En las elecciones de Estados Unidos se enfrentan dos candidatos y dos concepciones diametralmente distintas de lo que deben ser los Estados Unidos, una influida por Europa y representada por Obama, más social, intervencionista y con mayor protagonismo del Estado y de lo colectivo, y otra, representada por Mitt Romney, que conecta con las tradiciones, la familia, el individualismo, la desconfianza en los políticos y el espíritu libertario y liberal de los fundadores.
Sin embargo, ninguna de esas dos imágenes es real porque los Estados Unidos del presente es ya una mezcla desordenada de ambas opciones. El intervencionismo y el reflejo europeo y de Estado fuerte, que representa Obama, es apenas una tendencia, ya que es difícil que un gobierno alcance en Estados Unidos los niveles de poder y de dominio que han alcanzado las deterioradas democracias en Europa. Por su parte, Romney ofrece el renacimiento de un país pionero, libre, de propietarios, individualista y furiosamente enfrentado al intervencionismo del Estado, que siempre encarna el mal, que en realidad nunca existió, idealizado por Hollywood, pero que millones de norteamericanos han adoptado como mito fundamental, irrenunciable, y que paradójicamente les ha proporcionado su formidable seguridad mental.
El gran problema de Estados Unidos es que tal vez su modelo idílico de sociedad libre sea difícil de sostener en esta etapa de la Historia, cuando la hegemonia de Estados Unidos está en declive. Obama ofrece la resurrección bajo el liderazgo del Estado, practicando políticas que en Estados Unidos benefician a los pobres, pero con un olor insoportable a izquierda y a los autoritarismos antidemocráticos de Europa. Romney también ofrece el renacimiento de la nación, pero conectándola con sus esencias primigenias, con aquel sentido pionero y de esfuerzo individual en libertad que hizo posible la conquista del Oeste y la creación de la gran potencia americana.
El mayor drama actual de Estados Unidos es que ya es una nación dividida, cada vez mas dividida, entre esas dos concepciones. Obama representa un futuro mestizo y diferente, con ligeros tintes socialistas que allí parecen duros y profundos brochazos, mientras que Romney encarna una apuesta renovada y fortalecida por el capitalismo individualista y pionero, típicamente americano.
Obama tiene su principal ventaja en su capacidad de oratoria, mientras que la fuerza de Romney reside en su éxito personal como empresario, otra rasgo que diferencia a Estados Unidos de Europa. donde los triunfadores y millonarios tienen que esconderse para no ser objeto de envidia y rencor popular, mientras que en América son héroes admirados y premiados por la ciudadanía.
España ha tenido el triste "honor" de haber sido citada como el peor ejemplo por parte de los dos candidatos. Romney para señalar a los votantes que la ruta de Obama puede terminar en lo que hoy es España, un país desahuciado, mientras que Obama ha dicho que España ha hecho las cosas mal y no tiene nada que ver con su modelo. Toda una "vergüenza" para los españoles.
Si yo fuera americano, tendría´graves dificultades a la hora de votar y no sabría que elegir. El corazón me pide votar a Obama, pero la inteligencia y la cultura democrática me empujan a votar a Romney. La ruta europea, si no se controla de manera férrea y con altas dosis de ética, sé que conduce a lo que hoy es España, una cloaca indecente y corrupta, donde los políticos son sátrapas, la democracia ha sido asesinada y la vida es una basura, pero la ruta de los pioneros que patrocina Romney me da mucho miedo, aunque, finalmente, me decidiría por ella, aunque con la nariz tapada y después de comprarme un rifle.
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Sin embargo, ninguna de esas dos imágenes es real porque los Estados Unidos del presente es ya una mezcla desordenada de ambas opciones. El intervencionismo y el reflejo europeo y de Estado fuerte, que representa Obama, es apenas una tendencia, ya que es difícil que un gobierno alcance en Estados Unidos los niveles de poder y de dominio que han alcanzado las deterioradas democracias en Europa. Por su parte, Romney ofrece el renacimiento de un país pionero, libre, de propietarios, individualista y furiosamente enfrentado al intervencionismo del Estado, que siempre encarna el mal, que en realidad nunca existió, idealizado por Hollywood, pero que millones de norteamericanos han adoptado como mito fundamental, irrenunciable, y que paradójicamente les ha proporcionado su formidable seguridad mental.
El gran problema de Estados Unidos es que tal vez su modelo idílico de sociedad libre sea difícil de sostener en esta etapa de la Historia, cuando la hegemonia de Estados Unidos está en declive. Obama ofrece la resurrección bajo el liderazgo del Estado, practicando políticas que en Estados Unidos benefician a los pobres, pero con un olor insoportable a izquierda y a los autoritarismos antidemocráticos de Europa. Romney también ofrece el renacimiento de la nación, pero conectándola con sus esencias primigenias, con aquel sentido pionero y de esfuerzo individual en libertad que hizo posible la conquista del Oeste y la creación de la gran potencia americana.
El mayor drama actual de Estados Unidos es que ya es una nación dividida, cada vez mas dividida, entre esas dos concepciones. Obama representa un futuro mestizo y diferente, con ligeros tintes socialistas que allí parecen duros y profundos brochazos, mientras que Romney encarna una apuesta renovada y fortalecida por el capitalismo individualista y pionero, típicamente americano.
Obama tiene su principal ventaja en su capacidad de oratoria, mientras que la fuerza de Romney reside en su éxito personal como empresario, otra rasgo que diferencia a Estados Unidos de Europa. donde los triunfadores y millonarios tienen que esconderse para no ser objeto de envidia y rencor popular, mientras que en América son héroes admirados y premiados por la ciudadanía.
España ha tenido el triste "honor" de haber sido citada como el peor ejemplo por parte de los dos candidatos. Romney para señalar a los votantes que la ruta de Obama puede terminar en lo que hoy es España, un país desahuciado, mientras que Obama ha dicho que España ha hecho las cosas mal y no tiene nada que ver con su modelo. Toda una "vergüenza" para los españoles.
Si yo fuera americano, tendría´graves dificultades a la hora de votar y no sabría que elegir. El corazón me pide votar a Obama, pero la inteligencia y la cultura democrática me empujan a votar a Romney. La ruta europea, si no se controla de manera férrea y con altas dosis de ética, sé que conduce a lo que hoy es España, una cloaca indecente y corrupta, donde los políticos son sátrapas, la democracia ha sido asesinada y la vida es una basura, pero la ruta de los pioneros que patrocina Romney me da mucho miedo, aunque, finalmente, me decidiría por ella, aunque con la nariz tapada y después de comprarme un rifle.
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