Información y Opinión

El vino y la democracia





La ministra española de Sanidad, Elena Salgado, quiere penalizar el consumo de vino, al que considera una bebida insana, pero la ministra, que, ante la presión popular, parece querer ahora corregir su error, olvida que el vino es un producto cargado de cultura, protagonista de la civilización y casi imprescindible para la democracia.

Algunos amantes del vino, indignados ante la intención de la ministra, tachan esa medida de autoritaria y contraria a la cultura.

De un estudio detallado de la historia de la civilización podría deducirse que la marginación del vino también es contraria a la democracia.

Los griegos antiguos consideraban el vino como un elemento clave de la civilización, porque incrementa la libertad y el sentido del diálogo, mientras que los romanos alababan sus virtudes pacificadoras del caracter, en contraste con otras bebidas alcohólicas consumidas por los bárbaros, generadoras de violencia.

Para un demócrata clásico griego o un amante de la libertad y de la cultura en el mundo antiguo, suprimir el vino sería considerado como poco menos que un delito contra la civilización.

Los egipcios tenían un dios que civilizaba a los pueblos plantando viñas, mientras que los griegos, conscientes de que la democracia es un debate permanente entre ciudadanos libres, sabían que el vino propiciaba la comunicación entre los humanos y que, consumido con moderación (ellos le bebían rebajado con agua), despejaba las ideas y abria las puertas del diálogo y del debate (Simposio, de Platón).

William Shakespeare alababa al vino de Jerez: "Si tuviera mil hijos, el primer principio humano que les enseñaría sería rechazar libaciones tenues y dedicarse al jerez". (Enrique IV, segunda parte)

Algunas creencias antiguas del ámbito cultural mediterráneo hablaban de dos cultivos regalados por los dioses a los hombres para enriquecerlos y elevarlos sobre el resto de los seres vivos: la vid y el olivo (el vino y el aceite), mientras que ciertos pensadores y filósofos han señalado al vino como el elemento clave que hizo posible la democracia griega y el predominio militar griego sobre el Imperio Persa y todo el mundo conocido de su época.

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, quizás porque sabe lo importante que es el vino para la cultura, se ha desmarcado de la postura de su colega Salgado y ha salido en defensa del vino como parte de la "civilización".

Suprimir el tabaco no afecta a las libertades, pero penalizar el consumo de vino, en esta España donde los rasgos totalitarios brotan profusa y peligrosamente en la vida política, sería casi un desastre.


   
Jueves, 8 de Febrero 2007
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