Aunque el 2009 se ha despedido con la horrible noticia de que Zapatero, con toda probabilidad, volverá a ser el candidato socialista en las elecciones generales de 2012, el nuevo año se presenta cargado de esperanza para la política española porque los ciudadanos, finalmente, tras comprender que están siendo conducidos por malos gobernantes hacia el fracaso, empiezan a revolverse contra la casta política y a demostrar que son seres libres y los soberanos del sistema.
El hundimiento de España es tan evidente e hiriente que, por fin, hará reaccionar a un pueblo que, poco a poco, dejará de ser cobarde y manada para recobrar su libertad y entereza. Los hijos de la decencia, los que aman a España, los que creen que el mundo se rige por valores y principios y los que se resisten a permanecer pasivos mientras los políticos destruyen la prosperidad, la cohesión y la convivencia, demostrarán su fuerza en un año 2010 que será, con toda probabilidad, el año del ciudadano y que se recordará como el que vio retroceder, acorralada, a una casta de políticos ineptos y malos gobernantes que ha demostrado hacia la saciedad su incapacidad, su obsesión por los privilegios, su cercanía a la corrupción y su sucia voluntad de sustituir la democracia por una oligocracia indecente.
La confirmación de que Zapatero volverá a ser candidato y de que aspira a gobernar España durante cuatro años más, hasta llegar a los doce años, será la gota que colme el vaso de la paciencia y de la cobardía cívica de un pueblo que, recordando viejos tiempos y viejas dignidades, cuando los españoles eran respetados en el mundo, dirá "basta".
A lo largo del año, los españoles de bien, que, aunque acobardados y aplastados por los fanáticos, los pendencieros, los borregos y los manipuladores, siguen siendo la mayoría, abrirán los ojos y descubrirán que cinco años en el poder han sido demasiados para un Zapatero que ha destrozado a España con sus errores, equivocaciones, arbitrariedades, arrogancia, despilfarro e ineptitud como líder. Al imaginar que Zapatero pudiera estar otros cuatro años al frente del Ejecutivo español, saltarán las alarmas, el pueblo sano sentirá escalofríos y el país reaccionará, consciente de que España no podrá resistir más años de desastre.
Este hombre parece ignorar que durante su mandato España ha perdido gran parte de su prestigio y peso internacional, ha resquebrajado su cohesión interna, ha arruinado su economía, ha destruido buena parte de su tejido productivo, se ha endeudado hasta la médula, hipotecando por lo menos a las tres próximas generaciones, y ha llenado las calles y plazas de infelices, desempleados y nuevos pobres.
Rodeado de asesores y pelotas que, agradecidos porque tocan poder y viven en el privilegio, le dicen que el PSOE le adora, que son necesarios cuatro años más para completar la "transformación" de España y que sólo él puede derrotar a Rajoy, Zapatero, engreído y alienado, es incapaz de comprender que su ciclo ha terminado y suena un creciente clamor que le pide que se marche y que deje sitio a otro más capacitados para gobernar la nave.
Convencido de que es un político genial, un ganador nato y una especie de anticipo del futuro, ha cerrado los ojos ante el desastre que está provocando y hará lo posible por permanecer en La Moncloa, como un fantasma, incapaz de ver su obra destructora y el sufrimiento que provoca.
Si los designios de Zapatero se abren paso y la cobardía sigue instalada en la sociedad española, el año 2010 que comienza será un año de llanto y de luto para España, pero si, como esperamos, los ciudadanos deciden plantarle cara al mal gobierno, reforzar la democracia y poner freno a males tan dañinos como el abuso, la arbitrariedad, la corrupción y la ineptitud, entonces 2010 será un gran año, un año de esperanza, de ilusión ciudadana y de éxito cívico.
Quizás la mejor manera de empezar con aires de democracia el 2010 sea pedirle a Zapatero que dimita y convoque elecciones. Pulsa aquí para hacerlo.
El hundimiento de España es tan evidente e hiriente que, por fin, hará reaccionar a un pueblo que, poco a poco, dejará de ser cobarde y manada para recobrar su libertad y entereza. Los hijos de la decencia, los que aman a España, los que creen que el mundo se rige por valores y principios y los que se resisten a permanecer pasivos mientras los políticos destruyen la prosperidad, la cohesión y la convivencia, demostrarán su fuerza en un año 2010 que será, con toda probabilidad, el año del ciudadano y que se recordará como el que vio retroceder, acorralada, a una casta de políticos ineptos y malos gobernantes que ha demostrado hacia la saciedad su incapacidad, su obsesión por los privilegios, su cercanía a la corrupción y su sucia voluntad de sustituir la democracia por una oligocracia indecente.
La confirmación de que Zapatero volverá a ser candidato y de que aspira a gobernar España durante cuatro años más, hasta llegar a los doce años, será la gota que colme el vaso de la paciencia y de la cobardía cívica de un pueblo que, recordando viejos tiempos y viejas dignidades, cuando los españoles eran respetados en el mundo, dirá "basta".
A lo largo del año, los españoles de bien, que, aunque acobardados y aplastados por los fanáticos, los pendencieros, los borregos y los manipuladores, siguen siendo la mayoría, abrirán los ojos y descubrirán que cinco años en el poder han sido demasiados para un Zapatero que ha destrozado a España con sus errores, equivocaciones, arbitrariedades, arrogancia, despilfarro e ineptitud como líder. Al imaginar que Zapatero pudiera estar otros cuatro años al frente del Ejecutivo español, saltarán las alarmas, el pueblo sano sentirá escalofríos y el país reaccionará, consciente de que España no podrá resistir más años de desastre.
Este hombre parece ignorar que durante su mandato España ha perdido gran parte de su prestigio y peso internacional, ha resquebrajado su cohesión interna, ha arruinado su economía, ha destruido buena parte de su tejido productivo, se ha endeudado hasta la médula, hipotecando por lo menos a las tres próximas generaciones, y ha llenado las calles y plazas de infelices, desempleados y nuevos pobres.
Rodeado de asesores y pelotas que, agradecidos porque tocan poder y viven en el privilegio, le dicen que el PSOE le adora, que son necesarios cuatro años más para completar la "transformación" de España y que sólo él puede derrotar a Rajoy, Zapatero, engreído y alienado, es incapaz de comprender que su ciclo ha terminado y suena un creciente clamor que le pide que se marche y que deje sitio a otro más capacitados para gobernar la nave.
Convencido de que es un político genial, un ganador nato y una especie de anticipo del futuro, ha cerrado los ojos ante el desastre que está provocando y hará lo posible por permanecer en La Moncloa, como un fantasma, incapaz de ver su obra destructora y el sufrimiento que provoca.
Si los designios de Zapatero se abren paso y la cobardía sigue instalada en la sociedad española, el año 2010 que comienza será un año de llanto y de luto para España, pero si, como esperamos, los ciudadanos deciden plantarle cara al mal gobierno, reforzar la democracia y poner freno a males tan dañinos como el abuso, la arbitrariedad, la corrupción y la ineptitud, entonces 2010 será un gran año, un año de esperanza, de ilusión ciudadana y de éxito cívico.
Quizás la mejor manera de empezar con aires de democracia el 2010 sea pedirle a Zapatero que dimita y convoque elecciones. Pulsa aquí para hacerlo.