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España, en peligro de desintegrarse



La tentación de condenar a los catalanes por sus deseos de independencia, basados en la insolidaridad, el egoísmo, la mentira y el odio a España, es muy grande, pero hay que ser justos y descubrir otros matices y facetas del problema. Los independentistas quieren irse, entre otras razones, porque la España que hemos construido con el liderazgo de la peor clase política de Europa es impresentable, injusta, corrupta, poco atractiva y nada ilusionante, hasta el punto de que marcharse puede conllevar la esperanza de regenerarse y construir un mundo mejor que el creado por González, Aznar, Zapatero, Rajoy y sus pandillas de sátrapas.
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Lo peor de la independencia catalana no es que parte de España se desgaje, sino que sea el pistoletazo de salida para un proceso de desintegración que acabe con el país. Eso sería fatal para todos.

Portugal ya se separó en el pasado y no ocurrió nada. También se separaron territorios que eran casi españoles, aunque estuvieran en ultramar, como Cuba y Puerto Rico, unidos a España por muchos vínculos legales, políticos, económicos y emocionales. Y tampoco fue una catástrofe.

El problema es que si se va Cataluña, muchos otros querrán irse también porque España, por su corrupción, injusticia y por la baja estofa de su clase política, es un Estado poco atractivo hacia el que es muy difícil sentir apego o cariño. Si ser independiente significa liberarse de partidos como el PP y el PSOE, de tipejos como Rajoy, Zapatero y otros, si luchar por la secesión significa escaparse del mundo corrupto y arbitrario español, donde se convive con la estafa, los impuestos abusivos, el robo en las instituciones, la antidemocracia, el abuso de poder y la injusticia galopante, entonces ser independiente equivaldría a ser mas decentes, mas libres y mas demócratas... y todos querríamos escaparnos del infierno español.

La única manera de luchar eficazmente contra el secesionismo es crear un Estado decente y atrayente, del que formar parte sea un honor y un privilegio. Pero los políticos españoles, arrogantes e impresentables, no han hecho nada para mejorar la calidad de un Estado sin ciudadanos, sin democracia y sin decencia, en el que nada va a cambiar hasta que miles de políticos y cargos públicos sinvergüenzas, aprovechados y delincuentes ingresen en prisión y devuelvan lo robado. Formar parte hoy de la basura que han construido los partidos políticos desde la Transición no solo no constituye un honor y un privilegio, sino que mas bien representa una vergüenza y un estigma.

La aparición triunfante de "Podemos" en el panorama político español es parte de ese proceso de intenso rechazo a un Estado construido por los viejos partidos y sus políticos, que ni convence, ni satisface, ni ilusiona a la inmensa mayoría de los españoles, decididos a cambiarlo, por el momento de manera pacífica y en las urnas.

España es un pais de odios, envidias, mentiras e injusticias, donde los poderosos se suben sobre los hombros de los débiles y en el que los ladrones nunca pisan la cárcel y devuelven el botín. Pertenecer a esa pocilga no es agradable para nadie. Los catalanes y otros pueblos de España donde crece el espíritu independentista terminarán pensando que independencia equivale a regeneración, a mas democracia, dignidad y decencia.

¿A quien puede interesarle pertenecer a un país donde los políticos nombran a los jueces y en el que los políticos gobiernan marginando a los ciudadanos, como si tuvieran en sus manos un cheque en blanco? ¿Quien quiere ser ciudadano de un país cuyos dirigentes prefieren endeudarse de manera enloquecida y atribular a los ciudadanos con impuestos injustos, antes que practicar la austeridad y adelgazar un Estado que mantiene a mas políticos parásitos que Alemania, Francia e Inglaterra juntos? ¿Que hay de atractivo en un Estado que cada día frustra mas a sus ciudadanos y que ha sembrado el país de desempleados, nuevos pobres y gente sin esperanza?

Para los que pensamos de este modo, que cada día somos mas, ser independientes equivale a escapar de las cloacas construidas en colaboración por el PSOE, el PP, IU y sus cómplices nacionalistas.

¿Puede ser una verdadera nación España, cuyos ciudadanos nadan en el odio y la envidia y son incapaces de compartir objetivos, ilusiones, metas y culturas? ¿Merece la pena criar hijos y establecer la residencia familiar en una sociedad cuyos miembros son educados en el odio por las autoridades y en la que los que mandan no sólo no son ejemplares sino que escandalizan por sus fechorías y comportamientos piratas?

No existe otro país en Europa donde la separación entre ciudadanos y políticos sea tan brutal, ni otro en el mundo donde el rechazo a la casta política sea tan intenso que se está transformando, cada día mas, en odio.

Si se analiza desde la gran cloaca española las ansias de independencia de los catalanes y el deseo de independencia de los vascos, baleares y de otros pueblos, se descubre que también es la consecuencia directa y terrible de la ausencia de democracia, de la injusticia reinante y de la baja estofa y pésima catadura moral de la clase política y del bodrio de Estado que ellos han construido.

Conozco a muchos españoles amantes de su patria que, ante el panorama que se abre ante sus ajos, sienten deseos cada día mas intensos de escapar de la cloaca española y afincarse con su familia en un lugar donde exista mas ética, decencia y justicia, donde el futuro de sus hijos sea el trabajo, donde se premie el esfuerzo y en el que no sea obligatorio mantenerse quietos y asustados mientras los poderosos y sus amigos roban, estafan y saquean sin que existan jueces con capacidad de condenarlos.

El mayor escándalo y el peor drama de España no es la pugna catalana por la independencia, sino que la huida de la gran cloaca es ya un sentimiento profundo y creciente en la pobre sociedad española.



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Martes, 30 de Septiembre 2014
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