El déficit español por cuenta corriente no para de crecer y se encuentra ya en niveles de desequilibrios similares a los preocupantes de Estados Unidos, restando ya más de un uno por ciento al crecimiento anual del PIB. Cada dia exportamos menos en relación con lo mucho que compramos fuera. Las ventas españolas al exterior no van mal y parece que se recuperan, pero el fenómeno sorprendente son las compras exteriores, que se están disparándo de manera desproporcionada e ilógica, un fenómeno delicado que nadie ha explicado todavía desde el Gobierno.
Sin embargo, el fenómeno tiene una explicación lógica, aunque dolorosa: es producto del consumo masivo y de otros factores poco conocidos, el principal de los cuales es el "boicot silencioso" con el que cientos de miles de españoles están "castigando" a los nacionalismos extremos vasco y catalán.
Ese boicot, casi tan viejo como la democracia, alcanzó una dimensión considerable cuando se lanzó el Plan Ibarretxe y se hizo preocupante el año 2004, cuando Carod Rovira boicoteó publicamente la candidatura olímpica de Madrid, pero es ahora cuando se ha hecho masivo, tras la aprobación del Estatuto catalán y al comprobarse que los nacionalistas catalanes vienen practicando el boicot a productos españoles desde hace muchos años.
Me lo ha dicho y demostrado con cifras y datos un amigo empresario, muy vinculado a la Cámara de Comercio de Madrid, según el cual ese "boicot silencioso" del que la prensa no informa, que es el verdadero boicot y muy distinto al "boicot al cava", se ha disparado peligrosamente en los últimos meses, a raiz del escándalo provocado por el "Estatuto" catalán.
Me dice: "Muchos españoles se sienten agredidos personalmente por los nacionalismos vasco y catalán y se están vengando practicando un boicot sistemático, aunque impreciso, que perjudica más a los productos españoles en general que a los vascos y catalanes, entre otras razones porque los consumidores no tienen una idea clara de lo que se fabrica en el País Vasco y en Cataluña, aunque sí tienen indicios y sospechas. Basta mirar los datos para apreciar que las compras de productos alemanes, franceses, italianos, chinos y americanos están creciendo de manera espectacular, mientras que desciende la compra de esos mismos productos fabricados en España, sobre todo en industrias vascas y catalanas. Muchos consumidores desinformados creen que todos los productos industriales españoles se producen en Cataluña o en el País Vasco, algo que es falso. La desbocada demanda extanjera afecta, sobre todo, a electrodomesticos, productos alimenticios y, ultimamente, a cadenas de distribución y entidades financieras. Los españoles tienen poca información sobre la nacionalidad de las marcas, pero saben que la mayoría de los electrodomésticos españoles se fabrican en el País Vasco y que la mayoría de la industria alimenticia está concentrada en Cataluña. Mira las cifras y verás como cada días se compran más marcas como Siemens, AEG, Miele, General Electric y otras, en detrimento de las españolas, sólo porque los consumidores creen que son vascas. Con los alimentos pasa lo mismo y el cava es sólo el ejemplo conocido, pero ni mucho menos el único".
Sin embargo, el fenómeno tiene una explicación lógica, aunque dolorosa: es producto del consumo masivo y de otros factores poco conocidos, el principal de los cuales es el "boicot silencioso" con el que cientos de miles de españoles están "castigando" a los nacionalismos extremos vasco y catalán.
Ese boicot, casi tan viejo como la democracia, alcanzó una dimensión considerable cuando se lanzó el Plan Ibarretxe y se hizo preocupante el año 2004, cuando Carod Rovira boicoteó publicamente la candidatura olímpica de Madrid, pero es ahora cuando se ha hecho masivo, tras la aprobación del Estatuto catalán y al comprobarse que los nacionalistas catalanes vienen practicando el boicot a productos españoles desde hace muchos años.
Me lo ha dicho y demostrado con cifras y datos un amigo empresario, muy vinculado a la Cámara de Comercio de Madrid, según el cual ese "boicot silencioso" del que la prensa no informa, que es el verdadero boicot y muy distinto al "boicot al cava", se ha disparado peligrosamente en los últimos meses, a raiz del escándalo provocado por el "Estatuto" catalán.
Me dice: "Muchos españoles se sienten agredidos personalmente por los nacionalismos vasco y catalán y se están vengando practicando un boicot sistemático, aunque impreciso, que perjudica más a los productos españoles en general que a los vascos y catalanes, entre otras razones porque los consumidores no tienen una idea clara de lo que se fabrica en el País Vasco y en Cataluña, aunque sí tienen indicios y sospechas. Basta mirar los datos para apreciar que las compras de productos alemanes, franceses, italianos, chinos y americanos están creciendo de manera espectacular, mientras que desciende la compra de esos mismos productos fabricados en España, sobre todo en industrias vascas y catalanas. Muchos consumidores desinformados creen que todos los productos industriales españoles se producen en Cataluña o en el País Vasco, algo que es falso. La desbocada demanda extanjera afecta, sobre todo, a electrodomesticos, productos alimenticios y, ultimamente, a cadenas de distribución y entidades financieras. Los españoles tienen poca información sobre la nacionalidad de las marcas, pero saben que la mayoría de los electrodomésticos españoles se fabrican en el País Vasco y que la mayoría de la industria alimenticia está concentrada en Cataluña. Mira las cifras y verás como cada días se compran más marcas como Siemens, AEG, Miele, General Electric y otras, en detrimento de las españolas, sólo porque los consumidores creen que son vascas. Con los alimentos pasa lo mismo y el cava es sólo el ejemplo conocido, pero ni mucho menos el único".