Dejar en ridículo al gobierno es lo que están haciendo autonomías como Madrid y Andalucía, que prosperan, crean empleo, bajan los impuestos y satisfacen a sus ciudadanos, mientras que el gobierno de la nación destroza a España a golpe de errores, corrupciones y traiciones a la democracia y al bien común.
Pablo Casado es un político débil y de bajo perfil que no reúne condiciones suficientes para derrotar a Pedro Sánchez y a su jauría de totalitarios, nacionalistas y mercenarios, todos rebosantes de odio. El perfil de Casado es el de un político que no gobierna y que solo habla y protesta. Es un perfil bajo e insuficiente. El perfil más apropiado es el de un gobernante autonómico, alguien comparable a Sánchez por su poder ejecutivo, con capacidad para demostrar a los españoles, mostrando hechos y logros, que es capaz de gobernar mejor que Sánchez.
La aplastante victoria de Ayuso en las últimas elecciones de Madrid demuestra que la figura de un gobernante autonómico sí puede derrotar al ineficiente y fracasado sanchismo. Madrid y Andalucía son comunidades bien gobernadas y lanzadas hacia la prosperidad y el crecimiento. Mientras Pedro Sanchez solo genera decadencia, retroceso y fracaso.
Aunque Sánchez sea un pésimo gobernante rodeado de fracaso, tiene tres ventajas que lo hacen un difícil adversario: controla todos los recursos del Estado, puede conseguir el apoyo de las fuerzas políticas antiespañolas y totalitarias, desde comunistas a golpista, independentista y amigos del terrorismo, y por último, Sánchez cuenta con el apoyo masivo de los medios de comunicación, a los que ha comprado en gran parte, manteniendo un control casi pleno de la influyente televisión.
Las autonomías son la cancha perfecta para demostrar con hechos quien gobierna mejor y hasta qué punto es pésimo el liderazgo de Sánchez, a pesar de la propaganda y de las mentiras de los medios de prensa comprados.
Ante el fracaso del gobierno de España, ha llegado la hora de las autonomías y de los líderes autonómicos.
Francisco Rubiales
Pablo Casado es un político débil y de bajo perfil que no reúne condiciones suficientes para derrotar a Pedro Sánchez y a su jauría de totalitarios, nacionalistas y mercenarios, todos rebosantes de odio. El perfil de Casado es el de un político que no gobierna y que solo habla y protesta. Es un perfil bajo e insuficiente. El perfil más apropiado es el de un gobernante autonómico, alguien comparable a Sánchez por su poder ejecutivo, con capacidad para demostrar a los españoles, mostrando hechos y logros, que es capaz de gobernar mejor que Sánchez.
La aplastante victoria de Ayuso en las últimas elecciones de Madrid demuestra que la figura de un gobernante autonómico sí puede derrotar al ineficiente y fracasado sanchismo. Madrid y Andalucía son comunidades bien gobernadas y lanzadas hacia la prosperidad y el crecimiento. Mientras Pedro Sanchez solo genera decadencia, retroceso y fracaso.
Aunque Sánchez sea un pésimo gobernante rodeado de fracaso, tiene tres ventajas que lo hacen un difícil adversario: controla todos los recursos del Estado, puede conseguir el apoyo de las fuerzas políticas antiespañolas y totalitarias, desde comunistas a golpista, independentista y amigos del terrorismo, y por último, Sánchez cuenta con el apoyo masivo de los medios de comunicación, a los que ha comprado en gran parte, manteniendo un control casi pleno de la influyente televisión.
Las autonomías son la cancha perfecta para demostrar con hechos quien gobierna mejor y hasta qué punto es pésimo el liderazgo de Sánchez, a pesar de la propaganda y de las mentiras de los medios de prensa comprados.
Ante el fracaso del gobierno de España, ha llegado la hora de las autonomías y de los líderes autonómicos.
Francisco Rubiales