Releo papeles y me impresiona una cita: "El sectarismo político está invadiendo la sociedad española y eso es algo que los ciudadanos no se merecen". Lo dijo Antonio Garrigues Walker en la conferencia que pronunció el 12 de diciembre en el foro "Diálogos Córdoba" de la ciudad de la mezquita.
Garrigues señaló como causas de esa invasión del sectarismo político la radicalización de la vida política y la alianza entre el poder político, el mediático y el empresarial, que trastocan las bases de la democracia y frente a las cuales no es fácil defenderse.
"Es un sectarismo que coarta la libertad", afirmó. Ya ni siquiera puedes llevar bajo el brazo tu priódico favorito sin que te acusen de ser de un bando o de otro, comentó Garrigues, que se declaró "triste" ante esas circunstancias.
El conferenciante explicó que la única defensa frente a ese problema es "el fortalecimiento de la sociedad civil", pero admitió que es dificil estructurar una sociedad civil en las presentes circunstancias de España, donde el poder de los conglomerados políticos y mediáticos es enorme.
Criticó la división de la sociedad en bandos irreconciliables y la permanente discrepancia de los políticos. "Los políticos no tienen derecho a discrepar" en los asuntos de especial interés general, dijo, para preguntarse ¿Por qué no se ponen de acuerdo para acabar con la corrupción, por ejemplo?.
Garrigues apina que la sociedad civil española es extremadamente débil por los daños causados por la dictadura franquista y porque durante mucho tiempo España careció de una buena ley de fundaciones. Ahora la tenemos, explicó, pero la mayorái de las fundaciones dependen de los fondos públicos que reciben, lo que las inhabilita para formar parte de una sociedad civil que necesita ser independiente del gobierno.
Al terminar la conferencia, conversando con un grupo de empresarios sobre la importancia de fortalecer la sociedad civil como remedio de los grandes males de España, recordó que mientras en España pocas asociaciones y fundaciones son capaces de vivir al margen de los fondos gubernamentales, en Estados Unidos es delito federal que una fundación privada reciba fondos públicos, directa o indirectamente.
Garrigues señaló como causas de esa invasión del sectarismo político la radicalización de la vida política y la alianza entre el poder político, el mediático y el empresarial, que trastocan las bases de la democracia y frente a las cuales no es fácil defenderse.
"Es un sectarismo que coarta la libertad", afirmó. Ya ni siquiera puedes llevar bajo el brazo tu priódico favorito sin que te acusen de ser de un bando o de otro, comentó Garrigues, que se declaró "triste" ante esas circunstancias.
El conferenciante explicó que la única defensa frente a ese problema es "el fortalecimiento de la sociedad civil", pero admitió que es dificil estructurar una sociedad civil en las presentes circunstancias de España, donde el poder de los conglomerados políticos y mediáticos es enorme.
Criticó la división de la sociedad en bandos irreconciliables y la permanente discrepancia de los políticos. "Los políticos no tienen derecho a discrepar" en los asuntos de especial interés general, dijo, para preguntarse ¿Por qué no se ponen de acuerdo para acabar con la corrupción, por ejemplo?.
Garrigues apina que la sociedad civil española es extremadamente débil por los daños causados por la dictadura franquista y porque durante mucho tiempo España careció de una buena ley de fundaciones. Ahora la tenemos, explicó, pero la mayorái de las fundaciones dependen de los fondos públicos que reciben, lo que las inhabilita para formar parte de una sociedad civil que necesita ser independiente del gobierno.
Al terminar la conferencia, conversando con un grupo de empresarios sobre la importancia de fortalecer la sociedad civil como remedio de los grandes males de España, recordó que mientras en España pocas asociaciones y fundaciones son capaces de vivir al margen de los fondos gubernamentales, en Estados Unidos es delito federal que una fundación privada reciba fondos públicos, directa o indirectamente.