No hace mucho, una parte de los que pensaban votar a la derecha ocultaban su intención de voto por vergüenza, pero ahora, después de las fechorías y corrupciones de los socialistas en la etapa de Zapatero, los que ocultan el voto por vergüenza son los votantes del PSOE. Esa ocultación vergonzante del voto es lo que ha ocurrido en las elecciones andaluzas del 25 de marzo y es la principal explicación de la insuficiente victoria de Arenas y del grueso error de las encuestas, que vaticinaban una amplia victoria, por mayoría absoluta, del PP.
En Andalucía, en las elecciones del 25 de marzo, muchos de los que votaron socialista ocultaron su voto por vergüenza ante los encuestadores. Lo ocurrido en Andalucía es, aparentemente, toda una sorpresa, pero está cargada de lógica en la España corrupta del presente si se tiene en cuenta que los votantes del PSOE están apoyando, en realidad, al partido que ha cobijado la peor corrupción en su seno y que, bajo el mandato de Zapatero, ha conducido a España hasta el desempleo, la pobreza, la ruina económica y el desprestigio internacional.
Es cierto que al final, a la hora de votar, muchos votantes de la derecha se han abstenido porque no les gusta Arenas, porque se sienten decepcionados ante la falta de decisión del PP en la lucha contra la corrupción y el abuso de poder político o porque rechazaban las medidas, debilidades y traiciones a su programa protagonizadas por Rajoy y su gobierno, pero no es menos cierto que declarar a un encuestador que uno vota socialista es para avergonzarse en la España de hoy.
La verdad es que seguir votando a los socialistas en la España actual y muy especialmente en Andalucía requiere un gran cinismo, ser un fanático ciego o formar parte de la masa de subvencionados y colocados a dedo por ese partido en uno de los muchos puestos públicos creados para los familiares y amigos del poder. Con la mente clara, con conciencia ciudadana y con una normal dotación de ética y decencia, es imposible hoy votar al PSOE, un partido responsable de tantas irregularidades, corrupciones, abusos y hasta delitos que podría ser juzgado, si existiera en España una Justicia democrática, como asociación de malhechores.
Las encuestas eran reales, pero no fueron corregidas hacia la baja en las expectativas del PP, por causa del voto vergonzante y oculto del PSOE, lo que causó el gran error en las previsiones.
En Andalucía, en las elecciones del 25 de marzo, muchos de los que votaron socialista ocultaron su voto por vergüenza ante los encuestadores. Lo ocurrido en Andalucía es, aparentemente, toda una sorpresa, pero está cargada de lógica en la España corrupta del presente si se tiene en cuenta que los votantes del PSOE están apoyando, en realidad, al partido que ha cobijado la peor corrupción en su seno y que, bajo el mandato de Zapatero, ha conducido a España hasta el desempleo, la pobreza, la ruina económica y el desprestigio internacional.
Es cierto que al final, a la hora de votar, muchos votantes de la derecha se han abstenido porque no les gusta Arenas, porque se sienten decepcionados ante la falta de decisión del PP en la lucha contra la corrupción y el abuso de poder político o porque rechazaban las medidas, debilidades y traiciones a su programa protagonizadas por Rajoy y su gobierno, pero no es menos cierto que declarar a un encuestador que uno vota socialista es para avergonzarse en la España de hoy.
La verdad es que seguir votando a los socialistas en la España actual y muy especialmente en Andalucía requiere un gran cinismo, ser un fanático ciego o formar parte de la masa de subvencionados y colocados a dedo por ese partido en uno de los muchos puestos públicos creados para los familiares y amigos del poder. Con la mente clara, con conciencia ciudadana y con una normal dotación de ética y decencia, es imposible hoy votar al PSOE, un partido responsable de tantas irregularidades, corrupciones, abusos y hasta delitos que podría ser juzgado, si existiera en España una Justicia democrática, como asociación de malhechores.
Las encuestas eran reales, pero no fueron corregidas hacia la baja en las expectativas del PP, por causa del voto vergonzante y oculto del PSOE, lo que causó el gran error en las previsiones.