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España: las instituciones defensivas de la nación no funcionan



Otro escándalo sacude a España. Esta vez la Fiscalía exonera al gobierno de toda culpa por la gestión de la pandemia. Ante la sorpresa de millones de ciudadanos, los fiscales dicen que todo fue normal en la actuación del gobierno de Sánchez, desde los errores que causaron miles de muertes a la compra de materiales defectuosos, por lo que se pagaron precios desorbitados. De nada ha servido que numerosas instituciones y medios internacionales señalen a España como el país que peor ha gestionado la pandemia en todo el mundo. Resulta evidente que la Fiscalía no es independiente, mi justa, sino que juega a favor del gobierno, lo que hace mas ilegítimo al gobierno de Pedro Sánchez.

Quizás lo peor de nuestra España no sea que tenga un gobierno insensato y tan miserable que la esta conduciendo hacia la ruina y el fracaso, sino que las instituciones defensivas de la nación son inútiles y no funcionan. Los gobiernos pueden cambiarse en las urnas, pero cambiar el sistema es mucho más complicado y difícil.

Indefenso e impotente, el pueblo español se desespera viendo como el país cae en el abismo sin que el rey, las fuerzas armadas, el sistema judicial y el parlamento detengan el desastre. La segunda oleada del coronavirus llega arrasando, la ruina avanza, las empresas cierran, el desempleo se dispara, el PIB se hunde y el horizonte se vuelve negro, todo de la mano de un gobierno estáupido, torpe y sin un gramo de decencia, democracia y valores cívicos.
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El presidente y la fiscal general del Estado. Observen la imagen de sumisión y admiración de la fiscal ante Sanchez
En el ranking de la ignominia española Pedro Sánchez y su gobierno no ocupan ni el primero ni el segundo lugar, sino el tercero. El primero es para el pueblo español, que vota a sus verdugos, aunque sean miserables; el segundo lugar es para las grandes instituciones del Estado, que no funcionan y no defienden a la nacion; el tercer puesto es el gobierno de sátrapas y corruptos que integran socialistas y comunistas.

Ante los múltiples pruebas y escándalos de que el gobierno y la clase política en general están blindados y consiguen una impunidad indeseable y sucia, resulta urgente reformar el sistema hasta lograr unas instituciones que defiendan con eficacia la democracia y que impidan que un tirano, un canalla, un psicópata o un loco despilfarrador y obtuso consiga ser presidente del gobierno y destroce la nación. En la España del presente, la experiencia demuestra que no hay barreras ni filtros suficientes para que los locos y los rufianes se hagan con el poder.

El fracaso de las instituciones causa desesperación y pesimismo en una población que sabe que la solución de España no es ya cambiar de gobierno sino de sistema. Hay que sustituir el actual ordenamiento por otro que sea realmente democrático y que impida que mediocres, corruptos, ineptos y sinvergüenzas alcancen las mas altas magistraturas del Estado y desde allí impulsen el caos, la injusticia y la destrucción.

¿Dónde están la Corona, las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial, el Parlamento y la sociedad civil organizada? Su misión es impedir que los peores gobiernen la nación, justo lo que está ocurriendo en la España del presente. ¿Por qué no funcionan las barreras defensivas cuando España es invadida por decenas de miles de inmigrantes ilegales, entre los que abundan delincuentes y vagos que sólo aspiran a vivir de los subsidios públicos? ¿Quién está obligado a defender a los españoles de la tiranía de los okupas, protegidos por la ley y dedicados a robar viviendas, violando así el derecho fundamental a la propiedad privada?

Las instituciones defensivas no aparecen ni reaccionan y eso es señal evidente de que están corrompidas, castradas o mal diseñadas.

Toda una batería de daños y perjuicios ha sido perpetrada con absoluta impunidad por el gobierno contra España y sus ciudadanos, causando dramas que sufrirán varias generaciones de españoles, sin que ni el Monarca, que es jefe del Estado, ni las Cortes, convertidas por los partidos políticos en una exhibición de esclavos sin capacidad de debate, ni la Justicia hayan sido capaces de frenar el desastre de un gobierno que conduce a la nación impunemente hacia la pobreza, el deterioro de la convivencia, la injusticia y el enfrentamiento.

Los ciudadanos, desesperados ante la pésima gestión de la pandemia, que ha hecho de España uno de los países más infectados y con más muertos de todo el mundo, se han cansado de mirar hacia las alturas del poder establecido en espera de intervenciones salvadoras, dimisiones y castigos de los pésimos gobernantes, que campean a sus anchas como dueños absolutos de un Estado del que los ciudadanos han sido expulsados.

El gobierno miente y no ocurre nada. Las encuestas se trucan y nadie lo impide. Muchos españoles hasta sospechan de fraude electoral y nada ocurre. El gobierno se equivoca y no pasa nada, ni siquiera cuando miles de ancianos han muerto abandonados en las residencias de mayores, sin recibir el trato médico a que tenían derecho, y cuando miles de sanitarios han sido enviados a luchar contra el virus sin la mínima protección, causándoles el mayor índice mundial de contagios y muertes por el coronavirus.

Resumiendo el sentimiento de millones de españoles, probablemente más de la mitad de la nación, Ana Velasco Vidal-Abarca, una víctima del terrorismo, le ha gritado al presidente Sánchez "Es usted un canalla".

Francisco Rubiales

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Martes, 15 de Septiembre 2020
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