Algunos representantes de la "chusma" que gobierna España
Pedro Sánchez, el jefe de la "chusma" justifica caminar por la vida rodeado de miserables diciendo que está acabando con el pasado y construyendo una nueva España. El problema es que esas ideas e iniciativas, que incluyen la demolición de la nación y sus instituciones, nunca formaron parte de su programa electoral y al desarrollarlas hoy está traicionando a sus propios votantes, las reglas básicas de la democracia y el orden instituido.
La "chusma" de Sánchez no gobierna para todos los españoles, sino para los suyos, que constituyen la parte más radical, extremista, antidemócrata y llena de odio de la nación, donde conviven enemigos de la Constitución, defensores del asesinato político, totalitarios que sueñan con un pueblo esclavo del Estado, corruptos empedernidos y gente que se alimenta del odio y el rencor, a la que llamar "chusma" es demasiado benévolo porque en cualquier otra democracia seria estarían procesados por la Justicia y sus partidos precintados, con muchos de sus miembros condenados como "carne de cárcel".
El último vandalismo rastrero de la "banda" ha sido incorporar, con todos los honores, a BILDU, un partido político heredero del terrorismo etarra, en el que militan antiguos asesinos y gente vasca llena de odio, que no oculta su deseo de "acabar" con España y los españoles que piensan diferente. Los "chusmeros" de BILDU no se han recatado a la hora de afirmar que llegan a Madrid para "tumbar el régimen", lo que equivale a liquidar el Estado de Derecho, la Constitución y la democracia.
¿Cómo ha sido posible que el PSOE, que era en apariencia un partido de gobierno respetuoso con las libertades y derechos y con la idea de España, se haya transformado en líder de una pandilla de malhechores? Algunos de los barones socialistas dicen que rechazan a BILDU, pero lo dicen sin alzar la voz, con cobardía, sin romper con la chusma, temiendo que la venganza de Sánchez les aparte de sus confortables y bien pagados puestos de poder.
Pero más sorprendente todavía es preguntarse ¿Cómo los españoles y sus grandes instituciones, en teoría defensoras del orden y de la Constitución, han permitido y permiten que la "chusma" gobierne España y destroce a martillazos el sistema?
Aunque no nos guste, tiene razón el extremeño Fernández Vara cuando dice que el poder actual de BILDU en el gobierno es un "fracaso colectivo" de los españoles porque, aunque el grueso de la culpa recae sobre el envilecido PSOE de Sánchez, otra parte importante recae sobre el cobarde y también envilecido pueblo español y sus instituciones, incapaces de haber detenido la podredumbre que ha traído consigo la "chusma" de Pedro Sánchez.
Hemos fracasado todos ante la invasión y el dominio de los peores especímenes de nuestra sociedad, pero nadie ha fracasado tanto como la Monarquía, las Fuerza Armadas, la Justicia, el periodismo, las fuerzas de seguridad, los servicios de inteligencia, el poder legislativo y la sociedad civil, todos ellos elementos diseñados para la defensa de la nación que han permanecido pasivos y acobardados ante la toma del poder y los destrozos causados por la "chusma".
Ahí están para echarnos en cara el fracaso de España las interminables colas del hambre, que está prohibido que salgan en las televisiones compradas, cada día más largas y llenas de tristeza, en las que cientos de miles de españoles pagan su tributo a la incapacidad, el sectarismo, la torpeza y la locura de la chusma gobernante.
Esas instituciones defensivas no han reaccionado ante el avance constante hacia la ruina económica que impulsa el gobierno, la violación de numerosos derechos fundamentales, la pésima gestión de la pandemia, la responsabilidad del poder en las miles de muertes provocadas por la mala gestión del coronavirus, el asalto a la Justicia, la violación de la libertad de enseñanza, la injusta y nociva subida de impuestos, la destrucción de empresas, el endeudamiento, el abandono de los autónomos y de los débiles frente a la ruina, la ruptura de la igualdad, la desintegración de España, los privilegios de los independentistas y nacionalistas enemigos de España, el desprecio a las leyes, el abuso de poder, el hundimiento de los valores elementales, el endeudamiento atroz y el desprestigio de España en el mundo, todo ello y mucho más propiciado por la "chusma" que detenta el poder.
Los españoles de bien están desesperados y desmoralizados ante el embate de los peores elementos de la sociedad, dueños hoy del Estado, y ante la impotencia cobarde de las instituciones defensivas de España. En el corazón de los ciudadanos españoles, en silencio, se está produciendo una decepción tan profunda con lo que hoy es esta España sometida a la "chusma" que el futuro se presenta sombrío porque será casi imposible reconstruir, durante décadas, la pérdida de fe y confianza en la Corona, las Fuerzas Armadas, la Justicia, los legisladores, la policía, la guardia civil, la prensa libre, la Universidad y otros muchos pilares de la sociedad y el sistema, hoy acobardados y vergonzosamente entregados ante la tiranía de la chusma que lidera Pedro Sánchez.
Francisco Rubiales
La "chusma" de Sánchez no gobierna para todos los españoles, sino para los suyos, que constituyen la parte más radical, extremista, antidemócrata y llena de odio de la nación, donde conviven enemigos de la Constitución, defensores del asesinato político, totalitarios que sueñan con un pueblo esclavo del Estado, corruptos empedernidos y gente que se alimenta del odio y el rencor, a la que llamar "chusma" es demasiado benévolo porque en cualquier otra democracia seria estarían procesados por la Justicia y sus partidos precintados, con muchos de sus miembros condenados como "carne de cárcel".
El último vandalismo rastrero de la "banda" ha sido incorporar, con todos los honores, a BILDU, un partido político heredero del terrorismo etarra, en el que militan antiguos asesinos y gente vasca llena de odio, que no oculta su deseo de "acabar" con España y los españoles que piensan diferente. Los "chusmeros" de BILDU no se han recatado a la hora de afirmar que llegan a Madrid para "tumbar el régimen", lo que equivale a liquidar el Estado de Derecho, la Constitución y la democracia.
¿Cómo ha sido posible que el PSOE, que era en apariencia un partido de gobierno respetuoso con las libertades y derechos y con la idea de España, se haya transformado en líder de una pandilla de malhechores? Algunos de los barones socialistas dicen que rechazan a BILDU, pero lo dicen sin alzar la voz, con cobardía, sin romper con la chusma, temiendo que la venganza de Sánchez les aparte de sus confortables y bien pagados puestos de poder.
Pero más sorprendente todavía es preguntarse ¿Cómo los españoles y sus grandes instituciones, en teoría defensoras del orden y de la Constitución, han permitido y permiten que la "chusma" gobierne España y destroce a martillazos el sistema?
Aunque no nos guste, tiene razón el extremeño Fernández Vara cuando dice que el poder actual de BILDU en el gobierno es un "fracaso colectivo" de los españoles porque, aunque el grueso de la culpa recae sobre el envilecido PSOE de Sánchez, otra parte importante recae sobre el cobarde y también envilecido pueblo español y sus instituciones, incapaces de haber detenido la podredumbre que ha traído consigo la "chusma" de Pedro Sánchez.
Hemos fracasado todos ante la invasión y el dominio de los peores especímenes de nuestra sociedad, pero nadie ha fracasado tanto como la Monarquía, las Fuerza Armadas, la Justicia, el periodismo, las fuerzas de seguridad, los servicios de inteligencia, el poder legislativo y la sociedad civil, todos ellos elementos diseñados para la defensa de la nación que han permanecido pasivos y acobardados ante la toma del poder y los destrozos causados por la "chusma".
Ahí están para echarnos en cara el fracaso de España las interminables colas del hambre, que está prohibido que salgan en las televisiones compradas, cada día más largas y llenas de tristeza, en las que cientos de miles de españoles pagan su tributo a la incapacidad, el sectarismo, la torpeza y la locura de la chusma gobernante.
Esas instituciones defensivas no han reaccionado ante el avance constante hacia la ruina económica que impulsa el gobierno, la violación de numerosos derechos fundamentales, la pésima gestión de la pandemia, la responsabilidad del poder en las miles de muertes provocadas por la mala gestión del coronavirus, el asalto a la Justicia, la violación de la libertad de enseñanza, la injusta y nociva subida de impuestos, la destrucción de empresas, el endeudamiento, el abandono de los autónomos y de los débiles frente a la ruina, la ruptura de la igualdad, la desintegración de España, los privilegios de los independentistas y nacionalistas enemigos de España, el desprecio a las leyes, el abuso de poder, el hundimiento de los valores elementales, el endeudamiento atroz y el desprestigio de España en el mundo, todo ello y mucho más propiciado por la "chusma" que detenta el poder.
Los españoles de bien están desesperados y desmoralizados ante el embate de los peores elementos de la sociedad, dueños hoy del Estado, y ante la impotencia cobarde de las instituciones defensivas de España. En el corazón de los ciudadanos españoles, en silencio, se está produciendo una decepción tan profunda con lo que hoy es esta España sometida a la "chusma" que el futuro se presenta sombrío porque será casi imposible reconstruir, durante décadas, la pérdida de fe y confianza en la Corona, las Fuerzas Armadas, la Justicia, los legisladores, la policía, la guardia civil, la prensa libre, la Universidad y otros muchos pilares de la sociedad y el sistema, hoy acobardados y vergonzosamente entregados ante la tiranía de la chusma que lidera Pedro Sánchez.
Francisco Rubiales