Lo más sucio de Cataluña, ese totalitarismo victimista y resentido plasmado en los políticos del Tripartito, ha entrado en acción y lo ha hecho cerrando emisoras de radio incómodas, violando la Constitución española y siguiendo de ese modo el mismo camino que en el pasado ya recorrieron Stalin, Hitler, Musolini, Mao, Pol Pot y otras muchas bestias opresoras.
Punto Radio pierde tres emisoras y la cadena COPE, dos. Esas frecuencias se le otorgan a otras cadenas sometidas al pensamiento dominante catalán. En ambos casos se trata de voces críticas con el gobierno catalán, de empresas que no se someten a la política del Tripartito que gobierna desde de Barcelona, vergonzosa, anticonstitucional y violadora de los derechos fundamentales.
Pero lo más triste del caso no es la violación catalana a la libertad de expresión, ni el desprecio manifiesto a los derechos y libertades que consagra la Constitución española, sino que esa política la practique y la encabece el Partido Socialista, el predominante en el gobierno catalán, el partido del president Montilla.
Los que conservamos todavía un alma de auténtica izquierda, igualitaria, democrática y celosa de las libertades y derechos ciudadanos, sentimos vergüenza ante la degradación del actual socialismo catalán, capaz de violar los más sagrados principios y derechos con tal de conservar el poder y los privilegios.
Que nadie olvide que Zapatero, como máximo líder del socialismo español, es el principal responsable de los atentados del gobierno catalán contra los derechos fundamentales.
Ahora que está a punto de acudir a Washington para ofrecer a los demás dirigentes del mundo la "receta española" contra la crisis, que Zapatero no olvide decir en la cumbre que esa receta incluye también el cierre de las emisoras libres y el silencio forzoso de los críticos y disidentes.
Punto Radio pierde tres emisoras y la cadena COPE, dos. Esas frecuencias se le otorgan a otras cadenas sometidas al pensamiento dominante catalán. En ambos casos se trata de voces críticas con el gobierno catalán, de empresas que no se someten a la política del Tripartito que gobierna desde de Barcelona, vergonzosa, anticonstitucional y violadora de los derechos fundamentales.
Pero lo más triste del caso no es la violación catalana a la libertad de expresión, ni el desprecio manifiesto a los derechos y libertades que consagra la Constitución española, sino que esa política la practique y la encabece el Partido Socialista, el predominante en el gobierno catalán, el partido del president Montilla.
Los que conservamos todavía un alma de auténtica izquierda, igualitaria, democrática y celosa de las libertades y derechos ciudadanos, sentimos vergüenza ante la degradación del actual socialismo catalán, capaz de violar los más sagrados principios y derechos con tal de conservar el poder y los privilegios.
Que nadie olvide que Zapatero, como máximo líder del socialismo español, es el principal responsable de los atentados del gobierno catalán contra los derechos fundamentales.
Ahora que está a punto de acudir a Washington para ofrecer a los demás dirigentes del mundo la "receta española" contra la crisis, que Zapatero no olvide decir en la cumbre que esa receta incluye también el cierre de las emisoras libres y el silencio forzoso de los críticos y disidentes.