El PP, el PSOE, IU y sus cómplices nacionalistas van a experimentar en carnes propias, como ya lo hicieron en las elecciones europeas, lo que significa el odio del pueblo. Los viejos partidos, alienados y desnortados, creen estúpidamente que recuperarán el favor del elcctorado con cuatro palabres y tres reformas superficiales. Se equivocan porque el pueblo ha olido la sangre en las urnas y quiere que los ladrones paguen y devuelvan lo robado y que los delincuentes sean encarcelados. Hasta que los ciudadanos no veamos a miles de corruptos en las cárceles, no habrá perdón para la "casta" ni para el podrido sistema. El cabreo ciudadano y la decepción son ya imparables. Ni siquiera podrá detener la indignación esa policía española a la que los políticos miman, entrenan en contrainsurgencia urbana y arman con instrumentos represivos de última generación.
A los políticos les debemos la ruina económica de España, la caída de los valores, el dolor de millones de ciudadanos inmersos en la pobreza, el desempleo y la desesperación, el desprestigio de España en el mundo y también la ruptura de la unidad nacional. Por culpa de los comportamientos abusivos y corruptos de los políticos, España se hace pedazos y en regiones que siempre fueron españolas empieza a crecer un espíritu nacionalista y separatista preocupante y rastrero. Cuando se contempla su enorme obra de destrucción, el rechazo brutal a la "casta" es explicable y hasta justo.
Ya no son solo Cataluña y el País Vasco las que quieren escapar de esta España impresentable e injusta, en manos de partidos políticos plagados de delitos y sospechas, sino que también se incorporan, poco a poco, Valencia, Galicia, Baleares y, últimamente, Canarias, cuyo presidente amenaza con la rebelión y la ruptura por culpa de las prospecciones petrolíferas de Repsol
Hay en España casi mil políticos imputados y muchos más bajo sospecha o siendo investigados por los jueces. Los partidos políticos son ya las asociaciones más peligrosas de España, junto a ETA, por el número de delincuentes en sus filas y delitos cometidos por sus miembros.
Pero lo peor de este dato es que las estadísticas demuestran que apenas aflora el diez por ciento de la corrupción real, lo que permite concluir que el caso de políticos implicados en la corrupción y abuso de poder en España debe superar los 10.000. con creces, sobre todo si se tiene en cuenta la omertá y la complicidad vigentes en los partidos políticos e instituciones públicas.
Algunos observadores y expertos en leyes opinan que los grandes partidos políticos han acumulado ya suficientes fechorías comprobadas para ser ilegalizados y precintados por la Justicia.
Los políticos se han convertido ya en el peor problema de España y en la causa principal de la injusticia, corrupción, fracaso económico, desempleo, pobreza y otras lacras y dramas.
Hasta ahora, gracias al poder que acumulan, al dominio que ejercen sobre muchos jueces y fiscales y al poco rigor democrático y técnico de las leyes españolas, muchos políticos con poder han escapado a la Justicia y, a pesar de haber protagonizado miles de presuntas irregularidades, saqueos y abusos, casi ninguno esta en prisión y ninguno ha devuelto lo robado.
Pero el cabreo ciudadano y el desprestigio de los viejos partidos y de la casta política en pleno ha alcanzado niveles tan escandalosos y repugnantes que algunos jueces independientes y honrados creen que en España se han encendido ya todas las luces rojas de alarma y que están tocando las trompetas para que se imparta justicia de una vez y se abran las puertas de las cárceles para los políticos corruptos y rufianes.
A los políticos les debemos la ruina económica de España, la caída de los valores, el dolor de millones de ciudadanos inmersos en la pobreza, el desempleo y la desesperación, el desprestigio de España en el mundo y también la ruptura de la unidad nacional. Por culpa de los comportamientos abusivos y corruptos de los políticos, España se hace pedazos y en regiones que siempre fueron españolas empieza a crecer un espíritu nacionalista y separatista preocupante y rastrero. Cuando se contempla su enorme obra de destrucción, el rechazo brutal a la "casta" es explicable y hasta justo.
Ya no son solo Cataluña y el País Vasco las que quieren escapar de esta España impresentable e injusta, en manos de partidos políticos plagados de delitos y sospechas, sino que también se incorporan, poco a poco, Valencia, Galicia, Baleares y, últimamente, Canarias, cuyo presidente amenaza con la rebelión y la ruptura por culpa de las prospecciones petrolíferas de Repsol
Hay en España casi mil políticos imputados y muchos más bajo sospecha o siendo investigados por los jueces. Los partidos políticos son ya las asociaciones más peligrosas de España, junto a ETA, por el número de delincuentes en sus filas y delitos cometidos por sus miembros.
Pero lo peor de este dato es que las estadísticas demuestran que apenas aflora el diez por ciento de la corrupción real, lo que permite concluir que el caso de políticos implicados en la corrupción y abuso de poder en España debe superar los 10.000. con creces, sobre todo si se tiene en cuenta la omertá y la complicidad vigentes en los partidos políticos e instituciones públicas.
Algunos observadores y expertos en leyes opinan que los grandes partidos políticos han acumulado ya suficientes fechorías comprobadas para ser ilegalizados y precintados por la Justicia.
Los políticos se han convertido ya en el peor problema de España y en la causa principal de la injusticia, corrupción, fracaso económico, desempleo, pobreza y otras lacras y dramas.
Hasta ahora, gracias al poder que acumulan, al dominio que ejercen sobre muchos jueces y fiscales y al poco rigor democrático y técnico de las leyes españolas, muchos políticos con poder han escapado a la Justicia y, a pesar de haber protagonizado miles de presuntas irregularidades, saqueos y abusos, casi ninguno esta en prisión y ninguno ha devuelto lo robado.
Pero el cabreo ciudadano y el desprestigio de los viejos partidos y de la casta política en pleno ha alcanzado niveles tan escandalosos y repugnantes que algunos jueces independientes y honrados creen que en España se han encendido ya todas las luces rojas de alarma y que están tocando las trompetas para que se imparta justicia de una vez y se abran las puertas de las cárceles para los políticos corruptos y rufianes.