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El socialismo andaluz se prepara para ganar otras elecciones el próximo 2 de diciembre



El socialismo andaluz, capitaneado por Susana Díaz, eufórico, se prepara para ganar las elecciones del próximo 2 de diciembre y disfrutar así de otro periodo de gobierno, dominio y control férreo de la sociedad andaluza, prolongando todavía más el único régimen socialista vigente en la Unión Europea, que ya lleva cuatro décadas gobernando sin interrupción una de las regiones más atrasadas, pobres y corruptas de Europa.

La angustia y desesperación de los demócratas y de las personas decentes de Andalucía ante la casi segura nueva victoria socialista es inmensa y llena de tristeza.
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La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, firmó el lunes 8 de octubre el decreto de disolución del Parlamento andaluz para convocar las elecciones autonómicas el domingo 2 de diciembre, tras la reunión extraordinaria de su Consejo de Gobierno. Es una anticipación pactada con sus socios de Ciudadanos cuyo principal objetivo es evitar el enorme varapalo que los tribunales darán a la Junta en 2019 cuando salgan las sentencias sobre los ERES y sobre los gastos de dinero público en puticlubs y otros vicios corruptos.

«Andalucía debe seguir teniendo estabilidad y un horizonte despejado. Por eso, deben hablar los ciudadanos y ciudadanas. Acabo de firmar el decreto de disolución del Parlamento de Andalucía para convocar elecciones autonómicas el 2 de diciembre», ha anunciado la propia Susana Díaz en su cuenta de Twitter, toda una falsedad porque su gobierno tiene la estabilidad necesaria para seguir en el poder y siempre puede pactar sus presupuestos con Unidos Podemos, que se ha ofrecido a dialogar sobre ese asunto.

La verdadera causa de la anticipación es el miedo a que la corrupción, que ya alcanza en Andalucía cuotas inéditas en toda Europa, se convierta en un mazo que provoque la gran derrota de los socialistas en las urnas y la perdida de un poder que el socialismo controla en Andalucía desde la muerte de Franco.

Pero existe otra intención oculta: distanciarse de Pedro Sánchez, impidiendo que las elecciones nacionales coincidan con las andaluzas, lo que beneficiaría al PSOE. Lo que Susana quiere es prevalecer en el partido sobre un Pedro Sánchez que será derrotado cuando convoque elecciones y ella aparezca a los ojos de los socialistas españoles como la gran vencedora y el valor más sólido del socialismo español.

¿Por qué ganará Susana las elecciones, a pesar de su fracaso como gobernante de una región que, a pesar de haber recibido más de 100.000 millones de euros en ayudas europeas sigue siendo la más atrasada, la mas corrupta, la que tiene más desempleados y una de las más pobres de Europa?

Sencillamente porque no tiene enfrente opciones que puedan competir con el socialismo, convertido en una red clientelar densa y poderosa que controla al menos la mitad de la economía andaluza y que posee capilares influyentes en cada rincón del mapa andaluz.

Inexplicablemente, el PP coloca como candidato en Andalucía a un Juan Manuel Moreno que carece de fuerza, imagen y atractivo, cuyas posibilidades de derrotar a Susana son casi nulas, a pesar de ese "efecto Casado" del que se habla sin que nadie haya comprobado que exista.

Ciudadanos, la famosa "veleta naranja", es cómplice de los socialistas en Andalucía y sigue dispuesto a seguir siéndolo en el futuro. Su ruptura con Susana, a la que acusa, con la boca pequeña, de haber hecho poco contra la corrupción, es más bien un paripé destinado a engañar a los bobos andaluces, que no son pocos. Al presentar como candidato a su líder andaluz, Juan Marín, señalado y rechazado por los demócratas andaluces como un mediocre transfuga profesional de la política y cómplice del socialismo, restará gran cantidad de votos a la formación naranja.

La candidatura de Unidos Podemos también carece de entidad y atractivo suficiente para enfrentarse al viejo, derrengado pero todavía poderoso socialismo andaluz.

Para los demócratas andaluces y la gente decente de esta tierra, la sensación de orfandad y desamparo ante el futuro político es enorme y descorazonadora. El hecho de que el socialismo, que ya lleva cuatro décadas gobernando Andalucía, se disponga a disfrutar de un nuevo mandato, demuestra que por estas tierras no hay esperanza alguna de regeneración y cambio hacia la limpieza, la justicia, la prosperidad y el buen gobierno.

Lamentablemente, el gobierno más corrupto de España y Europa y el más eficaz fabricando atraso, desempleo y pobreza de toda la Unión Europea seguirá gobernando, según todas las previsiones lógicas.

Francisco Rubiales


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Martes, 9 de Octubre 2018
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