Información y Opinión

Es urgente crear una ITV para políticos en España





El reciente debate sobre el Estado de la Nación, plagado de mentiras, cuchilladas, mundos irreales, silencios y falsos optimismos y pesimismos, demuestra de manera contundente que los políticos españoles, mas que los automóviles y los aviones, necesitan una ITV que les inspeccione periódicamente y les rechace cuando son inútiles, peligrosos para los ciudadanos o dañinos para la nación.

En Andalucía se han dado dos casos recientes de nombramientos que han sembrado la inquietud de los ciudadanos, pues tanto la presidenta de la Junta, la socialista Susana Díaz, como el próximo presidente y candidato del PP, Juan Manuel Moreno Bonilla, carecen de expedientes académicos brillantes y no conocen otra experiencia que la de haber sabido prosperar en el seno de sus respectivos partidos, apoyados por el "aparato". En el caso del político de la derecha, algunos medios le han acusado de haber falsificado su curriculum, haciendo pasar por universitarios algunos títulos livianos y de dudoso mérito obtenidos en su vida.

Pero el caso de los dos principales político andaluces no es único porque España está llena de indocumentados, mentecatos y hasta imbéciles ocupando puestos de gobierno en ciudades, provincias, autonomías y la Administración Central. Otros muchos, aunque preparados, carecen de solvencia ética y suelen aprovecharse de sus cargos para enriquecerse y ejercer mas un poder abusivo que un servicio a la comunidad.

La reforma mas importante que requiere el actual sistema nadie la menciona porque no interesa a los poderosos. Esa reforma no es otra que el establecimiento de controles para garantizar la decencia, la preparación, la capacidad y la solvencia de los que están destinados a gobernar el país, un grupo humano plagado de deficiencias y defectos insoportables, desde la corrupción al latrocinio, sin olvidar la incultura, el desconocimiento de idiomas, la falta de experiencia, el egoísmo, la arrogancia, la alienación y todo tipo de abusos de poder.

La mejor manera de controlar esos dramáticos défcits y conseguir que al frente de los pueblos estén los mejores, no los mas sinvergüenzas, corruptos y aprovechados, bastaría recuperar una costumbre que estuvo vigente en la historia de Roma y que obligaba a los políticos a someterse al examen minucioso de los censores y a cumplir requisitos profesionales y éticos muy complejos.

Para ser político en Roma era necesario haber combatido en las legiones y demostrado el valor y la entrega a la patria en el campo de batalla, no en un puesto burocrático o en el estado mayor de un general, sino en las filas de los legionarios, con el pilum o el gladio en la mano. Otro requisito era ser sometido a una inspección intensa cada vez que se iba a ascender en la carrera política (cursus honorum). Si querías ser edil o aspirabas al consulado, por ejemplo, te sometían a inspecciones minuciosas que iban desde tus obligaciones fiscales al comportamiento ético, además de un intenso escrutinio de tus riquezas y las de tu familia más próxima. Sólo si superabas esas pruebas podías continuar subiendo en la carrera política.

En España, para llegar a ser ministro ni siquiera se requiere tener estudios. De hecho, cualquier alcalde de una gran ciudad con miles de empleados y complejos servicios bajo su responsabilidad puede llegar a ese cargo sin cumplir requisito alguno, ni de preparación ni de solvencia ética y profesional, incluso siendo un verdadero imbécil.

La falta de preparación y la ausencia de exigencias son, junto con la estructura antidemocrática y mafiosa de los partidos políticos, las principales causas de los fracasos y errores de los políticos españoles, culpables de casi todo lo imaginable, desde el robo hasta el despilfarro, sin olvidar el abuso de poder, la corrupción en todas sus facetas, el amiguismo, la malversación y el que quizás sea el peor de todos, el vicio generalizado de anteponer sus propios intereses y el de sus respectivos partidos políticos al interés general y el bien común.



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Viernes, 28 de Febrero 2014
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