odio a la clase política, desprestigio del sistema y búsqueda de soluciones políticas casi siempre extremas y peligrosas.
Los cinco principales problemas de España, según los encuestados, tienen que ver con el mal gobierno: la economía señalada por el 59,9%, el paro por el 56,1%; la inmigración es el tercero, señalada por el 27,9%, y le siguen la vivienda (21,5%) y el terrorismo (20,3%). Si a esto se agrega que los partidos políticos son percibidos como la institución más corrupta del país y que la clase política aparece ya percibida no como una ayuda o una esperanza, sino como uno de los diez grandes problemas de la nación, es fácil concluir que la política española está podrida y que la sociedad se siente políticamente huérfana y desesperada.
Las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revelan que El 63,4% de los españoles no confía en que Zapatero sea capaz de sacar a España de la crisis, pero no reflejan un crecimiento notable de la oposición, que sigue por detrás del PSOE de Zapatero en intención de voto. La conclusión es evidente: los españoles no se fían del PSOE de Zapatero, pero se fian todavía menos del PP de Rajoy.
Los resultados de todas las investigaciones sociológicas revelan que la sociedad española actual es víctima de una terrible confusión y que se enfrenta a un dilema que no sabe resolver: desconfía de Zapatero y de su gobierno, al que no cree capacitado para superar la actual crisis económica que empobrece al país cada día más, pero confía todavía menos en la oposición que encabeza Rajoy, la única alternativa viable al actual poder socialista. El de la España actual es un drama político de gruesas dimensiones que los manuales describen como “situación de bloqueo” y que, según otras experiencias históricas, suele generar odio a la clase política, desprestigio del sistema y búsqueda de soluciones políticas casi siempre extremas y peligrosas.
Los cinco principales problemas de España, según los encuestados, tienen que ver con el mal gobierno: la economía señalada por el 59,9%, el paro por el 56,1%; la inmigración es el tercero, señalada por el 27,9%, y le siguen la vivienda (21,5%) y el terrorismo (20,3%). Si a esto se agrega que los partidos políticos son percibidos como la institución más corrupta del país y que la clase política aparece ya percibida no como una ayuda o una esperanza, sino como uno de los diez grandes problemas de la nación, es fácil concluir que la política española está podrida y que la sociedad se siente políticamente huérfana y desesperada.
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