Es imposible creer que el gobierno de Mariano Rajoy quiera regenerar la podrida democracia española porque sigue firme en su arrogancia y abuso de poder. No es creíble que quiera regenerar la democracia utilizando el recurso de la "Urgencia Parlamentaria", un camino excepcional que priva al pueblo el debate y la transparencia, una vía legislativa utilizada mas por los sistemas autoritarios y totalitarios que por las verdaderas democracias.
Tampoco es creíble que el gobierno de Rajoy quiera la regeneración cuando ignora las medidas que realmente necesita España para dejar de ser el estercolero de Occidente: acabar con la financiación pública de los partidos políticos, incrementar los controles al poder político, liberar a la Justicia y a los medios del sometimiento al poder político, eliminar los aforamientos y aprobar leyes que acaben con la impunidad de los poderosos y permitan castigar a los sinvergüenzas y canallas que se ocultan y se protegen en los partidos y en el mismo Estado.
La regeneración que concibe e impulsa Rajoy y su gobierno es otra estafa, pues ignora los verdaderos deseos ciudadanos y no toca los grandes abusos y vicios que hacen del sistema político español una cloaca pestilente.
Los grandes deseos y anhelos de la ciudadanía siguen siendo sistemáticamente ignorados por los políticos gobernantes: que dejen de financiarse con dinero público los partidos políticos y sindicatos, que se respete y aplique la constitución, que la ley sea igual para todos, que se castigue a los ladrones, corruptos y malhechores apalancados en el Estado, que se fumiguen y limpien las instituciones, que se acabe con la corrupción y con los corruptos, que los saqueadores devuelvan lo robado y sean castigados, que dejen de asesinarse derechos, libertades y conquistas, que cese el despilfarro de los gobiernos y partidos, que se eliminen los privilegios inmerecidos de la "casta", que los mas débiles sean justamente protegidos, que dejen de robar del erario y que se elimine la sucia partitocracia dictatorial que nos gobierna y sea sustituida por una democracia de hombres y mujeres libres, sin manipulación ni esclavitud.
Por muchas medias y leyes que el PP apruebe sin debate y con urgencia, la política española seguirá siendo sucia e injusta porque está en manos de gente sucia e injusta. La democracia solo es democracia si está presidida por la verdad, el respeto a las leyes, el protagonismo del ciudadano y el funcionamiento independiente y libre de los poderes del Estado. Con partidos financiados con el dinero de los impuestos abusivos que padece el ciudadano, con políticos que no sienten pudor al nombrar jueces y magistrados, con un Estado gigantesco creado para colocar a amigos, familiares y enchufados con carné, España solo podrá ser una dictadura camuflada de burócratas que se han apropiado del Estado, tras expulsar con ignominia al ciudadano de todo proceso de toma de decisiones. Mientras sigan existiendo 10.000 aforados y mas políticos ordeñando el Estado que en Francia, Alemania e Inglaterra juntos, España no dejara de ser un despreciable ejemplo de oprobio para el mundo civilizado. Mientras los políticos españoles sigan saqueando y enriqueciéndose sin justificación y sin pagar por sus desmanes, España seguirá siendo la gran cloaca de Europa. Mientras muchos jueces y periodistas actúen como esbirros del poder y abandonen su deber democrático de castigar a los canallas (jueces) y fiscalizar a los poderosos (periodistas), España no podrá ser considerada como un democracia sino como una dictadura de rufianes.
Tampoco es creíble que el gobierno de Rajoy quiera la regeneración cuando ignora las medidas que realmente necesita España para dejar de ser el estercolero de Occidente: acabar con la financiación pública de los partidos políticos, incrementar los controles al poder político, liberar a la Justicia y a los medios del sometimiento al poder político, eliminar los aforamientos y aprobar leyes que acaben con la impunidad de los poderosos y permitan castigar a los sinvergüenzas y canallas que se ocultan y se protegen en los partidos y en el mismo Estado.
La regeneración que concibe e impulsa Rajoy y su gobierno es otra estafa, pues ignora los verdaderos deseos ciudadanos y no toca los grandes abusos y vicios que hacen del sistema político español una cloaca pestilente.
Los grandes deseos y anhelos de la ciudadanía siguen siendo sistemáticamente ignorados por los políticos gobernantes: que dejen de financiarse con dinero público los partidos políticos y sindicatos, que se respete y aplique la constitución, que la ley sea igual para todos, que se castigue a los ladrones, corruptos y malhechores apalancados en el Estado, que se fumiguen y limpien las instituciones, que se acabe con la corrupción y con los corruptos, que los saqueadores devuelvan lo robado y sean castigados, que dejen de asesinarse derechos, libertades y conquistas, que cese el despilfarro de los gobiernos y partidos, que se eliminen los privilegios inmerecidos de la "casta", que los mas débiles sean justamente protegidos, que dejen de robar del erario y que se elimine la sucia partitocracia dictatorial que nos gobierna y sea sustituida por una democracia de hombres y mujeres libres, sin manipulación ni esclavitud.
Por muchas medias y leyes que el PP apruebe sin debate y con urgencia, la política española seguirá siendo sucia e injusta porque está en manos de gente sucia e injusta. La democracia solo es democracia si está presidida por la verdad, el respeto a las leyes, el protagonismo del ciudadano y el funcionamiento independiente y libre de los poderes del Estado. Con partidos financiados con el dinero de los impuestos abusivos que padece el ciudadano, con políticos que no sienten pudor al nombrar jueces y magistrados, con un Estado gigantesco creado para colocar a amigos, familiares y enchufados con carné, España solo podrá ser una dictadura camuflada de burócratas que se han apropiado del Estado, tras expulsar con ignominia al ciudadano de todo proceso de toma de decisiones. Mientras sigan existiendo 10.000 aforados y mas políticos ordeñando el Estado que en Francia, Alemania e Inglaterra juntos, España no dejara de ser un despreciable ejemplo de oprobio para el mundo civilizado. Mientras los políticos españoles sigan saqueando y enriqueciéndose sin justificación y sin pagar por sus desmanes, España seguirá siendo la gran cloaca de Europa. Mientras muchos jueces y periodistas actúen como esbirros del poder y abandonen su deber democrático de castigar a los canallas (jueces) y fiscalizar a los poderosos (periodistas), España no podrá ser considerada como un democracia sino como una dictadura de rufianes.