Rechazado por el gobierno de Estados Unidos, a pesar de sus inútiles y patéticos intentos para que Bush le reciba en la Casa Blanca, el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero tambien es ya marginado en "el corazón de Europa", donde un día prometió que España quedaría integrada bajo su mandato.
El aislamiento internacional de Zapatero y el rechazo que genera su política se hicieron patentes esta semana, después que que fuera marginado de la cumbre económica celebrada en Londres, a la que acudieron los líderes de Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y la Unión Europea, y cuando posteriormente, Ángela Merkel y Sarkozy abrazaron a Mariano Rajoy y le desearon "de todo corazón" un "gran éxito" electoral.
Para colmo, el francés Sarkozy lanzó una carga de profundidad contra la política de Zapatero al advertir que en el futuro de Europa no podrán realizarse legalizaciones masivas de inmigrantes, como ha hecho España, sin que todos los países implicados estén de acuerdo.
Los socialistas españoles, que se negaban a aceptar que España, bajo Zapatero, ha perdido peso internacional, tendrán que asumir ahora que su líder ZP también genera rechazo entre las principales democracias de Occidente.
El de la soledad internacional de España es un hecho duro que se produce en vísperas de unas elecciones generales en las que España se juega mucho de su futuro.
El aislamiento internacional de Zapatero y el rechazo que genera su política se hicieron patentes esta semana, después que que fuera marginado de la cumbre económica celebrada en Londres, a la que acudieron los líderes de Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y la Unión Europea, y cuando posteriormente, Ángela Merkel y Sarkozy abrazaron a Mariano Rajoy y le desearon "de todo corazón" un "gran éxito" electoral.
Para colmo, el francés Sarkozy lanzó una carga de profundidad contra la política de Zapatero al advertir que en el futuro de Europa no podrán realizarse legalizaciones masivas de inmigrantes, como ha hecho España, sin que todos los países implicados estén de acuerdo.
Los socialistas españoles, que se negaban a aceptar que España, bajo Zapatero, ha perdido peso internacional, tendrán que asumir ahora que su líder ZP también genera rechazo entre las principales democracias de Occidente.
El de la soledad internacional de España es un hecho duro que se produce en vísperas de unas elecciones generales en las que España se juega mucho de su futuro.